Procesos políticos que marcaron el siglo XX.
Los cambios en los equilibrios políticos mundiales durante el
siglo XX: auge y caída de grandes potencias.
El siglo XX se inicia de manera diferente en cada región del mundo.
Por una parte está Europa que durante los últimos años había
regido el orden económico y político mundial.
En América del Norte los Estados Unidos se consolidaron durante el
siglo XIX como una nueva potencia con la cual Europa habría de contar en
adelante.
Por el contrario, la parte sur de América se había quedado
marcadamente rezagada en su desarrollo político social y la mayoría de sus
jóvenes naciones se encontraban envueltas en guerras civiles o con sus vecinos
e incluso algunas aun luchaban por obtener su independencia.
En Asia la situación era igualmente disímil. Japón pasó de ser un
país de carácter medieval según las convenciones occidentales a transformarse
en la potencia predominante en el este del continente, superando incluso al
milenario imperio chino que por su parte había caído en una imparable
decadencia durante el siglo anterior.
África, que había escapado al colonialismo europeo que se
desarrolló a partir del siglo XV, se vio casi totalmente colonizada durante las
últimas décadas del siglo XIX. Los territorios que se mantuvieron libres fueron
Libia, por su condición de desierto sin interés colonial; Liberia, que fue una
nación creada por los Estados Unidos para deportar a sus ex esclavos, y el
Imperio Etíope, único capaz de resistir a los invasores.
En Oceanía surgía un nuevo territorio para la colonización europea
que se veía particularmente favorecido por el escaso porcentaje de población
autóctona.
Década de 1900 al 1909
El siglo XX se inicia en medio de grandes adelantos
tecnológicos, entre los cuales el automóvil ocupa un lugar destacado. En
América Henry Ford adelantó una verdadera revolución en el sistema de
producción industrial que puso a prueba con la fabricación de su Modelo T.
En 1905 la guerra ruso-japonesa enfrentó al imparable imperio del
sol naciente con el decadente imperio de los zares de Rusia. El fin de la
guerra dio como vencedor a Japón para la sorpresa del mundo occidental. La
nación asiática se convirtió de facto en una nueva potencia de carácter mundial.
El imperio alemán o Segundo Reich, comenzó a forjarse en torno a
Prusia de una manera clara desde el reinado de Federico II el Grande,
consolidándose de manera definitiva en las últimas décadas del siglo XIX
gracias en especial al impulso dado por Otto von Bismarck.
En los primeros años del siglo XX la situación de Alemania dentro
de Europa había alcanzado una posición demasiado crucial para los intereses de
las demás potencias. Especialmente Gran Bretaña y Francia veían amenazados
muchos de sus intereses, lo que las llevó a suscribir la llamada Entente
cordiale, y es que el desarrollo industrial y militar de Alemania se presentaba
difícil de igualar por el conjunto de las demás naciones de Europa.
Además, este ímpetu de Prusia fue lo que llevó a la Casa de
Austria a perder progresivamente su estatus de potencia continental.
Década de 1910 al 1919
En 1914 los intereses de las potencias mundiales empujaron a la
humanidad a una nueva dimensión de conflicto, la Primera Guerra Mundial, que
aunque se inició como un conflicto europeo terminó absorbiendo a las
principales naciones del mundo.
La confrontación se inició tras el asesinato del archiduque
Francisco Fernando en Sarajevo.
Los grandes perdedores al cabo de los cuatro años en que se
desarrolló la guerra fueron los imperios de Austria, que perdió tal distinción
para siempre, y el imperio Ruso, cuya monarquía fue exterminada (la familia
real fue ejecutada) para dar paso a un nuevo sistema de gobierno, el
Bolchevique, liderado por Lenin.
Los Estados Unidos se convirtieron en potencia mundial de primer
orden al igual que Japón, cuya primacía en Asia ya nadie discutía. Alemania
perdió su pequeño imperio colonial, pero aun así logró mantener su
infraestructura nacional.
Fue el caso contrario al de Francia, que se suponía había
resultado victoriosa en la guerra.
Gran Bretaña, aunque menos afectada que Francia, también vio
retroceder su prestigio y de repente se encontró en condición de igualdad con
los Estados Unidos, país sobre el que hacia menos de un siglo aún tenía la
pretensión de volver a integrarlo dentro de sus colonias.
Por su parte, el piloto alemán Manfred von Richthofen fue el icono
de la guerra.
Década de 1920 al 1929
Tras el final de la Primera Guerra Mundial se instituyó la
Sociedad de Naciones, que nació con el fin de evitar que un conflicto de esa
magnitud volviese a repetirse.
El Imperio Ruso pasa a ser la Unión Soviética (URSS), que con la
ideología marxista de Lenin se convierte en la primera nación del mundo
gobernada por el "proletariado".
EE.UU. prosiguió su rápido desarrollo económico que se vio
perturbado, sin embargo, por la "gran depresión" de 1929.
Alemania, asfixiada por las onerosas disposiciones del Tratado de
Versalles, tenía su sistema financiero en la crisis más grande que conoció ese
siglo, mientras trataba de lograr una estabilidad democrática con la República
de Weimar de la que Paul von Hindenburg era presidente. La situación en Francia
no era mucho mejor, lo que propició el descontento social que se traduciría en
una inestabilidad política permanente.
Japón extendía su presencia en Asia. Primero se apoderó de Corea y
luego se anexó u ocupó regiones enteras de china. Además, el Imperio japonés se
apoderó de las colonias que Alemania tenía en el Pacífico.
Década de 1930 a 1939
El creciente descontento de los alemanes hizo que Adolf Hitler
tomara el control del país en 1933 con un apoyo de la población sin
precedentes. Alemania dejó de lado la República de Weimar y se convirtió en un
estado totalitario al igual que la Italia de Benito Mussolini.
Alemania se desarrolla nuevamente, la economía se relanza con el
impulso que le da la industria y la inversión del estado en infraestructuras.
El Imperio Japonés se consolidaba en Asia, afectando los intereses
de Europa y EE.UU., especialmente en el Pacífico. Japón crea un "Imperio
títere" en China bajo el nombre de Manchukuo, y coloca allí al emperador
Kangde.
Gran Bretaña mantuvo su sistema político prácticamente
inalterable, al contrario que Francia, que no logró consolidar una organización
político-social fuerte.
Rusia, que entre tanto se había transformado en la URSS, fue
escenario de hambrunas endémicas y una constante lucha por el poder.
La Guerra Civil Española desangró a esa nación, la convirtió en un
estado totalitario y sirvió de preámbulo a la gran guerra que estaba por venir
en el continente.
La situación en el resto del mundo no sufrió alteraciones
considerables.
En EE.UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt, lideró la
recuperación económica del país tras la crisis provocada por la gran depresión
de 1929.
Década de 1940 al 1949
La Segunda Guerra Mundial marcó como ningún otro acontecimiento a
esta década y al siglo en general. Al igual que en 1914, la guerra se extendió
a todo el mundo, aunque este conflicto fue mucho más sangriento y modificó el
mundo de una manera más radical.
En 1945, al final de la guerra, Alemania había sufrido enormes
pérdidas humanas y materiales al igual que Japón, situación muy diferente a la
del primer conflicto mundial de 1914.
Si bien Alemania sufrió la mayor cantidad de bajas militares, fue
la URSS la que sufrió el mayor número de bajas civiles. América no fue
escenario de enfrentamientos significativos y los estados latinoamericanos
estuvieron al margen de la confrontación, aun cuando de manera oficial apoyaron
la causa de los aliados.
EE.UU. y la URSS se convirtieron en las nuevas y únicas potencias
del mundo. Todas las demás antiguas potencias pasaron a un segundo nivel.
La Sociedad de Naciones fue reemplazada por la ONU, que a
diferencia de la anterior tuvo su sede en Nueva York y no en Europa.
En 1948, se estableció formalmente el estado de Israel gracias al
respaldo de Gran Bretaña y los EE.UU. Esta nueva nación estaba conformada
netamente de población judía, que en su mayoría era proveniente de Europa,
donde habían sufrido persecución por parte de los nazis.
Las dos fuerzas principales de China que lucharon contra Japón,
que fue su enemigo común durante la guerra, se vieron enfrentadas poco después
en una guerra civil por el control del territorio. El bando comunista se vio
apoyado decididamente por la URSS y el bando nacionalista en apariencia
respaldado por EE.UU. fue derrotado y obligado a recluirse en la isla de Formosa
(actual Taiwán).
La India consiguió su independencia a través de la revolución
pacifista de Mohandas (Mahatma) Gandhi.
Década de 1950 a 1959
La URSS, que había sido aliada de los países que derrotaron a
Alemania y las demás naciones del Eje, rápidamente se vio transformada en el
"enemigo de occidente" y el mundo vio formarse lo que se conoció como
"Guerra Fría".
Poco después del fin del conflicto mundial, la guerra civil en
China, dio el triunfo de Mao Zedong (antes llamado Zetung) quien instauró en la
parte continental de su nación un régimen totalitario de base Comunista,
reconocido como República Popular China.
En la década de 1950, la disputa entre los dos nuevos ejes
mundiales, se intensificó notablemente con la guerra de Corea y la posterior
división de país en dos estados diferentes.
Se inició una carrera armamentista sin precedentes que se
extendería en las siguientes décadas, así la URSS y EE.UU. se lanzaron a la
carrera de reunir un arsenal capaz de destruir todo el planeta.
Los estados Unidos vieron una revolución cultural impulsada por el
rápido desarrollo industrial y el consecuente fenómeno de consumismo.
Alemania y Japón experimentaron una sorprendente recuperación
económica que menos de dos décadas después del final de la guerra había transformado
a ambos países en potencias económicas, si bien no políticas o militares.
Por lo tanto, aunque Francia y Gran Bretaña tenían un mayor peso
político, Japón y Alemania superaban a los dos países europeos que obtuvieron
la victoria en la segunda guerra e incluso su presencia en el comercio
internacional superaba a la de la URSS.
Un proceso de importancia capital para el futuro de Europa y el
mundo se inició cuando Robert Schuman pronunció la celebre declaración que
lleva su nombre y que constituye el embrión de la actual Unión Europea (UE).
La iniciativa fue impulsada también por Konrad Adenauer, quien a
la vez logró dotar a Alemania de estabilidad política.
Década de 1960 a 1969
En el primer lustro de este decenio el régimen implantado en Cuba
por Fidel Castro y el Che Guevara, entre otros, orientó la política de su país
hacia la URSS, de la cual pasó a ser un incondicional aliado en detrimento de
los intereses geoestratégicos de EE.UU.
La situación tuvo su punto más dramático en la "Crisis de los
misiles de 1962" que llevó a la humanidad a estar más cerca que nunca de
una tercera guerra mundial, pero que pudo evitarse gracias a la voluntad de
Nikita Kruschov y John F. Kennedy.
Este decenio trajo consigo el inicio de la guerra de Vietnam,
cuyas consecuencias socioculturales directas aún se sienten actualmente.
La "carrera espacial", dio como vencedor a los
EE.UU., que lograron colocar al primer ser humano sobre la superficie lunar en
1969. Esto se logró en gran medida gracias al impulso dado por el presidente
John F. Kennedy, quien había sido asesinado en 1963 en oscuras circunstancias
que sumieron al pueblo estadounidense en la más profunda crisis de identidad
que ha conocido hasta ahora.
En Europa se consolidan las reconciliaciones franco-alemanas,
sobre las que en gran medida se basaría la construcción de la Unión Europea
(UE) que se había iniciado en la década anterior. Alemania se afianza como
tercera potencia económica mundial detrás de EE.UU. y Japón. Gran Bretaña, al
igual que Francia, pierde prácticamente la totalidad de sus colonias, en un
proceso que se inició una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y que se vio
precipitado en gran medida tras la independencia de Libia.
Puede considerarse la década de las ideologías. En Europa la
juventud se alza en lo que posteriormente se conoció como el "Mayo
Francés". Los movimientos sociales adquieren cada vez mayor importancia en
América Latina, particularmente en Chile, donde en 1969 un gobierno socialista
llegaría al poder por la vía democrática.
En oriente medio se había vivido una trascendental transformación,
debido a la instauración del estado de Israel en 1948, el cual quedó enclavado
en el centro neurálgico de esta región.
Además, las ingentes reservas de petróleo descubiertas
principalmente en los llamados países del Golfo, le dieron a esta región un
peso sin precedentes en la economía del planeta.
La China de Mao vivió en esta década la llamada "Revolución
cultural", que supuso una transformación de la milenaria sociedad de este
país.
Mientras tanto, Japón continuó desarrollando su reputación de
potencia tecnológica y los productos provenientes de este país empezaron a
alcanzar prestigio en todo el mundo, impulsando la economía del país, mientras
la sociedad era reestructurada radicalmente pero conservando sus raíces
culturales.
Década de 1970 a 1979
El conflicto árabe-israelí y la etapa final de la guerra de
Vietnam dominan la mayor parte de la vida política de esta época. El mercado
del petróleo se ve sacudido por las disposiciones de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) que arrastra a los países industrializados a
una crisis en el sector energético y por ende a toda la industria y la
sociedad. Se da un bloqueo en el suministro del petróleo y ahora son las
naciones productoras las que fijan los precios del combustible.
En Chile, con el derrocamiento del presidente socialista Salvador
Allende por los militares en 1973 se da el primer paso en el mundo para detener
los regímenes comunistas y llegar a la posterior destrucción del bloque
socialista en el mundo.
La Casa Blanca es escenario del escándalo Watergate que
llevó a que el presidente Richard Nixon fuera el único presidente
estadounidense en renunciar a su cargo en este siglo.
Al mismo tiempo, el intervencionismo del gobierno de este país
ayuda a instaurar dictaduras militares afectas a Washington en varios países de
América Latina.
El bloque comunista que la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas logró conformar durante varias décadas, empieza a dar señales de
desintegración y la potencia soviética se distancia de la China comunista, lo
que trajo consigo el debilitamiento de la influencia comunista en el mundo.
En Europa, a pesar de la crisis energética, los países
occidentales de este continente logran igualar el nivel de vida de los Estados
Unidos de Norteamérica y los países escadinavos consiguen el más alto
equilibrio económico social del mundo.
En 1979 los fundamentalistas musulmanes toman el control de Irán
bajo el liderazgo de Ayatolá Ruholá Jomeini, con lo que este país se retira de
la influencia occidental y se encierra en el más radical de los estados basados
en Sharia (ley islámica).
Década de 1980 a 1989
El inicio de este decenio está marcado por el aumento de las
tensiones entre la URSS y EE.UU. La amenaza nuclear se hace más latente que
nunca, por lo que a mediados de la década se produce un acercamiento entre los
dos bloques, que se ve favorecido principalmente por las políticas conocidas en
occidente como Glasnost y Perestroika, del mandatario soviético Mijail
Gorbachov.
El terrorismo internacional que se venía presentando desde la
década anterior se intensifica y EE.UU. ataca a la Libia de Muamar Gadafi, como
represalia por ataques terroristas supuestamente patrocinados por ese país.
Perú, que salía de un régimen dictatorial de doce años, y que
retornaba a la democracia, se enfrenta al movimiento terrorista Sendero
Luminoso, que comienza su accionar en los accidentados pueblos de los Andes, y
que, poco a poco, fue incursionando en la capital.
Por otra parte, las desigualdades en el desarrollo entre los
diferentes pueblos del mundo se evidencian con la hambruna que devasta a varios
países de África. En Etiopia la situación se torna particularmente dramática
debido a la sequía.
En 1989 la URSS y el bloque soviético en general se encuentran más
debilitados que nunca. En noviembre el muro de Berlín, que encarnaba la
división de dicha ciudad desde el fin de la segunda guerra mundial, fue
demolido por los propios berlineses, dando con ello el golpe de gracia a la era
soviética.
La existencia del Sida se hace pública por primera vez en junio de
1981, y acabará presentándose ante el mundo como una epidemia de enormes
proporciones.
Países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán y Singapur,
experimentan un rápido desarrollo industrial que no se detendría durante el
resto del siglo.
El narcotráfico ejerce una influencia en las sociedades de países
latinoamericanos, en especial en Colombia donde Pablo Escobar se convierte en
un verdadero poder paralelo al del estado. La situación degenera en un
conflicto transnacional que involucra a EE.UU., en la llamada "guerra
contra el narcotráfico".
Los videojuegos se hacen cada vez más populares y comienza a
extenderse, de este modo, una industria que en la actualidad genera beneficios
superiores a los del cine o la literatura. Una nueva cultura, una nueva forma
de aprender, interactuar, pensar, entretenerse.
Década de 1990 a 1999
Esta década dio nacimiento a un nuevo mundo. Tras la caída del
muro de Berlín se desencadenó la desintegración de la URSS dando nacimiento a
nuevos estados independientes y permitiendo la reforma política en las naciones
que habían permanecido bajo su influjo. De entre estas naciones sobresaldría la
Federación Rusa, que fue liderada por Boris Yeltsin durante todo el período.
Gracias a los últimos avances en las Tecnologías de la Información
y las Comunicaciones (TIC) la "globalización", proceso presente,
desde hace siglos, comienza a alcanzar niveles nunca antes imaginados.
El Consenso de Washington (Estados Unidos), acuerda un paquete de
políticas económicas para reformular y ajustar todas las economías nacionales
del mundo. En 1994 se crea la Organización Mundial del Comercio; junto con el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial desempeñarán un papel central
durante la década.
Los Estados Unidos conocen bajo el gobierno de Bill Clinton un
crecimiento económico sin precedentes. Además, la administración de Clinton
respaldó negociaciones en Oriente Medio que llevaron a que el conflicto árabe-israelí
estuviera más cerca que nunca de resolverse, si bien no llegó a concretarse una
solución.
La República Popular China empezó a ver los beneficios de su
política de transformación económica iniciada a finales de los años 1970, que
hicieron que el país abandonara poco a poco los principios de la economía
comunista clásica desarrollando una particular economía de mercado.
El nacimiento de la Unión Europea (UE) en 1993, dio al mundo un
nuevo bloque político económico fuerte que paulatinamente se colocó como una
fuerza predominante en Europa.
Oriente medio aumentó su división interna y los países árabes
dejaron de representar un peligro para la existencia del estado de Israel.
La Guerra del Golfo dividió a los países árabes, algunos de los
cuales se aliaron con potencias occidentales para atacar a Irak que bajo el
gobierno de Saddam Husein había invadido Kuwait.
América Latina es la región que aplica en forma más disciplinada
las políticas económicas del Consenso de Washington. Los presidentes Menem
(Argentina), Collor de Melo (Brasil), Salinas de Gortari (México), y Fujimori
(Perú), resultan los principales exponentes de esas políticas.
Se crea el Mercosur (1991). México entra al NAFTA, con EE.UU. y
Canadá.
En Chile tras diecisiete años, termina un fructífero gobierno
militar (denominado dictadura por grupos de izquierda) que estableció sólidas
bases políticas y económicas, y se inicia un largo gobierno de la Concertación
entre socialistas y demócrata-cristianos que se extiende por dos décadas.
En Paraguay finaliza una de las dictaduras más largas de la
historia y se abre una prolongada etapa democrática.
Al sur de México se produce el levantamiento indígena zapatista
(1994). En Guatemala con la firma de la paz en 1996 finalmente termina una
guerra civil que duró 36 años y que dejó más de 200.000 muertos y desaparecidos.
La década termina con América Latina como la región con mayor
desigualdad social de la Tierra y la única en la que no se avanzó en la lucha
contra la pobreza (Banco Mundial, 2003).
La aparición de Internet como una herramienta al alcance de la
población, marca una revolución cultural cuyo alcance aún no puede ser
claramente evaluada, pero que sin duda ha cambiado para siempre la manera en
que las personas se comunican.
Fuentes Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XX
Ver guerras y conflictos del siglo:
http://www.azc.uam.mx/csh/sociologia/sigloxx/guerras.html
instauración de los
dictadores en América latina
Guerra de independencia:
lucha armada, guerra civil…
La Guerra de Independencia de los
pueblos hispanoamericanos fue cruel, encarnizada, y puso de manifiesto las
luchas internas de poder entre la élite criolla. La clase dominante
se fraccionó en distintos grupos de poder: patriotas realistas, centralistas,
federalistas, moderados, liberales y conservadores. Por ejemplo, en Chile, el
Congreso Nacional estaba dividido en grupos: moderados e independentistas
(encabezados por Bernardo O'Higgins). En Venezuela,
el Congreso Nacional mostró, también, diferencias entre los grupos políticos,
sin embargo, los grupos a favor de la independencia dominaron. Francisco de
Miranda y Simón Bolívar (ambos
independentistas) organizaron, en 1810, la Sociedad Patriótica, con el fin de
lograr la separación. Venezuela declaró la independencia en 1811, y redactó
una constitución que
adoptó la forma de gobierno republicano
y federal, similar a la Constitución de Estados Unidos. Los conflictosinternos
y la movilización de las fuerzas españolas sofocaron y suprimieron la Primera
República de Venezuela. Ante el fracaso venezolano, y las pocas posibilidades
de lograr el apoyo de Nueva Granada para la recuperación de Venezuela, Bolívar
decidió exilarse en Jamaica.
En México, los sectores populares más
afectados por las luchas entre criollos y peninsulares fueron los indios y los
mestizos. Ante las pésimas condiciones sociales y económicas del campesino indígena,
el padre Miguel
Hidalgo se levantó en rebelión, en 1810. El Grito de Dolores inició la
guerra de independencia de México. Este movimiento era esencialmente indígena y
campesino, y careció del apoyo de los sectores dominantes como la iglesia y
la elite criolla. Ante la derrota y muerte de
Hidalgo, en 1811, José María Morelos retomó la lucha armada. Para 1813, éste
convocó el Congreso de Chilpancingo, y planteó la independencia absoluta de
México. La causa libertaria de Morelos quedó truncada, en 1815, al ser
capturado y ejecutado.
En la región de La Plata (Buenos Aires),
la lucha entre criollos y peninsulares se vio afectada por otra fuerza externa
que ejerció presión sobre
la región: Inglaterra.
En los años de 1806 y 1807, La Plata fue ocupada por Inglaterra. Esta ocupación
provocó una crisis en
la administración colonial,
pero, también, estimuló el espíritu nacionalista de los porteños, y puso
de relieve la
fragilidad del imperio español.
La única colonia en Sur América que mantuvo la adhesión y lealtad a España fue
Perú. Razones de tipo social y racial contribuyeron a este hecho: la clase
criolla peruana prefirió mantener la lealtad a España ante el temor de una
alianza entre los mestizos y los indios, que eran numéricamente superiores a
ellos, pues dicha alianza podía poner en peligro sus intereses económicos y
sociales.
En el Caribe, Puerto Rico y Cuba también
permanecieron leales a España. Sin embargo, en ambas islas, comenzó a
perfilarse un movimiento a favor de la independencia. En Puerto Rico, por
ejemplo, hubo una gran simpatía hacia la causa libertaria, y el pueblo
puertorriqueño se negó a participar militarmente en contra de los hermanos
latinoamericanos. Ante la solidaridad manifiesta
de Cuba y Puerto Rico a la guerra de independencia, España decidió reforzar el
sistema represivo en las islas con el fin de evitar levantamientos
revolucionarios, y logró retener las islas.
Las colonias centroamericanas también
se rebelaron contra España. De hecho, la primera provincia en declarar su
independencia fue El
Salvador. Al contrario de México, la rebelión centroamericana fue
fundamentalmente elitista, y tuvo poca participación de los sectores populares.
En 1823, el reino de Guatemala -compuesto
por Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica-
declaró la independencia y en 1824,se organizó la República Federal
Centroamericana. No obstante, la República Federal Centroamericana enfrentó
serias dificultades que la llevaron finalmente al rompimiento que dio origen a
las naciones que conocemos hoy. Para 1815, parecía que el movimiento
independentista de las colonias españolas había fracasado. En 1816, las fuerzas
expedicionarias de Pablo Morillo reprimieron con dureza a Nueva Granada y
Venezuela. A pesar de la reacción antirevolucionaria, comenzaron a resurgir
fuerzas de resistencia,
como las guerrillas. El movimiento independentista renació con el gran triunfo
de la batalla de Boyacá, con el cual se liberó Nueva Granada, y se proclamó la
formación de la
República de la Gran Colombia,
compuesta por Venezuela, Nueva Granada y Ecuador.
Bolívar encargó la tarea de libertar al Ecuador al general Antonio José de
Sucre, y ésta se completó en 1822.
Mientras la lucha bolivariana se
recrudeció en el norte de Sur América, en Chile, las fuerzas realistas
dominaban la región, y correspondió a José de San
Martín la liberación de este país. En la batalla de Chacabuco, de
1817, San Martín derrotó a los españoles, pero fue en la batalla de Maipú
cuando San Martín logró la independencia de la región. El triunfo
revolucionario en Chile permitió el establecimiento de un gobierno encabezado
por O'Higgins, y con su apoyo, San Martín preparó la campaña para conquistar
Perú. En ese mismo año, Agustín de Iturbide, en México, proclamó el Plan de
Iguala, que declaró la independencia
de México. El encuentro de Bolívar y San Martín se produjo en Guayaquil.
Como resultado de la
entrevista, San Martín renunció a sus cargos, volvió a Chile, y emigró
definitivamente a Europa,
Bolívar recurrió a Sucre para la liberación del Alto Perú. La batalla de
Ayacucho puso fin a las guerras de
independencia, y, con la independencia del Alto Perú, nació Bolivia.
Al contrario de las guerras de
Independencia de las colonias españolas, la independencia de Brasil no
fue tan devastadora. Brasil se convirtió en la sede del gobierno portugués
cuando Napoleón ocupó
Portugal, y esta presencia fue importante en el desarrollo de
la colonia: Río de Janeiro creció y se fortaleció económicamente, y Portugal
permitió reformas económicas en Brasil que beneficiaron a los comerciantes
brasileños. En el aspecto político, Brasil era regido como un estado autónomo;
no obstante, en 1820, se produjo, en Portugal, un levantamiento que exigió la
convocación a cortes y el retorno del rey Joao VI. Ante el retorno del rey, las
cortes propusieron revocar el gobierno autónomo de Brasil, y esta situación
provocó que el heredero al trono de Portugal, Pedro de Braganza -radicado en
Brasil- se pronunciara en contra del gobierno de Portugal. Este determinó
levantarse en rebelión, declaró la independencia, y se convirtió en el primer
emperador de Brasil.
Efectos de la guerra
La lucha por la independencia tuvo
serias implicaciones en los recién independizados territorios: la independencia
no aseguró el fin de las guerras civiles, y los conflictos regionales se
agudizaron luego de la guerra. Las tensiones sociales y raciales prevalecientes
durante la guerra polarizaron las sociedades de
los nuevos países. El poder político de las naciones independizadas fue débil,
y promovió el desarrollo del caudillismo. Aunque la guerra terminó con elmonopolio español,
las naciones latinoamericanas quedaron a merced de la influencia económica
de Estados
Unidos e Inglaterra, que dominaban el mercado atlántico.
Esto representó un problema adicional, pues el fuerte desarrollo económico de
los norteamericanos resultaba demasiado competitivo para los países recién
independizados. Además, en ellos, prevalecía un clima de
confusión, desorganización e inestabilidad. Luego de la independencia, las
naciones latinoamericanas atravesaron serias dificultades de tipo político y
económico que más bien generaron la disgresión de los estados. Además, las
potencias extranjeras (como Estados Unidos) veían con gran recelo la unidad
latinoamericana, pues podía poner en peligro sus intereses sobre la región.
Después de la independencia, Guatemala
buscó apoyo en México como aliado para poder mantener la oligarquía en el
poder. Gabino Gaínza declaró su anexión a México e inmediatamente, Iturbide
envió un ejército al mando del general Vicente Filísola, que fue muy bien
recibido en la capital del
reino. Pero se produjo una disensión: El Salvador se sublevó contra los
mexicanos, y el ejército de Filísola se dirigió hacia aquella provincia, a la
cual pudo someter. A la caída de Iturbide, Filísola volvió a Guatemala, donde
la situación había cambiado, y se encontró muchos más partidarios de la
separación de México y de una independencia total. Propuso convocar un congreso
para decidir lo que había de hacerse. El congreso, reunido el 24 de junio de
1823 en Guatemala, declaró la independencia total. El reino de Guatemala pasó a
llamarse Provincias Unidas de Centroamérica, y se nombró un gobierno
provisional de tres miembros, encabezado por el doctor Pedro Molina, con
la misión de
redactar una constitución.
Cuando se redactó la constitución, de
influencia norteamericana, en noviembre de 1824, el país pasó a llamarse
República Federal Centroamericana. Esta estaba formada por cinco estados, que
tenían, a su vez, poderes ejecutivos, legislativos y judiciales
completamente autónomos dentro de sus límites territoriales.
Las luchas de las oligarquías provinciales para mantenerse en el poder, y la de
todos contra el intento centralizador de Guatemala, donde residía el gobierno
nacional, llevaron a la disolución de la federación. El presidente, Manuel
Arce, y el gobernador de cada provincia (en Costa Rica, Juan Mora Fernández; en
Nicaragua, Manuel Antonio de la Cerda; en Honduras, Dionisio Herrera; en El
Salvador, Juan Vicente Villacorta; en Guatemala, Juan Barrundia), todos ellos
pertenecientes a la oligarquía terrateniente, organizaron gobiernos
provinciales fuertes y poco a poco fueron separándose del gobierno central.
Nicaragua, Honduras y Costa Rica se declararon independientes en 1838,
Guatemala, en 1839, y El Salvador se independizó en 1841.
Comienzo de la vida independiente
Al concluir el siglo XIX, América Latina quedó
dividida en 19 naciones y unos territorios incorporados, inmersos en un proceso
de formación de nacionalidades que se caracterizará por la violencia que
generará la política de los recién nacidos países, en torno a
asuntos tales como la anarquía, los gobiernos dictatoriales y la definición de
fronteras. Prácticamente todos los países latinoamericanos, menos Brasil,
tendrán conflictos de esta naturaleza.
La inexperiencia política de los criollos, junto con las luchas civiles y la
ambición imperialista de otros países, propiciará la intervención continua de
potencias extranjeras como los Estados Unidos e Inglaterra. Esta intervención
será el precio que
habrá que pagar por irse incorporando a la economía
mundial, y al capitalismo europeo,
en especial, con Inglaterra.
Al concluir el proceso de liberación,
cada una de las nuevas naciones se inició en el ejercicio de la vida
independiente en circunstancias muy variadas. Por ejemplo, México sobresale por
la complejidad y variedad de los problemas que
tuvo que enfrentar, análogos a los que sufrió durante su vida colonial. Además,
su posición geográfica lo coloca en una situación conflictiva, pues es,
también, la frontera norte
de América Latina, y el punto más propicio para la penetración de los países
que quisieron apoderarse del control que había perdido España. En otros países,
los procesos fueron
menos intensos, más localistas, o más uniformes.
México
México inicia su vida independiente
bajo el imperio de Iturbide, en 1821 pero, en 1824, promulgó su constitución, y
se creó la República Federal de los Estados Unidos Mexicanos. Surgen dos
bandos: los centralistas y los federalistas, quienes se debatirán el poder
durante casi dos décadas. Durante la decada de 1830, ante la creciente inmigración de
estadounidenses al territorio de Texas, el presidente Santa Anna ordena las
fronteras texanas, por lo que surgió el conflictode
Texas: los texanos se declararon independientes, y Santa Anna atacó la región
para reintegrarla a México. Logró su primera victoria en El Alamo pero, más
tarde, fue derrotado. Como resultado, Estados Unidos se apoderó del territorio
de Nuevo México y la Alta California. En un segundo enfrentamiento, los
norteamericanos invadieron México. El tratado Guadalupe-Hidalgo devolvió la
paz: México cedió el territorio desde el Río Grande hasta el Pacífico, y
recibió 15 millones de dólares como indemnización.
Tras años de continuas luchas por el
poder, Santa Anna (caudillo del pueblo) respaldado por el clero y los grandes
terratenientes regresó al gobierno, y se convirtió en dictador. Benito Juárez y
otros líderes se rebelaron contra la dictadura de Santa Anna, quien fue
derrotado y se exilió en Colombia en 1857. Surgieron nuevos ideales de reforma:
separar la Iglesia y el
Estado; secularizar la educación;
reducir el poderío económico de la iglesia quitándole los bienes;
impulsar la economía,
y establecer un sistema de justicia apoyado
por legislación aprobada por una asamblea representativa.
Se promulgó una nueva constitución en
1857, y Juárez asumió el poder. Dicha constitución prohibía la esclavitud y
las propiedades de la Iglesia: concedía la libertad de prensa;
eliminaba los monopolios y establecía un gobierno democrático representativo.
Chile
La República de Chile comenzó su vida
independiente en medio de una gran desorganización administrativa. El pueblo
veía el cuerpo militar como la única salvación. Bernardo O'Higgins fue
designado director del país. Su administración provocó
malestar entre el pueblo, al eliminar los títulos nobiliarios, e intervenir en
los asuntos eclesiásticos. Fundó escuelas y la biblioteca nacional.
Tras ser obligado a renunciar, el país atravesó una época de anarquía durante
la cual se abolió la esclavitud. La constitución de 1826 dividió al país en
ocho provincias. Con la subida de Prieto al poder, comenzó una época de
progreso y de orden. Se les concedió el voto a los varones mayores de
veinticinco años que supieran leer y escribir, y, además, tuvieran propiedades.
De 1841 a 1851, comenzó la expansión del comercio de
las minas de cobre.
Con Manuel Montt, el déspota ilustrado, el país continuó su acelerado progreso
económico y cultural.
Argentina
Fuertes luchas por lograr la
unificación territorial de las diferentes regiones argentinas entre
federalistas y centralistas iniciaron la vida independiente de la república. Se
convocó un congreso en Tucumán como último intento por salvar la unión pero no
tuvo efecto. En 1829, se eligió gobernante a Manuel de Rosas, verdadero
caudillo del pueblo. Rosas procuró equilibrar las diferentes clases sociales
mientras dominó con mano férrea. En 1852, se presentó una constitución que
integraba en un país a todas las regiones del antiguo Virreino de la Plata,
hecho que trajo como consecuencia otra guerra civil, ante el rechazo que el
documento sufrió entre algunos sectores que se oponían a la integración de
un gobierno central. Bartolomé Mitre asumió el poder, seguido por Domingo
Faustino Sarmiento, y otra guerra civil. En 1880, Buenos Aires fue proclamada
capital de la república. A partir de entonces, se terminó la guerra
con los indios, se ocupó y colonizó el desierto, se construyeron líneas
ferrocarrileras, se fomentó la agricultura,
se establecieron el matrimonio civil
y la ley de educación.
Cuba
Cuba continuó siendo colonia española
hasta 1898, cuando pasó a ser posesión de los Estados Unidos, durante la Guerra
Hispanoamericana. El sentimiento separatista se había hecho sentir en la isla,
pero Cuba siguió luchando su independencia y la consiguió.
Problemas fundamentales de la vida
independiente
Durante el siglo XIX, los gobiernos de
los países recién independizados se vieron influidos por las fuerzas militares,
la sucesión dinástica en el gobierno, las técnicas de
gobierno no delimitadas, los golpes de estado, el exilio de los ciudadanos más
capaces, y el constante fracaso de las constituciones
En el momento de tomar las riendas de
los nuevos estados americanos, el elemento criollo no estaba preparado para
dirigir el país. Las guerras de independencia fueron encabezadas por hombres
dedicados a la carrera militar, que dominaban las técnicas de mando pero que
apenas poseían cualidades o principios de
administración pública. Como consecuencia de sus victorias militares,
controlaron las masas populares, y fueron convirtiéndose en caudillos del
pueblo, como Simón Bolívar y José de San Martín. Hubo líderes buenos y malos,
pertenecientes a todas las clases
sociales, del pueblo o de la clase alta, pero todos con algo en común: su
preocupación por la patria. La mayoría de las veces, empezaron luchando por
causas nobles, aunque terminaran imponiendo su voluntad, por fuerza o por
doctrina, para mantenerse en el poder.
El dictador, por lo general, llegaba al
poder después de derrocar el régimen existente. Las dictaduras toman auge en
América Latina en las cercanías del siglo XIX.
La diferencia entre ambos líderes, el
caudillo y el dictador, estriba en la forma en que llegan al poder: el caudillo
recibía el apoyo de las masas del pueblo, era un líder natural,
y tenía grandes sectores del pueblo incondicionalmente a sus órdenes. Por el
contrario, el dictador era un líder que se apoyaba en las fuerzas militares
para ejercer el control de la región. Su gobierno, tiránico y totalitario,
menospreciaba o ignoraba el poder legislativo. Tanto uno como el otro
promovieron inestabilidad política durante los años posteriores a la
independencia.
La única excepción fue Brasil ya que,
una vez logró su independencia de Portugal, llevó una vida pacífica libre de
dictaduras durante todo el siglo XIX. Esta situación permitió al país iniciar
una vida independiente más productiva que la de otras regiones. Como resultado,
el desarrollo
económico que alcanzó el país durante el siglo XIX fue más sólido.
En el siglo XX
México
El 18 de Julio de 1872 fallece el
presidente Lic. Benito Juárez, declarado Benemérito de las Américas, y, tras de
ocupar la Presidencia de la República el Lic. Sebastián Lerdo de Tejada, se
proclama el plan de Tuxtepec y el 28 de Noviembre de 1876 asume la Presidencia
por primera vez el Gral. don Porfirio Díaz, quien, olvidándose de las viejas
causas liberales por las cuales combatiera tan brillantemente, principia por
establecer una dictadura patriarcal, que si bien da al país 30 años de paz,
pronto degenera y crea una casta de privilegiados que se confabulan con la
aristocracia de caciques, hacendados y latifundistas que explotan y oprimen al
pueblo.
Por un período muy corto está en la
presidencia Manuel González y en 1880 regresa Porfirio Díaz a ocuparla
nuevamente. En las siguiente elecciones estaban, Francisco I. Madero candidato
del Partido Antireleccionista en contra de Porfirio Díaz y Madero fue hecho
prisionero en San Luis Potosí mientras se realizaban las elecciones.
Díaz se reeligió y Madero escapó de la
cárcel y se refugio en San
Antonio, Texas donde dio a conocer el Plan de San Luis. En él declara nulas
las elecciones desconocía al régimen de Díaz, exigía el sufragio efectivo
y la no reelección y, señalaba el 20 de Noviembre de
1910 para que el pueblo se levantara en armas contra
el tirano.
Al llamado Plan de San Luis, se
pronunciaron hombres como Pascual Orozco, Pancho Villa, Emiliano Zapata etc.
La insurreción se extendió poco a poco por todo el País. En Mayo de 1911 cayó
Ciudad Juárez en poder de los maderístas. Debilitado el gobierno de Díaz entra
en negociaciones y el 25 del mismo mes el dictador presentó su renuncia y
abandonó el país el 25 de mayo de 1911.
La revolución Maderista del 20 de
noviembre de 1910 derrotó al dictador Porfirio Díaz y logró sentar en la
Presidencia con sufragios efectivos a don Francisco I. Madero. En Coahuila don
Pablo González, el viejo magonista, y estando de acuerdo con don Francisco I.
Madero y con Venustiano Carranza para lanzarse contra la Dictadura Porfirista,
lo hizo pronunciándose al grito de "!Viva Madero!" el 22 de enero de
1911 en el Puerto del Carmen, del Municipio de Nadadores, Coahuila, al frente
de muchos después connotados jefes como Francisco Murguía, Cesáreo Castro,
Idelfonso V. Vázquez, Teodoro Elizondo y muchos más.
Francisco I. Madero inmaculado prócer y
mártir de la democracia a
partir de los Tratados de
Ciudad Juárez del 10 de mayo de 1911 y con la renuncia de don Porfirio Díaz,
dejó como presidente interino al Lic. Francisco León de la Barra y al antiguo
Ejército Federal porfirista según acuerdos en pie, error tremendo que
criticó don Venustiano Carranza: "Revolución que tranza, Revolución que se
pierde".
Por otra parte, los Porfiristas
reclamaban sus antiguos privilegios; los zapatistas exigían el reparto de
tierras; la prensa lo atacaba a diario y las rebeliones de Félix Díaz y
Bernardo Reyes, independientes entre sí, confluyeron en la llamada Decena
Trágica para asentarle el golpe definitivo a Madero.
Chile
En 1946 ganó las elecciones Gabriel
González Videla, líder del Partido Radical, apoyado por una coalición de
izquierda cuyos principales componentes eran su propia agrupación y el Partido
Comunista. Videla nombró a tres comunistas para ocupar carteras ministeriales,
pero la coalición consiguió mantenerse apenas seis meses, ya que los ministros
comunistas, con frecuencia enfrentados con los demás miembros del gabinete,
fueron destituidos en abril de 1947. Hacia finales del mismo año, Chile rompió
relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. En 1948 centenares de
comunistas fueron encarcelados en virtud de la Ley de Defensa Permanente de la
Democracia, que proscribió al Partido Comunista. Poco después fue sofocada una
rebelión militar encabezada por el antiguo presidente Ibáñez. Durante los años
siguientes fueron frecuentes las manifestaciones sociales y sindicales. En 1951
se produjeron huelgas en casi todos los sectores de la economía. Al año
siguiente, la reacción popular contra los partidos tradicionales tuvo como
consecuencia la elección del general independiente Carlos Ibáñez, quien
restauró el orden en cierta medida, aunque no pudo solucionar los problemas
económicos y sociales. En 1958 asumió la presidencia Jorge Alessandri, y
propuso un plan de diez años que establecía reformas fiscales, proyectos de
infraestructura y la reforma agraria. En 1964 rompió relaciones diplomáticas
con Cuba, aunque restableció los vínculos con la Unión Soviética. En 1960, un
maremoto y un terremoto sacudieron al país provocando enormes daños y miles de
muertos, especialmente en la zona de Valdivia. En las elecciones presidenciales
de 1964, el antiguo senador Eduardo Frei Montalva, candidato de la
centrista Democracia
Cristiana, derrotó a una coalición de izquierdas. Las importantes reformas
de Frei, como la nacionalización parcial del sector del cobre (la denominada
‘chilenización del cobre’), provocaron la insatisfacción de algunos sectores de
la derecha, lo que desembocó en una violenta oposición política. Al aproximarse
las elecciones presidenciales de 1970, la oposición de izquierda se coaligó en
la Unidad Popular. Nombró candidato a Salvador Allende quién
ganó las elecciones y comenzó rápidamente a cumplir sus promesas electorales,
orientando al país hacia el socialismo (con su popular lema "vía chilena
al socialismo". Se instituyó el control estatal de la economía, se
nacionalizaron los recursos mineros,
los bancos extranjeros
y las empresas monopolistas,
y se aceleró la reforma
agraria. Además, Allende lanzó un plan de redistribución de ingresos,
aumentó los salarios e
impuso un control sobre los precios.
La oposición a su programa político
fue muy vigorosa desde el principio y hacia 1972 se había producido una grave
crisis económica y una fuerte polarización de la ciudadanía.
La situación empeoró aún más en 1973, cuando el brutal incremento de los
precios, la escasez de alimentos (provocada
por el recorte de los créditos externos),
las huelgas y la violencia llevaron al país a una gran inestabilidad política.
Esta crisis se agravó por la injerencia de Estados Unidos, que colaboró
activamente por desgastar al régimen de Allende. El 11 de septiembre de 1973
los militares tomaron el poder mediante un golpe de Estado, pereciendo Allende
en la defensa del palacio presidencial. (La opinión generalizada es que Allende
se suicidó durante el asalto al palacio de la Moneda).
Argentina
A principios del s. XX se manifestó la
necesidad de reformar el sistema
político en un sentido democrático. En la presidencia de Roque Sáenz
Peña se aceptó una nueva ley electoral que desde 1912 permitió fundamentales
renovaciones. Distintos matices de la democracia argentina se personificaron en
Juan B. Justo, Lisandro de la Torre e Hipólito
Yrigoyen. Éste asumió la presidencia en 1916 como representante de los
radicales. Lo sucedió en 1919 Marcelo T. de Alvear, pero en 1928 Yrigoyen
volvió al poder. En 1930 un movimiento armado derrocó el régimen constitucional
y puso en el poder al general José Félix Uriburu. Varios presidentes se
sucedieron en un período turbulento en el que se adoptaron políticas cada
vez más conservadoras y autoritarias. Presionado por los Estados Unidos, el
gobierno de Pedro P. Ramírez
declaró la guerra a Alemania y Japón en
1944. En las elecciones presidenciales de 1946 triunfó el entonces coronel Juan
D. Perón,
que fue reelegido para el período 1952-1958. En septiembre de 1955, la
revolución encabezada por el general Eduardo Lonardi lo obligó a renunciar a su
cargo. En febrero de 1958 fue elegido presidente constitucional para el período
1958-1964 Arturo Frondizi, quien no consiguió detener la crisis económica que
asolaba al país desde 1950. A partir de 1962, cuando fue destituido Frondizi
por las fuerzas armadas, se sucedieron diversos gobiernos militares y civiles.
Perón volvió al poder en 1973, y tras su muerte, ocurrida al año siguiente, lo
sucedió en la presidencia su esposa, María Estela Martínez. Continuaron
aumentando los problemas económicos y los conflictos sociales, y en 1976 un
golpe de estado dio el poder a una junta militar, presidida sucesivamente por
Jorge Rafael Videla, Roberto Viola y Leopoldo F. Galtieri. El 2 de abril de
1982 las fuerzas armadas argentinas recuperaron las islas Malvinas,
en posesión británica. La derrota ante la armada británica trajo como
consecuencia la caída del gobierno castrense. Raúl Alfonsín asumió la
presidencia en 1983 e intentó infructuosamente sanear la economía nacional,
agobiada por la falta de inversiones y
el endeudamiento externo. En 1989 las elecciones dieron el triunfo al peronista
Carlos Saúl Menem.
Su objetivo fundamental
fue recuperar la disciplina económica
y atraer la inversión.
Durante su gobierno se redujo la inflación y la economía se recuperó.
Cuba
Desde 1909 la vida política de Cuba se
desenvolvió normalmente, con las alternativas de algunos movimientos armados.
Desde 1933 se hizo sensible la gravitación política de Fulgencio Batista,
triunfante en la revolución del 4 de septiembre de ese año y presidente de 1940
a 1944. Batista volvió a la presidencia en 1952, encabezando un movimiento
armado, gobernando desde entonces tiránicamente. En 1956, Fidel Castro desembarcó
en la isla, iniciando un movimiento revolucionario que en dos años derrocó a
las autoridades constituidas. Castro entró en la Habana en enero de 1959. El
primer presidente revolucionario, Manuel Urrutia Lleó, debió renunciar a corto
plazo por oponerse a las influencias comunistas dentro de su gobierno. Bajo la
presidencia de Osvaldo Dorticós Torrado, Fidel
Castro proclamó en 1961 la "República Socialista". Entre las
medidas decretadas desde entonces figuraron la reforma agraria, la reforma
urbana, la nacionalización de la educación, la reorganización del poder
ejecutivo, la supresión de las elecciones y el mejoramiento de la flota
mercante. Durante las décadas de 1960 y 1970, Cuba se convirtió en un país
satélite de la Unión Soviética, encargándose de exportar la revolución
comunista al Tercer Mundo. Al iniciarse los años ochenta, había tropas cubanas
en Angola y Etiopía, y Cuba prestaba ayuda a gran cantidad de movimientos
guerrilleros en América latina. Para desligarse de su imagen de
mero seguidor de la URSS, Castro asumió un papel de liderazgo en
el movimiento de países no alineados. La caída del comunismo,
primero, y la posterior desaparición de la Unión Soviética (1991) supusieron el
aislamiento político y económico de Cuba. En 1993 el presidente Castro anunció
medidas para liberalizar la economía, la cual se encontraba sumida en una
profunda crisis.
Los dictadores
México
Porfirio Díaz
Porfirio Díaz, militar y político
mexicano, presidente de la República (1876-1880; 1884-1911), cuyo ejercicio del
poder ha dado nombre a un periodo de la historia de
México conocido como Porfiriato.
Nació en Oaxaca y se alistó en el Ejército, participando en tres guerras: la
guerra mexicano-estadounidense (1846-1848); la guerra civil (1858-1861) entre
liberales y conservadores, llamada guerra de Reforma, en la que apoyó la causa
liberal de Benito Juárez y la guerra patriótica (1863-1867) contra Maximiliano
I, archiduque de Austria y emperador de México.
Díaz no alcanzó la presidencia de
México frente a Juárez en 1867, ni tampoco en 1871. Después de cada derrota
encabezó sendas e infructuosas rebeliones militares, mediante las que pretendía
alcanzar el poder. En 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares
y derrocó al presidente Sebastián Lerdo de Tejada, asumiendo la presidencia de
la República. Según la Constitución mexicana, Díaz no podía permanecer en la
presidencia durante dos mandatos consecutivos por lo que tuvo que renunciar en
1880 aunque continuó en el gobierno como secretario de Fomento. Fue reelegido
en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que
permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder
hasta 1911.
Al frente de México, casi como delegado
divino, Porfirio Díaz… Don Porfirio, que era, para la generación adulta
entonces, una norma del pensamiento sólo
comparable a las nociones del tiempo y
del espacio, algo como una categoría kantiana. Atlas que sostenía la República,
hasta sus antiguos adversarios perdonaban en él al enemigo humano, por lo útil
que era, para la paz de todos, su transfiguración mitológica.
A la cultura de
la Revolución Mexicana la anteceden los treinta y tantos años de dominio avasallador
del general Porfirio Díaz, décadas de arraigo profundo de una interpretación reverente
(tanto activa como pasiva) del autoritarismo. Que el nombre del dictador
bautice o sintetice el periodo se explica con facilidad y no sólo por razones
políticas. Comparten rasgos una persona (Porfirio Díaz), una élite política e
intelectual (el grupo conocido
como los "científicos" y sus alrededores literarios) y lo más visible
y reconocible de una época. Tienen en común el orden impuesto a como dé lugar;
la estricta jerarquización del sistema político y la existencia cotidiana; la
devoción ante el modelo europeo (del que adoptan los rasgos externos, el
cuidado de la apariencia, el fetichismo de la respetabilidad); la fe en un
progreso constituido de modo tangible con ferrocarriles y fábricas y
empréstitos y reconocimiento de los demás estados; las vagas líneas divisorias
entre decoro y decoración.
Su régimen estuvo marcado por logros
importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el mandato de Díaz,
la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo
económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre todo
estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera,
la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías
férreas y líneas telegráficas; y el comercio
exterioraumentó aproximadamente en un 300%. Por otra parte, los inversores
extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos
terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño
grupo de terratenientes, y se extendió la pobreza y
el analfabetismo.
Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas por Díaz con mano
de hierro,
hasta que se produjo la Revolución de 1911, encabezada por Francisco Ignacio
Madero. Díaz fue obligado a dimitir y a abandonar el país. Murió en el exilio,
en París.
Chile
Augusto Pinochet Ugarte.
Augusto Pinochet Ugarte, político y
militar chileno, jefe del Estado (1973-1990). Nació en Santiago y estudió en la
Academia Militar de Chile. Tras sucesivos y constantes ascensos de graduación,
fue nombrado general de brigada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva
(1964-1970). En la época presidencial de Salvador Allende fue comandante de la
guarnición de Santiago y, en 1972, se le designó comandante en jefe del
Ejército. Protagonizó el golpe de Estado de 1973, apoyado desde Estados Unidos,
que culminó con el derrocamiento y la
muerte de Allende. Pronto, como jefe de la Junta de Gobierno, limitó
la actividad política y su régimen de represión y autoritarismo fue condenado
por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas,
en 1977.
En 1980, una Constitución promovida por
él le confirmó en el poder para un periodo de ocho años; dicha Constitución
también declaraba que, al final de ese lapso, se celebraría un plebiscito para
determinar si debía continuar en el desempeño de
la jefatura del Estado. El referéndum tuvo lugar en octubre de 1988 y le negó
el derecho a prolongar su presidencia a partir de marzo de 1990 (los votos
fueron del 55% en contra de su prórroga presidencial y el 43% a favor), aunque
se mantuvo en su cargo de comandante en jefe del Ejército. El 7 de enero de
1998, la Cámara de Diputados aprobó una declaración de rechazo a la inminente
incorporación de Pinochet al Senado, tras su retirada de la jefatura del
Ejército, la cual tuvo lugar, el 10 de marzo de ese año.
Augusto Pinochet Ugarte suspendió
inmediatamente la Constitución, disolvió el Congreso, impuso una estricta
censura y prohibió todos los partidos políticos. Asimismo, lanzó una fuerte
campaña represiva contra los elementos izquierdistas del país: miles de
personas fueron arrestadas y centenares de ellas ejecutadas o torturadas;
muchos chilenos se exiliaron, mientras que otros pasaron largos años en prisión
o se dieron por desaparecidos.
Durante los años siguientes, la Junta
Militar gobernó al país con gran rigor, aunque hacia finales de la década pudo
apreciarse una cierta apertura. En 1978 se levantó el estado de sitio (aunque
siguió en vigor el estado de emergencia) e ingresaron más civiles en el
gabinete. Sin embargo, Chile siguió siendo esencialmente un Estado policial.
Una nueva Constitución, la de 1980, sometida a referéndum el día del séptimo
aniversario del golpe militar, legalizó el régimen hasta 1989; Pinochet inició
en marzo de 1981 un nuevo periodo de gobierno, ahora como presidente, con una
duración de ocho años.
En el ámbito económico, el gobierno de
Pinochet aplicó medidas de austeridad que provocaron el recorte de la inflación
y una mayor producción entre
1977 y 1981. No obstante, a partir de 1982, la recesión mundial y la caída de
los precios del cobre provocaron un retroceso de la economía chilena. En 1983
se produjeron amplias protestas contra el gobierno, seguidas de una serie de
atentados en las grandes ciudades. El aumento de la tensión popular y el
progresivo deterioro de la economía llevaron a Pinochet a reinstaurar el estado
de sitio en noviembre de 1984. A finales de ese mes, se firmó un tratado con
Argentina, en el que se ratificaba la soberanía chilena
sobre tres islas del canal
de Beagle (Picton, Nueva y Lennox). En septiembre de 1986, tras un
fallido intento de atentar contra la vida de Pinochet, se desarrolló por parte
del gobierno una nueva campaña represiva.
En agosto de 1988 se levantó finalmente
el estado de emergencia y dos meses después se permitió a los chilenos
organizar un plebiscito sobre si debía o no prorrogarse hasta 1997 el mandato
de Pinochet, que terminaba en marzo de 1989. A pesar de que casi el 55% del
electorado votó por el "no", el mandato de Pinochet se prorrogó
automáticamente hasta marzo de 1990, a la espera de la celebración de las
elecciones presidenciales y legislativas. En diciembre de 1989, durante los
primeros comicios presidenciales en 19 años, los votantes eligieron por mayoría
al candidato demócrata cristiano Patricio Aylwin, quien dio inicio al proceso
de transición a la democracia, promovió una serie de reformas económicas y
nombró una comisión para investigar las violaciones de los derechos humanos
cometidas por el régimen de Pinochet. Las reformas económicas iniciadas por
Aylwin permitieron que más de un millón de chilenos salieran de la pobreza. En
las elecciones presidenciales de 1993, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del
antiguo presidente Eduardo Frei Montalva, resultó triunfador.
En 1994 Chile solicitó su entrada en el
Tratado de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(CEAP) y en el Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA). En
1996 el gobierno de Eduardo Frei logró la integración de Chile en el Mercado
Común del Sur (Mercosur).
En las elecciones legislativas de
diciembre de 1997, la Concertación de Partidos por la Democracia (integrada por
la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia y
el Partido Radical Socialdemócrata) alcanzó la mayoría en el Congreso de los
Diputados. Sin embargo, y a diferencia de las elecciones de 1993, la derechista
Unión por Chile consiguió aumentar sus escaños. En el Senado se consolidó
también el bloque de derechas, lo que impedirá llevar a cabo reformas
democráticas en la Constitución de 1980, aprobada durante la dictadura.
Un mes después, en medio de duras
críticas y acusaciones contra Augusto Pinochet, senador vitalicio a partir de
marzo de 1998, el presidente Eduardo Frei destituyó a su ministro de Defensa,
Edmundo Pérez Yoma, por mantener una postura demasiado cercana al militarismo y
al ex-general.
Argentina
Peronismo
El peronismo es
un movimiento político argentino de carácter populista
surgido en 1945 y liderado por Juan Domingo Perón. Integrado por corrientes muy
diversas, que con el tiempo originarían profundas contradicciones en su seno, y
sin la cohesión de un programa ideológico definido, el peronismo se centró
en la
personalidad y en la obra de Perón.
La victoria del peronismo en las
elecciones del 26 de febrero de 1946 se apoyó fundamentalmente en el voto de
los pequeños y medianos propietarios, en el de los trabajadores y en el de la
burguesía industrial. Esta coalición política supo aprovechar los intereses de
los nuevos sectores sociales que el proceso de industrialización había
conformado. Apoyado institucionalmente en el Ejército y en los sindicatos,
el peronismo persiguió la creación de un capitalismo nacional independiente.
Dio un decidido impulso a la industria del país, se nacionalizaron importantes
sectores de la misma, hasta entonces en manos de capital extranjero, y se
invirtieron grandes cantidades en obras públicas. La política social,
dinamizada por la fuerte personalidad de María Eva Duarte de Perón (Evita),
reportó importantes avances laborales, que culminaron con la proclamación de
los Derechos del Trabajador, y mejoras sociales como el sufragio femenino o laconstrucción de
miles de escuelas y centros de salud.
Uno de los objetivos principales del
peronismo fue la disminución de las desigualdades y la búsqueda de una
conciliación de clases que evitara los conflictos sociales. Hasta la década de
1950, el gobierno justicialista de Perón desarrolló su política con éxito,
pero, a partir de estas fechas, las dificultades y la pérdida de apoyos
debilitaron al movimiento peronista, que exhibió desde entonces una tendencia
más acentuada hacia el autoritarismo. Hacia 1952, dos malas cosechas
consecutivas provocaron la disminución de la capacidad exportadora, que, junto
al aumento de la inflación y de la especulación, determinaron una crisis
económica, agravada por la falta de reservas del Banco Central
y por el endeudamiento exterior.
La presión de la oligarquía; el acoso
de la burguesía industrial, que había visto frustradas sus expectativas; la
oposición de la Iglesia, que no aceptaba medidas como la ley del divorcio o
la legalización de los matrimonios civiles; el descontento de algunos sectores
del Ejército; la muerte de Eva Duarte, que privaba al peronismo de su figura
más popular, y la ruptura del bloque de fuerzas que lo conformaba fueron, en
conjunto, motivos que debilitaron el gobierno de Perón y forzaron su retirada
del poder en 1955. Sin embargo, el peronismo, como corriente política, logró
mantenerse y resistir durante la dictadura militar. Tras el triunfo del Frente
Justicialista en 1973, el peronismo retomó el poder, convocó nuevos comicios y
situó a su líder en la presidencia. La muerte de Perón (1974) agudizó los
enfrentamientos internos.
En 1976, un golpe de Estado militar
desalojó del gobierno a los peronistas. La recuperación del poder por los
peronistas se consiguió en 1989, seis años después de la restauración de la
democracia en Argentina —y del triunfo del radicalismo en las elecciones
democráticas de 1983—, de la mano de Carlos Saúl Menem, líder del peronismo y desde
entonces presidente de Argentina.
Juan Domingo Perón
Juan Domingo Perón (1895-1974),
político argentino, fundador del peronismo (movimiento político actualmente
aglutinado en el Partido Justicialista), presidente de la República (1946-1952;
1952-1955; 1973-1974) y una de las figuras latinoamericanas más destacadas del
siglo XX, que llevó a cabo importantes cambios en la política de Argentina.
Nació en Lobos (provincia de Buenos
Aires) el 8 de octubre de 1895, y estudió en el Colegio Militar (1911-1913) y
en la Escuela Superior
de Guerra (1926-1929). En 1930 participó en un levantamiento militar que
derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, y fue nombrado secretario privado del
ministro de la Guerra (1930-1935). Más tarde impartió clases en la Escuela
Superior de Guerra, pasó un año en Chile como agregado militar, publicó
cinco libros sobre
historia militar y viajó a Italia para estudiar métodos militares
alpinos. A su regreso a Argentina en 1941, Perón, admirador del dictador
fascista italiano Benito Mussolini, fundó el Grupo de Oficiales Unidos (GOU),
que en 1943 protagonizó un golpe de Estado que depuso a Ramón Castillo y
procedió a transformar el movimiento sindical, debilitando la influencia que
ejercían sobre él los partidos de izquierdas, para lo que promulgó nuevas leyes,
reformó las existentes y creó nuevos sindicatos. Alcanzó popularidad entre las
clases obreras, pero según crecía su poder (fue nombrado vicepresidente de la
República además de ministro de la Guerra) aumentaba la oposición entre las
Fuerzas Armadas. El 9 de octubre de 1945 fue obligado a dimitir de sus cargos,
siendo detenido y encarcelado. La dimisión de Perón provocó una crisis de
gobierno que fue resuelta el 17 de octubre, cuando sus seguidores
sindicalistas, especialmente la Confederación General del Trabajo (CGT),
lograron su puesta en libertad. Cuatro días más tarde, Perón, que era viudo, se
casó con su compañera, María Eva Duarte, más conocida por el nombre de 'Evita',
quien, como primera dama de la Argentina, dirigió las relaciones sindicales y
los servicios sociales
puestos en marcha por el gobierno de su marido, hasta su prematura muerte en
1952. Adorada por las masas, influyó para que se estableciera el sufragio
femenino (logrando la integración de la mujer en
la vida política argentina) y fue, más que nadie, la responsable de la
popularidad del régimen de Perón (quien manejaba a las masas con consumada
habilidad). En octubre de 1946, Perón promulgó un ambicioso plan quinquenal
para la expansión de la economía, que consistía principalmente en utilizar el
gasto público como medio para reactivar el mercado luego de la recesión por la
que había pasado.
Tras una campaña electoral represiva y
violenta, Perón fue elegido presidente en 1946, con el 56% de los votos.
Creador de su propio movimiento, el peronismo, siguió políticas sindicalistas,
nacionalistas y populistas, con la ayuda de su esposa, que pasó a ser un
destacado miembro influyente, pero informal, de su gobierno. Sin embargo, a
principios de la década de 1950 comenzaron a disminuir las ventajas de que
gozaba la clase trabajadora de las ciudades. La muerte de Evita (1952), las
dificultades económicas, la creciente agitación laboral y
la excomunión de Perón por parte de la Iglesia católica debilitaron aún más su
gobierno. Su derrocamiento a manos del Ejército, en 1955, fue reflejo del
rechazo popular a su gobierno dictatorial. Sin embargo, durante sus 18 años de
exilio, Perón contó con la adhesión de los sindicatos y su influencia en la
política de Argentina, apoyando a sus seguidores en su intento por alcanzar el
poder. Finalmente, se le permitió regresar a Argentina, una vez que los
peronistas, agrupados en el Frente Justicialista de Liberación, vencieron en
las elecciones presidenciales de 1973, y fue reelegido presidente, con su
tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, como vicepresidenta. Murió, en
el ejercicio de ese cargo, el 1 de julio de 1974, sustituyéndole al frente de
la presidencia su esposa.
Carlos Saúl Menem
Carlos Saúl Menem, político argentino,
presidente de la República (1989-hasta ahora ), el primero que accedió al
cargo, desde 1928, siguiendo los cauces constitucionales de sucesión del
anterior jefe de Estado.
Nacido el 2 de julio de 1930 en
Anillaco (La Rioja), hijo de inmigrantes sirios, fue educado como musulmán
suní. En su adolescencia,
se convirtió al catolicismo e inició su actividad política cuando realizaba sus
estudios universitarios. A los 25 años, se licenció en derecho por la Universidad de
Córdoba. Miembro del Partido Justicialista (la organización política del
peronismo), en 1955 fundó las Juventudes Peronistas. Al año siguiente, fue
encarcelado por su participación en el intento de restablecer en el poder al
desterrado Juan Domingo Perón, y se convirtió en asesor legal de la
Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato peronista, función que
desempeñaría hasta 1970. En las elecciones de 1962, se presentó candidato al
cargo de gobernador adjunto de su provincia natal de La Rioja, pero el golpe
militar que derrocó al presidente Arturo Frondizi malogró la aplicación práctica
de los resultados de los comicios. Sin embargo, en 1963 fue elegido presidente
provincial del Partido Justicialista.
En 1973, tras el regreso al poder de
Perón, Menem venció en los comicios para elegir gobernador de la provincia de
La Rioja. Fue encarcelado en 1976, cuando la presidenta María Estela Martínez
de Perón, viuda y sucesora del dictador, resultó derrocada por un golpe militar
que supuso el acceso al poder de la Junta Militar presidida por Jorge Rafael
Videla, y no salió en libertad hasta 1981.
Reelegido gobernador de La Rioja en
1983 y 1987, al año siguiente recibió la nominación peronista para la
candidatura presidencial. En mayo de 1989, fue elegido presidente de la
República tras vencer a E. C. Angeloz, el candidato de la Unión Cívica Radical.
Sustituyó, por tanto, a Raúl Alfonsín (el primer presidente elegido
democráticamente después del lapso dictatorial que había transcurrido desde
1976 hasta 1983), con lo que se confirmaba el pleno retorno a la democracia en
Argentina, al producirse, en julio de 1989, la primera transición plenamente
constitucional desde hacía 71 años. Figura hasta cierto punto extravagante,
describió la corriente política a la que pertenecía desde su irrupción en la
vida pública, el peronismo, con los calificativos de: nacionalista, populista,
humanista, socialista y cristiana. Menem trabajó desde el principio de su
mandato para reformar la estructura del
Estado, privatizar el sector público industrial, alcanzar un mercado libre,
profundizar en el perdón a los militares implicados en la dictadura (en
diciembre de 1990, su gobierno concedió el indulto a los miembros de las
distintas juntas militares) y restablecer relaciones con Gran Bretaña tras la
guerra de las Malvinas (1982). En 1991, el gobierno de Menem se unió a los de
Brasil, Paraguay y Uruguay para
firmar el Tratado de Asunción, que confirmó la intención de estos países de
crear el Mercado Común del Sur (Mercosur). En 1992, el mismo año en que se
reanudaron las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, Menem ordenó que se
hicieran públicos todos los expedientes secretos sobre las actividades nazis en
Argentina posteriores a la II Guerra Mundial.
Dos años más tarde, Argentina se adhirió al Tratado de Tlatelolco (cuyo acuerdo
original databa de 1967) y entró, por tanto, a formar parte del Organismo para
la Proscripción de Armas Nucleares de América Latina (OPANAL).
En mayo de 1995, tras lograr un año
antes la reforma constitucional que le permitía renovar mandato, resultó
reelegido presidente de la República, y el Partido Justicialista obtuvo la
mayoría absoluta en la Cámara de Diputados; su victoria se basó en la
estabilidad económica de que gozaba el país, lo que beneficiaba a las clases
altas, así como en el arraigo del peronismo en las clases populares. En febrero
de 1997, Menem se autodescartó para presentarse a un tercer mandato, lo que
habría provocado una nueva reforma constitucional, ya que la última sólo
permitía dos mandatos consecutivos. En las elecciones de octubre de ese año,
que, entre otros cargos, renovaban parcialmente la Cámara de Diputados, el
peronismo fue ampliamente derrotado por la Alianza por el
Trabajo, la Educación y la Justicia (formada por la Unión Cívica Radical y
el Frepaso), con lo que el gobierno de Menem vio complicados sus dos últimos
años en el poder.
Cuba
Fidel Castro
Fidel Castro (1927-y aún sigue ),
político cubano, principal dirigente de la República desde 1959, artífice de la
Revolución Cubana y uno de los más destacados líderes de Latinoamérica durante
la segunda mitad del siglo XX. Nacido el 13 de agosto de 1927 en Mayarí, hijo
natural de un inmigrante español, plantador de azúcar,
Castro se afilió al Partido del Pueblo Cubano en 1947, y se doctoró en leyes
por la Universidad de La Habana en 1950. Después de que Fulgencio Batista se
hiciera con el control del gobierno cubano en 1952 y estableciera una dictadura
en el país, Castro se convirtió en el líder del grupo Movimiento, una facción
antigubernamental clandestina cuyas acciones culminaron con el asalto al
cuartel de Moncada (en Santiago de Cuba) el día 26 de julio de 1953, hecho por
el cual fue encarcelado. En el juicio subsiguiente se hizo cargo de su propia
defensa, cuyo alegato se manifestó por medio de un discurso (la
historia me absolverá) que, más tarde, se convertiría en una importante
consigna política para los revolucionarios.
Condenado a 15 años de prisión, fue
amnistiado en 1955, y se exilió sucesivamente en Estados Unidos y México, donde
fundó el Movimiento 26 de Julio. El 2 de diciembre de 1956, regresó a Cuba con
una fuerza de 82 hombres, de los cuales 70 murieron en combate nada más
desembarcar desde el barco Granma en la playa de las Coloradas, en el
extremo suroccidental de la isla. Castro, su hermano Raúl y Ernesto Che
Guevara se encontraban entre los 12 supervivientes. Con su base
principal en sierra Maestra, donde habían conseguido internarse los revolucionarios
dirigidos por Fidel Castro, el Movimiento 26 de Julio fue ganando apoyo
popular, principalmente en los ámbitos estudiantiles (Directorio 13 de Marzo),
y en diciembre de 1958, con respaldo del Partido Popular Socialista, avanzó
hacia La Habana, ciudad de la cual hubo de huir Batista el 1 de enero de 1959 y
en la que entró el propio Castro siete días después, acto que pondría colofón
al definitivo triunfo de la Revolución Cubana. Castro se declaró a sí mismo
primer ministro en febrero de 1959, cargo que ostentó hasta 1976, en que asumió
la presidencia del Consejo de Estado, que según la nueva Constitución de
diciembre de ese año englobaba la jefatura del Estado y del gobierno.
Fracasado su intento de establecer
relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció acuerdos
sobre armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración de sus rivales políticos.
Nacionalizó los recursos cubanos, afrontó una profunda reforma agraria basada
en la colectivización de propiedades y estableció un Estado socialista de
partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista, que en 1965
pasaría a denominarse Partido Comunista Cubano y cuya secretaría general
asumiría el propio Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos al
exilio. Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las
empresas de titularidad estadounidense, y en 1960 anuló los acuerdos
comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió en septiembre de ese año
con la Primera declaración de La Habana, reafirmando la soberanía
cubana frente al imperialismo estadounidense.
Un grupo de exiliados cubanos recibió el respaldo del gobierno de Estados
Unidos, en un infructuoso intento por derrocarlo que tuvo lugar en abril de
1961 y pasó a ser conocido como el desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento, Castro se alineó
abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y
militar. En 1962, estuvo a punto de producirse una guerra nuclear, cuando la
URSS situó en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la oposición
estadounidense. La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó tras la celebración
de negociaciones entre el presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y
el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschov.
Durante las siguientes décadas, Castro
alcanzó gran reconocimiento entre los países miembros del Tercer Mundo, gracias
a su liderazgo de la Organización de Países No-Alineados (que presidió desde
1979 hasta 1981). A finales de la década de 1980, cuando la URSS inició sus
procesos de glasnost (en ruso, ‘apertura’)
y perestroika (en ruso, ‘reestructuración’), bajo el gobierno de
Mijaíl Gorbachov, Castro mantuvo la aplicación del régimen marxista-leninista
que había instaurado a principios de la década de 1960. Sin embargo, con el
inicio del proceso de desintegración de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda
Mutua Económica) en 1990, los problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993,
en un intento por alcanzar una economía mixta, Castro aprobó reformas
económicas limitadas que legalizaron algunas empresas privadas.
En 1996, el Congreso de Estados Unidos
aprobó la denominada Ley Helms-Burton, que articulaba legalmente el boicoteo
económico a Cuba, al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran
relaciones comerciales con otras radicadas en la isla. Por su parte, la Unión
Europea (UE), en clara oposición, presentó una serie de medidas
aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para
neutralizar los efectos de la Ley Helms-Burton.
Durante su intervención en el V Congreso
del Partido Comunista Cubano (octubre de 1997), Castro reafirmó la idea de que
Cuba no se dirigiría hacia el capitalismo, lamentando las aperturas que su
gobierno hubo de consentir debido a la caída de los principales regímenes
comunistas. En febrero de 1998, poco después de una visita histórica del papa
Juan Pablo II a la isla, resultó reelegido nuevamente por la Asamblea Nacional
del Poder Popular como presidente de la República, por otro mandato de cinco
años. El socialismo y las conquistas de la revolución, cada vez más acosadas
por las amenazas y el bloqueo estadounidenses, permanecieron como referencias
ineludibles del propio Castro en su discurso de clausura de la constitución de
la cámara que le había elegido, en el cual volvió a reiterar que no habría
transición al capitalismo en Cuba. De otro lado, el gobierno del presidente
estadounidense Bill Clinton decidió, a finales de marzo, suavizar su embargo
sobre la isla.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos13/mmndict/mmndict.shtml#ixzz3JAXpciO2
Impactos Socio-Políticos de la Globalización en América Latina
INTRODUCCION
El nuevo milenio ha comenzado con una grave
dicotomía entre aquellos que aseguran la prosperidad en una nueva y extensa
economía mundial y aquellos que sostienen que la globalización es una fuerza
negativa para la paz, la igualdad, y el desarrollo. Recientes reuniones
internacionales demuestran la división entre aquellos que se han reunido en
varios “foros de la economía mundial” en Suiza, Canadá, y Nueva York, y creen
en los beneficios de la globalización, y aquellos que reunidos en “foros sobre
los asuntos sociales del mundo” han denunciado la naturaleza destructiva de los
mercados globales. En la reunión de la cumbre de las Américas, con la
participación de treinta y cuatro líderes de los gobiernos de las sociedades
occidentales, realizada en Quebec, Canadá, en Abril de 2001, se confirmó la
oposición a los poderes hegemónicos del mercado mundial sobre la vida y el
destino de las personas.
El impacto de la globalización, en los países del
tercer mundo presenta algunas preguntas importantes sobre los aspectos y
factores de desigualdad y estratificación internacional. Los efectos más
visibles de la globalización incluyen la internacionalización de la economía
mundial, las funciones del mercado, y la creciente complejidad de las
relaciones entre países. El proceso, sin embargo, también lleva consigo algunas
consecuencias importantes con relación al desarrollo social. La habilidad de
los gobiernos nacionales para invertir en programas de bienestar social y
políticas nacionales del desarrollo, se ha visto marcadamente reducida como
también se ha visto disminuido el papel del estado. La expansión de los
mercados y la protección de aquellas zonas que influyen en el intercambio
internacional de mercancías resultan, ineludiblemente, en una relación de dominación
y dependencia en el marco internacional.
América Latina ha tenido una larga historia de
relaciones dependientes con los mercados internacionales. Desde sus orígenes y
por más de 300 años de colonización, las economías Latinoamericanas han estado
orientadas hacia la exportación y vulnerables al poder externo.
Internamente, después de casi 200 años de
independencia, las sociedades Latino Americanas han estado caracterizadas por
un sistema de estratificación social rígida que se traduce en desigualdades,
conflictos de poder, y sistemas democráticos de gran fragilidad. América Latina
es importante de estudiar con relación al proceso de globalización porque la
mayoría de los países de la región han hecho esfuerzos para participar
competitivamente en la economía mundial. El éxito o fracaso dentro de la
economía global proporciona, desde luego, ejemplos valiosos de América Latina
hacia el resto del mundo.
Aunque la mayoría de las naciones Latinoamericanas
ofrece hoy economías abiertas al mercado mundial, las condiciones internas de
estos países aún se ven seriamente afectadas por altas tasas de pobreza,
desigualdad y exclusión social. Estas condiciones no son enteramente nuevas
para los países de América Latina pero, el problema que se presenta es si la
globalización está acelerando el proceso de cambio de esta situación o es un
factor que contribuye a la permanencia de estas situaciones socio-económicas
negativas para la mayoría de la población.
LA GLOBALIZACION VISTA COMO UNA FUERZA DE CAMBIO
La idea que la globalización tiene la capacidad de
generar nuevas condiciones para la organización económica, política, y social
parece tener una amplia aceptación. Es bastante claro que las innovaciones
tecnológicas en las áreas de la electrónica, computación, comunicaciones, y en
el transporte han modificado las viejas formas económicas en la producción,
comercio, y consumo de los productos.
La tecnología ha contribuido también a alterar
significativamente la velocidad y el cambio de la sociedad y la cultura,
facilitando las relaciones a distancias. Como lo señala el ex-Presidente del
Gobierno Español, Felipe Gonzalez, “La globalización está cambiando
los sistemas de producción de la sociedad industrial, la realidad del poder
político nacional e internacional, y las realidades sociales y culturales” (p.
51).
La noción que la globalización es enteramente un
nuevo fenómeno, la fuente de una nueva economía, y la base de un paradigma
diferente a todo lo que conocemos es una suposición cuestionable. Baldwin y Martin (1999) afirman que
“la globalización parece no ser realmente algo nuevo como algunos quisieran
pensar. El mundo ha tenido por lo menos dos ondas de globalización en los
últimos 150 años y el mundo que se conocía en 1914 estaba mucho más integrado
que el mundo que conocemos actualmente”. (p. 3)
De acuerdo a estos autores, la primera
globalización evolucionó entre los años 1870 a 1914, la cual fue interrumpida
por la primera guerra mundial. La segunda globalización se desarrolló algunos
años después de la segunda guerra, alrededor de finales de los años 1960 y ha
ganado terreno y velocidad en la época actual. En ambas ondas de globalización
hay un modelo significativo de comercio, de migración humana, movimiento de
capitales, y expansión de los mercados. Asimismo, la globalización actual está
fuertemente ligada a los adelantos de la comunicación electrónica y la
computación para facilitar el comercio internacional.
Con relación a la pregunta si la globalización
actual es algo nuevo en la sociedad contemporánea, Baldwin y Martin (1999), concluyen que “la
impresión popular de un nuevo mundo con la globalización es casi enteramente
errada. Aunque hay varias características que distinguen la globalización financiera
del siglo veinte, muchos de estos elementos son similares a la ola de
globalización que terminó en 1914. De este modo, el único debate real entre
algunos observadores es si se ha logrado retornar a los niveles de integración
financiera que existía en los años de 1914.” (p. 9)
Lo que parece ser diferente entre las dos olas de
globalización son los contextos sociales y culturales que varían entre el siglo
diecinueve a fines del siglo veinte. Durante la primera globalización, la
mayoría de la población del mundo era rural y sometida a un alto grado de
pobreza. Hoy día, la globalización está caracterizada por la concentración de
la población en zonas urbanas y el mundo se encuentra estratificado y dividido
entre las naciones ricas y pobres.
De acuerdo a algunos críticos, la globalización no
implica una gran novedad en cuanto a formas de organización social y
económica. Sweezy (1997) explica que la globalización
es “un proceso que ha estado desarrollándose por largo tiempo y, de hecho, se
ha establecido en un comienzo del capitalismo cuando este sistema se acogió en
algunos lugares del mundo como una forma viable de la sociedad de hace cuatro o
cinco siglos.” (p. 1, 4)
Teeple (2000) se refiere a las bases
ideológicas de la globalización que establece el contacto entre los procesos
sociales y las consecuencias políticas. La globalización puede verse como el
triunfo del capitalismo, donde predomina lo económico sobre lo político, como
los intereses de las corporaciones sobres las políticas publicas, el beneficio
privado sobre el bienestar público, y la presencia omnímoda de las
corporaciones transnacionales sobre los derechos y funciones del estado. Estas
son algunas características que podrían representar el cuadro completo de la
capitalización mundial en la era actual (Teeple, 2000, p. 196)
GLOBALIZACION Y DESARROLLO
La globalización ha sido considerada como un cambio
fundamental de la economía y política mundial desde la revolución industrial (Mander, 1996). Este nuevo diseño ha sido producto
de la expansión del sistema capitalista, el cual mantiene un control de las
nuevas tecnologías y domina nuevas fuentes de acumulación de capital y
ganancias.
La adopción de políticas neo-librales continuará
ofreciendo un desafío al desarrollo social, el cual se define como una
intervención planificada de los estados nacionales. En la actualidad, la
velocidad del cambio se encuentra motivada por los intereses de las
corporaciones, el flujo de inversiones extranjeras, altas tasas de la deuda
pública, y las nuevas relaciones de dominación y dependencia establecidas por
la hegemonía del capital mundial.
Elliot (2000), en un comentario sobre las
protestas masivas de miles de individuos contra la organización de comercio
mundial en sus reuniones en Seattle, Washington, en Noviembre del año dos mil,
concluye que la globalización es “la forma mas avanzada del capitalismo (por
ahora).” Este autor sostiene que aunque el capitalismo es uno de los sistemas
que puede producir grandes riquezas en el mundo actual, es también una fuerza
de profunda destrucción (p. 2).
La expansión de los mercados y la protección de los
territorios conquistados han dominado las relaciones internacionales del mundo
moderno. Lejos de ser un intercambio abierto de bienes y servicios, el comercio
ha sido usado como herramienta política con propósitos de ejercer poder
internacional. La rápida expansión de los mercados globales empujan hacia la
utilización del comercio como una herramienta de control de las economías
nacionales, de los sectores industriales, y de aquellos países pequeños donde
los intereses de los negocios transnacionales operan en relación a las grandes
compañías globales.
El sector técnico-industrial, tal como las
telecomunicaciones, la computación, y las finanzas internacionales, han
experimentado un crecimiento asombroso, al mismo tiempo que una baja increíble
en los últimos años. Los factores que explican el rápido crecimiento de estos
sectores son los siguientes: el resurgimiento económico después de la crisis
Asiática, los controles de varias economías nacionales, la alianza y
consolidación de negocios y compañías, y una creciente concentración de la
propiedad de la riqueza. La naturaleza cíclica de la economía mundial conlleva
ciertamente crisis como se ha demostrado en repetidas ocasiones en las
correcciones de los mercados de capital en los Estados Unidos, Europa, y Asia
durante los últimos años. En la economía global, sin embargo, estos altos y
bajos de crecimiento y de crisis, contribuyen aun más a la concentración de los
recursos financieros mundiales en pocas manos y con limitadas normas y
regulaciones.
La institucionalización de los acuerdos, normas y
procedimientos para administrar el comercio de los recursos internacionales es
relativamente nueva. Emerge con relación a acuerdos de comercialización
regional y la asistencia de organizaciones internacionales a los gobiernos locales
a través de mecanismos de mutuo apoyo en los mercados internacionales. Uno de
ellos es la Organización del Libre Comercio de Norte América (NAFTA) en 1994 y
la organización de comercio mundial (WTO) en 1996. Se ha argumentado, sin
embargo, que la organización mundial de comercio establece estructuras que son
negativas para la autonomía de los países más pequeños, que tiene que buscar
mecanismos y estrategias para poder invertir en áreas como la salud, la
educación, y políticas publicas. Morris (2000) sugiere que la organización
mundial de comercio comienza a parecer en la época actual como “una forma de
gobierno del nuevo mundo.” Esta nueva organización mundial permite establecer
algunos tipos de legislación a nivel internacional, siempre y cuando, dichas
normas sean más débiles que aquellas establecidas a un nivel global y cuando la
organización mundial del comercio establece algunas reglas contrarias a un
país, dicho país debe enmendar sus leyes domesticas en favor de las normas
internacionales (p. 17).
De acuerdo a este autor, los problemas a largo
plazo que se anticipan en el manejo de las economías globales por parte de la
organización mundial del comercio son que dichas normativas afectan de manera
drástica los factores de desarrollo nacional. Por otra parte, la nueva
“constitución de una organización internacional implantada por la organización
de comercio internacional incluye muchas áreas de interés comercial, pero no
tiene ninguna forma de garantizar el respeto a los derechos humanos y no ofrece
ningún mecanismo viable para asegurar formas democráticas en un proceso de
cambio social.” (p. 17)
Otro punto de vista sugiere que la integración internacional
se encuentra basada en innovaciones tecnológicas, inversiones globales, y las
fuerzas de consolidación y control de los grandes mercados internacionales. Se
observa la aparición de una agenda ideológica y cultural relacionada con los
propósitos del capitalismo de controlar y explotar los recursos, dominar los
mercados, y las estructuras sociales internacionales. Robbins (1999) sugiere: “La cultural del
capitalismo esta siendo exportada a todos los rincones del globo. Sin embargo,
pocas personas se dan cuenta de cómo la cultura trabaja y como afecta nuestras
vidas y la vida de aquellas personas en otros lugares del planeta. La cultura
del capitalismo esconde de sus miembros los problemas que resultan de su
mantención y divulgación.” (p. 8)
La habilidad de algunas naciones para integrarse en
la red global varía de acuerdo a los niveles de desarrollo y a la naturaleza
jerárquica de los procesos de globalización. De esta manera, el impacto de la
globalización en el tercer mundo posee características que demandan singular
atención respecto a los problemas de desigualdad y estratificación
internacional. La globalización ha influido en cambios de los patrones de
inversión y en el movimiento de capital es de una región y de un país a otro.
Estos cambios han aumentado la distancia respecto a la división de la riqueza
entre las naciones y acentuado las diferencias entre la sociedad es industrial
y los agrarios, entre los países ricos y los pobres. Wagar (1991) informa que en 1990, el setenta
por ciento de los más pobres en la población mundial ganaba sólo el siete por
ciento del ingreso total mientras el treinta por ciento de la población recibía
el noventa y tres por ciento del ingreso. Dayal y Lobe (1995) sostienen que las
condiciones de desigualdad de ingreso se han empeorado ya que a mediados de la
década de 1990, más de un billón de personas vivían en condiciones de pobreza
absoluta, con ingresos de menos de un dólar por día. De acuerdo a la revista
Forbes, el ingreso y la riqueza de las 358 personas mas adineradas, con
fortunas superiores a un billón de dólares, mantienen un ingreso igual o
superior al ingreso total que recibe el 45 por ciento de la población mundial.
ALGUNOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACION EN AMERICA LATINA
Los beneficios y problemas de la globalización en
los mercados y economías regionales se vinculan a las riquezas naturales y
extraordinarios recursos con que cuenta América Latina. La leyenda de “El Dorado”
forma aun parte de la realidad de Latinoamericana cuando se observa la riqueza
y la variedad de sus recursos.
DIVERSIDAD DE DEPOSITOS Y RIQUEZAS MINERALES
La región de América Latina y el Caribe, aporta
aproximadamente el cuarenta por ciento de la producción mundial de plata y el
30 y 36 por ciento de la producción total de cobre, estaño, y bauxita. Además,
la región produce el 15 por ciento y el 22 por ciento de la producción mundial
de fierro, zinc, plomo, y níquel.
En el área de materiales energéticos, tales como
gas natural, petróleo y productos derivados del petróleo y del carbón, América
Latina se ubica entre los mayores productores de estos elementos en la economía
mundial.
Brasil sé ubica en primer lugar en la producción
mundial de columbium y en sexto lugar en cuanto la producción de manganeso.
Chile, por otra parte, mantiene una posición de liderazgo en la producción
mundial de cobre, mientras, Cuba y la República Dominicana, ocupan el sexto y
el séptimo lugar en la producción de níquel. México es sin disputa el país
numero uno en la producción de plata y Jamaica ocupa el tercer lugar en el
mundo en la producción de bauxita.
La minería del oro, que atrajo la atención mundial
de aventureros, industriales, e inversionistas desde hace muchos años, y que
caracterizó la conquista de América Latina, aún mantiene una importante
contribución en la producción mundial de este metal con un 12 por ciento de
producción con relación al resto de los países. Perú, Chile, Brasil, Colombia,
México, y Ecuador son los países de mayor producción de oro en la región.
AGRICULTURA, PESCA, Y PRODUCTOS FORESTALES
Argentina, Brasil, y México mantienen una tendencia
a mejorar y a expandir sus recursos agrícolas y aumentar la productividad de
ese sector para la exportación. En Argentina, por ejemplo, el sector agrícola
es responsable de aproximadamente cincuenta por ciento del total de
exportaciones de ese país.
Brasil ha mantenido una posición altamente
competitiva en la producción mundial de soya (soybean) y mantienen un alto
nivel de mejoramiento en la producción y exportación de aves, de cerdos, y de
harina de soya.
En Chile, tanto el gobierno como el sector privado,
han modernizado la industria de la pesca y de la exportación de frutas y otros
productos agrícola. En cuanto a la producción y manufacturación de peces y
productos del mar, Chile ha llegado a un nivel de competitividad, especialmente
en la producción de salmón y otros productos marinos.
La economía chilena también se ha diversificado en
la área de productos forestales y derivados de la madera. Actualmente, el
sector forestal de Chile incluye alrededor de mas de mil compañías, las cuales
exportan alrededor de quinientos productos forestales. El valor total de
exportación del sector forestal Chileno excede los dos billones de dólares
anuales y gracias a nuevas inversiones se proyecta un crecimiento superior a
los cuatro billones de dólares del sector forestal, en los próximos cinco años.
Perú también se encuentra bien ubicado en la
competencia internacional de comercialización de productos del mar. Perú
mantiene un liderazgo en la producción de harina de pescado, que es un ítem
importante en la alimentación animal. Un treinta por ciento de la producción
peruana en este sector se exporta actualmente a los mercados Europeos,
especialmente Alemania.
Venezuela también tiene importantes planes para
desarrollar el sector agrícola y tratar de dar énfasis a algunos cultivos
específicos para la competencia internacional. El nuevo plan agrícola de
Venezuela incluye un crecimiento de un 137 por ciento en la producción de arroz
para el año 2004.
EL SECTOR TECNOLOGICO Y MANUFACTURERO
Este es un sector de alta volatilidad, desafío, y
de enormes oportunidades para América Latina. El crecimiento de manufacturas en
México, ha sido un resultado de la asociación de libre comercio con Estados
Unidos y Canadá además de importantes incentivos y liberación de impuestos
otorgado por el gobierno Mexicano a las industrias extranjeras. Venezuela tiene
también planes de expandir su industria petroquímica durante esta década y
realiza grandes esfuerzos para triplicar las exportaciones en esta área. Si
estos planes logran consolidarse, Venezuela necesitara invertir aproximadamente
nueve billones de dólares en este sector para así aumentar el volumen de
exportación de productos petroquímicos de uno a tres billones de dólares. Si
esto ocurre, el país podrá tener beneficios que podrían aumentar de tres
billones a seis billones de dólares durante dicho período.
Las compañías farmacéuticas también están en un
rápido proceso de expansión en la región de América Latina. En Chile, por
ejemplo, las industrias farmacéuticas tienen bastante actividad en el plano
nacional y también presencia en mercado regional. El volumen del mercado
farmacéutico Chileno en este momento alcanza a un nivel de aproximadamente
medio billón de dólares anuales y se mantiene con un crecimiento de un seis por
ciento anual.
NUEVAS ESTRUCTURAS Y ORGANIZACIONES
Durante las ultimas décadas, América Latina ha
intentado mejorar su posición de competencia en la economía mundial mediante la
participación y la creación de nuevas estructuras y organizaciones, acuerdos
regionales y estrategias bi-nacionales y multinacionales. Entre las más
importantes se distingue NAFTA y MERCOSUR además de una variedad de otros
acuerdos regionales.
NAFTA, la Asociación de Libre Comercio, la cual
incluye Canadá, los Estados Unidos y México fue establecida oficialmente en
Enero de 1994. NAFTA es considerada actualmente como uno de los bloques
comerciales más amplios y más ricos del mundo. Incluye 370 millones de
consumidores y tiene una producción anual de aproximadamente siete trillones de
dólares.
MERCOSUR, es conocido como el mercado común del
cono sur e incluye Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay. Chile y Bolivia son
miembros asociados de dicha organización.
Otros acuerdos incluyen una serie de estrategias y
mecanismos que se han firmado entre diferentes países durante las ultimas
décadas. Entre los más importantes son:
• Un acuerdo de libre comercio bilateral entre
Chile y México;
• Un acuerdo de libre comercio entre Colombia y
Venezuela con el mercado común Centroamericano;
• Acuerdo de reducción de tarifa entre Venezuela y
Chile,
• Un pacto comercial de libre intercambio entre
Colombia, México, y Venezuela;
• Un acuerdo de reducción de tarifas entre Brasil y
Perú;
• Un acuerdo de tarifas entre Chile y Colombia.
Nuevos Desafíos Económicos en la región América
Latina está pasando por un período económico difícil. Los problemas internos en
algunos países se encuentran unidos a las demandas globales que producen
enormes presiones en la habilidad de los países para mantener un ritmo de
crecimiento y superar los severos ajustes fiscales que se les han impuesto. Los
problemas derivados del actual escenario tendrán, sin duda, serios impactos en
las condiciones sociales y políticas de los países de la región.
Primero, la crisis económica regional tendrá un
impacto en el nivel de la pobreza y afectara a los sectores más vulnerables de
la población. Segundo, la crisis económica generara un mayor descontento y
podría poner en peligro las reformas estructurales que los países han
implementado con enormes sacrificios durante la ultima década. América Latina
ha sufrido una larga lista de shocks económicos negativos desde mediados de
1997 hasta esta fecha:
• Los precios de exportación disminuyeron de manera
alarmante a raíz de la crisis Asiática;
• Los términos de comercio para los países no
exportadores de petróleo (Chile y Perú) han caído aproximadamente un 20 por
ciento;
• Para los países productores de petróleo han
habido variaciones importantes con efecto negativo y entre Septiembre 2001 a
esta fecha, ha habido oscilación en precios de aproximadamente un 30 por ciento
que ha afectado a los países productores de petróleo en América Latina;
• El costo de capital para los mercados emergentes
y para América Latina ha aumentado substancialmente, particularmente después de
las crisis económicas experimentadas por Rusia, Turquía, Brasil, y más
recientemente Argentina;
• El aumento del costo de capital en América Latina
ha sido influido por una reducción de las inversiones de capital extranjero en
países de la región.
Un informe reciente indica: que el total de
inversiones externas destinadas a siete países de América Latina, (que en
conjunto representan alrededor de 90 por ciento del producto domestico bruto de
la región), declinó aproximadamente a la mitad en el período comprendido entre
1998 al año 2001. Los portafolios de inversión extranjera virtualmente
desaparecieron cayendo aproximadamente de 49 billones de dólares en 1998 a
niveles actualizados de un billón de dólares. Aún más, el nivel de inversiones
extranjeras directas en la región que se mantuvieron en un nivel bastante
aceptable después de la crisis de Rusia, ha comenzado a experimentar una
tendencias a la baja y se ha reducido de un máximo de 72 billones de dólares en
el tercer trimestre de 1999 a un total de 57 billones en el período actual. La
reducción experimentada en las fuentes de capital e inversiones ha afectado aún
a países en una posición macroeconómica bastante sólida y con buen record de
inversión y de reforma, como es el caso de Chile.
• El costo más alto de capital unido a niveles más
bajos en el producto doméstico bruto en países de América Latina ha afectado
seriamente la posibilidad de alcanzar un buen balance fiscal. En siete de los
países más grandes de América Latina, los déficit del gobierno han
experimentado graves problemas manteniendo un promedio de 2.8 por ciento del
producto domestico bruto entre 1997 y fines de 1999. Aunque la situación ha
experimentado algún mejoramiento durante el primer trimestre del año 2000, los
problemas persisten como lo demuestra el aumento de la deuda publica en los
países de la región.
• Los niveles de la deuda pública han aumentado un
promedio de un diez por ciento del producto doméstico bruto y, en algunos
casos, como Argentina, los niveles de deuda parecerían estar sin ninguna
posibilidad de control. En Noviembre del año 2001, el gobierno Argentino
anunció los esfuerzos para re-estructurar un total de la deuda del gobierno que
llegaba a los 128.3 billones de dólares.
EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACION EN AMERICA LATINA
Latinoamérica ha tenido una larga historia
caracterizada por una estratificación social rígida que conduce a serias
desigualdades económicosociales, conflictos de poder y a un sistema de
organización democrática frágil. En años recientes, sin embargo, siguiendo
períodos de estagnación económica de los años 1980 conocido como los años de
“la década perdida,” los países de América Latina y el Caribe se han esforzado
en establecer mecanismos y cambios estructurales drásticos. Estor cambios
incluyen ajustes en los programas de seguridad social, comercialización,
impuestos, finanzas, y un programa de privatización masivo.
Las reformas estructurales han sido largamente
implementadas por gobiernos Latinoamericanos para hacer que sus países entren
en una posición mejorada a la competencia en una economía global. Sin embargo,
como lo ha señalado el presidente de Chile, Ricardo Lagos (2000), “las naciones
Latinoamericanas han abierto sus economías y mercados, han liberalizado sus
sistemas económicos y han privatizado sus industrias publicas y lo que se puede
observar es que estos pasos no han sido debidamente acompañados por una
inversión publica en las áreas de salud, educación, infraestructura, y
protección ambiental.” (23)
La globalización económica para muchos líderes y
jefes de estado de América Latina es un proceso que sin duda está aquí y que se
quedará por largo tiempo, de modo que es necesario poder afrontarlo en una
forma eficiente con iniciativas que faciliten la libre competencia. América
Latina, sin embargo, ha sido afectada por el sistema globalizado y las
relaciones que la región ha tenido con los mercados mundiales y una de las
consecuencias ha sido que en un número reducido de países y dentro de estos
países unos número bastante reducido de personas han logrado un acceso más
directo a los beneficios de la economía global.
El ex-presidente Argentino, Fernando de la Rúa (2000), confirma algunas de
estas observaciones cuando sugiere que a pesar de que Argentina se ha
modernizado en sus estructuras de la economía durante la ultima década, el país
no ha sido beneficiado para alcanzar un desarrollo sostenible en cual se
expandan las oportunidades para todas las personas. El proceso ha sido afectado
por un aumento en la desigualdad, en el desempleo, y en el deterioro de las
funciones básicas de la institución del estado.
Con relación al intercambio internacional de
productos y bienes como también en el camino hacia una integración de América
Latina, los países de la región han experimentado algunas actividades beneficiosas
durante la década de 1990. Entre 1990 y 1997, el total de exportaciones de
América Latina y el Caribe aumento de 139 billones de dólares a un total de 290
billones de dólares. El intercambio comercial entre los países de la región
aumentó significativamente de 21 billones de dólares a 60 billones de dólares
durante ese mismo período. Las relaciones comerciales hemisféricas se mantienen
altamente vinculadas con los Estados Unidos. Durante el mismo período (1990 –
1997), el total de exportaciones de América Latina al comercio de los Estados
Unidos se expandió de 50 billones de dólares a más de 140 billones de dólares.
Entre 1995 y 1998, las exportaciones de Estados Unidos hacia América Latina y
el Caribe crecieron también de 233 billones de dólares a un total de 300
billones de dólares. Durante este período, las exportaciones a América Latina
aumentaron aproximadamente un 30 por ciento mientras las exportaciones de este
país a Europa se incrementaron en un 21 por ciento y los productos de los Estados
Unidos para los mercados Asiáticos experimentaron una reducción de un 5 por
ciento. La creciente importancia de América Latina como un mercado en expansión
para la economía Norteamericana también se confirma con los antecedentes que
demuestran que durante la crisis financiara mundial de fines de años 1990, las
exportaciones de los Estados Unidos para América Latina crecieron un 4 por
ciento, mientras las exportaciones Norteamericanas al resto del mundo
declinaron un 1 por ciento (Gaviria (2000) p. 110-111).
A pesar de estos indicadores que corresponden a la
capacidad de comercialización regional y global, la mayoría de los países
Latinoamericanos no han logrado tener los niveles necesarios en el área de
inversión publica en políticas de desarrollo nacional y social. De hecho,
mientras la mayoría de los países Latinoamericanos ofrecen economías abiertas
al mercado internacional, las condiciones internas de eso países se
caracterizan por altos niveles de pobreza, fuertes desigualdades en los
ingresos, y una situación de exclusión social extrema.
Después de varios años de gobiernos militares,
dictaduras y falta de oposición a las políticas neo-liberales, en la mayoría de
los países de la región, las funciones del estado se han visto reducidas y
paralizadas al servicio de los intereses de las grandes industrias y negocios.
Unos de los mecanismos fuertemente utilizados por las agencias internacionales
tales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional para estimular
las economías de América Latina ha sido la receta doble de austeridad fiscal
por un lado y la implementación de cortes de presupuesto y privatización por el
otro. Estas recomendaciones han terminado por limitar el poder del estado como
administrador de industrias y servicios y como gestor de nuevas políticas para
el bienestar social de los pueblos. Estas recomendaciones emanadas de
organizaciones y agencias internacionales para el desarrollo de las economías
Latinoamericanas han provocado una ola masiva de privatización de las
industrias y negocios de los gobiernos de la región.
PRIVATIZACIONES
El proceso de privatización ha sido un factor
importante para la reducción del papel del estado en los países
Latinoamericanos. La ideología del libre mercado acompañado de una filosofía
económica conservadora ha empujado la supremacía del mercado sobre las
funciones económicas y sociales. La primera y más profunda privatización de
América Latina fue implementada en Chile bajo la dictadura militar de Augusto
Pinochet. Después de mas de una década de gobierno civiles, ha sido posible
comenzar un análisis de este proceso en Chile. Monckeberg (2001) informa que entre los años
1985 y 1989, el gobierno militar Chileno privatizó 30 compañías o industrias
del estado con una perdida estimada en más de un billón de dólares. Previo a
este paso del capital publico a manos privadas, el gobierno Chileno ya había
pavimentado el camino para este proceso de privatización ayudando a la banca
privada a sobrevivir la crisis financiera mundial de comienzos de los años
1980. Durante ese tiempo, el estado Chileno absorbió las perdidas de bancos,
industrias, y negocios mediante mecanismos tales como el precio preferencial
del dólar, la renegociación de las deudas, y la compra directa de algunas de
las cuentas con problemas. Esta forma de favorecer los bancos privados durante
el período de 1982 a 1985 tuvo un costo para el estado Chileno de alrededor de
siete billones de dólares. El caso de Chile también ofrece algunos ejemplos
importantes sobre quienes fueron los beneficiarios directos de la
privatización.
Ahora resulta bastante claro demostrar que muchos
de aquellos que participaron en las decisiones de privatizar compañías e
industrias del gobierno han sido los que resultaron directamente beneficiados
por dicho proceso. Mucho de ellos quienes fueron instrumentos importantes para
establecer una red de financiamiento y de poder político que más tarde se
transformaría en fortunas personales y ganancias de gran monto. Hoy día, ellos
son los dueños, los directores y administradores, los miembros del directorio
de grandes compañías privadas o industrias privatizadas. Muchas de esas
compañías ofrece a sus administradores y jefes de industria salarios del orden
de los 250 mil dólares al año o superior y garantiza a los miembros de sus
directorios generosas compensaciones de 2 mil o más dólares por cada sesión a
las que ellos asisten.
Irónicamente, una de las fuentes principales de
nuevos capitales utilizados para facilitar e implementar el sector privatizado
de la economía fueron los ahorros de los trabajadores acumulados por años en
sus fondos de retiro, jubilación, y pensiones que también fueron privatizadas
por el gobierno militar. La transferencia de estos fondos publicas de
organizaciones privadas fue hecho, desde luego, sin consulta o sin debate, al
mismo tiempo que las inversiones en el sector publico, especialmente en el área
de los servicios sociales o de la infraestructura nacional fueron
dramáticamente reducidos.
Los fondos de pensión y de jubilación que fueron
privatizados durante el período del gobierno militar, sirvieron para organizar
agencias financieras y bancos privados encargados de invertir el dinero de sus
clientes (los trabajadores) en las industrias recientemente privatizadas. De
esta manera, varios de los antiguos miembros del gobierno militar y voces
importantes en establecer las ventajas de una economía del libre mercado son
ahora quienes controlan las industrias que anteriormente estaban en manos del
estado pero que ahora operan con los fondos de jubilación que en ultimo termino
corresponde al capital aportado por los trabajadores.
El modelo neo-liberal impuesto por la dictadura
militar, íntimamente apoyada por los grupos conservadores provocó cortes
importantes en la inversión de gobierno en las áreas de educación, salud, y
habitación. Los programas de salud pública perdieron durante ese período de los
primeros quince años de gobierno militar sobre 51 por ciento de sus
presupuestos operacionales. Con relación al gasto por persona, el sector de
salud pública tuvo una baja de consideración. Mientras en 1973 el gasto público
para salud era aproximadamente de 29 dólares por persona, en 1988, esta cifra
se redujo a sólo 10 dólares por persona. También, los presupuestos destinados a
la construcción de viviendas por parte del gobierno, se redujeron de un total
de 225 dólares por persona a una cifra de 76 dólares en 1980. Los presupuestos
de educación fueron reducidos en todos los niveles y ya por los años 1988, la
inversión en educación se encontraba reducida a un 2.7 por ciento del producto
nacional bruto del país comparado a un 4.3 por ciento durante el período de
gobierno de Salvador Allende en 1973.
NUEVAS ESTRUCTURAS INSTITUCIONALES
Para favorecer el avance de la globalización, los
países de América Latina han participado en la creación de nuevas estructuras
institucionales, las cuales tienen como propósito fundamental facilitar el
intercambio, la comercialización, y la expansión de los mercados.
Entre ellas, se destacan los mercados regionales
Mercosur, los acuerdos de la área Andina, el mercado Centro Americano, y un
número bastante amplio de acuerdos bi-nacionales y multi-nacionales en la
región.
Uno de los mecanismos que ha ganado prominencia en
los últimos años es la idea de establecer área de libre comercio en las
Américas. La tercera reunión de la Cumbre de las Américas celebrada en el mes
de Abril del 2001 en Quebec, Canadá, reunió a los presidentes y jefes de
gobiernos de 34 naciones. Unos de los acuerdos más importantes obtenidos en
esta reunión, fue la organización de una área de libre comercio de las Américas
que debería comenzar el 1 de Enero del año 2005.
Este ambicioso proyecto, insertado en el corazón de
una economía global, pretende articular en un mercado de libre comercio a un
total de mas de 800 millones de personas con una capacidad financiera que
concentra alrededor de 40 por ciento del productor interno bruto a un nivel
mundial.
Para aquellos que están a favor de la expansión del
modelo de libre mercado en la región Latinoamericana, las oportunidades para el
desarrollo económico de todos los participantes, debería ser atractiva y
deseable para todos y especialmente los países más pequeños. Aquellos que
observan este proceso con mayor cautela indican que el proceso debe ser
cuidadosamente manejado para evitar la dominación de los intereses de las
corporaciones y que puedan dañar a los países más vulnerables por su tamaño y
la condición de sus recursos. Algunos de los obstáculos para alcanzar los
beneficios de un mercado más amplio en la región Latinoamericana o en la región
Americana varían desde aquellos que son estrictamente dificultades económicas y
financieras a las condiciones de la estructura social de los países del área
como la pobreza, el desempleo, y otros problemas sociales.
Todo esto indica que la agenda social necesita ser
considerada como una parte integral de todas estas nuevas negociaciones para
establecer una área de libre comercio de las Américas si se quiere que dicha
iniciativa alcance un nivel de éxito. Lo que ocurre actualmente en países de la
región aporta información sobre las consecuencias negativas de la globalización
en los países Latinoamericanos y en sus relaciones con los mercados
globalizados.
Argentina, por ejemplo, ha tenido una recesión que
ha durado más de 33 meses y sus esfuerzos para sobresalir de esta crisis, han
fallado. En años recientes, la solución del gobierno argentino fue aumentar los
impuestos, con un alto precio político que ha afectado a todos los sectores de
la sociedad argentina. Esta estrategia fracasó y fue reemplazada por el corte
del gasto público en mas de 900 millones de dólares en el mes de Mayo en el año
2000. Ese mismo año, Argentina estuvo en el borde de la quiebra al no poder
responder a los compromisos de deuda internacional. Frente a esto, el gobierno
se vio obligado a renegociar una nueva línea de crédito con el Fondo Monetario
Internacional por un total de 39 billones de dólares. La estagnación económica
y el alto nivel de gasto público, provocó un déficit fiscal de 940 millones de
dólares en Enero del año 2001, lo que eventualmente trajo una crisis política,
el anuncio de nuevos impuestos y nuevos cortes presupuestarios del gasto
público, especialmente en áreas de programas sociales. El desempleo que ya en
el año 1998, había registrado un nivel de 12 por ciento en el año 2000, subió a
un 14.5 por ciento y las condiciones actuales no dan mucho margen de optimismo.
En Brasil, la reestructuración de la economía
nacional ha sido realizada mediante ajustes de los gastos públicos y mecanismos
y políticas de ahorro fiscal. La revista, “The Economist,” (Marzo 10, 2001),
informa sobre los nuevos métodos del gobierno brasileño para alcanzar “una
prudencia fiscal” y confrontar las crisis y fracasos económicos y sociales.
Esta fuente dice que los gobernadores y alcaldes de Brasil están haciendo
esfuerzos sin precedente para lograr tener un balance presupuestario adecuado.
En el estado de Mato Groso del Sur, los nuevos mecanismos para solucionar la
crisis económica Brasileña incluye, entre otros, el aumento de impuestos, la
reducción de gasto público, y la eliminación de puestos políticos al nivel del
estado que también favorecen la jubilación anticipada de miles de funcionarios
públicos.
MOVIMIENTO CONTRA-GLOBALIZACION
Durante los últimos años, se ha podido observar un
activo aumento en él número de actividades en oposición a los efectos negativos
de la globalización. La dirección de estas expresiones de protesta se orienta a
la formación de lo que podría ser un nuevo movimiento social internacional
contrario a los peligros que ellos observan en el poder adquirido por las
corporaciones transnacionales. Aunque las voces de protesta y resistencia son
en su mayoría espontáneas y sin poseer una fuerza política, el activismo
contra-globalización envía claramente un mensaje anti-capitalista para generar
y desarrollar una acción global. La ola de protestas contra los mercados
internacionales y sus consecuencias negativas para la sociedad ha experimentado
un activo itinerario que se desarrolla entre las reuniones de Seattle,
Washington, y las últimas observadas en Nueva York.
La lucha ideológica entre el capital internacional
y otras formas de organizaciones socio-políticas parecería converger en la
creación de un nuevo movimiento social internacional cuyo objetivo primordial
es evitar los problemas vinculados a los procesos de globalización. Es claro
que en un período de capitalismo globalizado, existe también la necesidad de
tener un marco de observación y análisis global para formular preguntas y
obtener respuestas respecto a las ventajas y desventajas del mercado global. De
acuerdo a Teeple (2000), la lucha para cambiar las
condiciones de opresión ya no puede ser estrictamente en términos nacionales
porque el concepto de estado-nación esta perdiendo rápidamente su integridad y
la capacidad de funcionamiento. Una clara demostración de la perdida de espacio
y poder político del estadonación en los países de América Latina está en la
situación social de su población como lo ha reconocido la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe en su edición sobre el panorama social de
América Latina de los años 2000 a 2001. En este informe, esta organización de
estudio, señala que durante los últimos años, se puede observar en América
Latina un mayor numero de pobres, una situación de desigualdad de ingreso mas
profunda, aumento del desempleo, la incapacidad de los mercados laborales para
absorber nuevos trabajadores y en general, las condiciones de vida que se han
deteriorado con la crisis económica global de los años 90 y comienzo del nuevo
siglo. En un informe reciente, el Banco Interamericano de Desarrollo indica que
uno de los logros más importantes de los países de la región entre los años
1980 y los años 90, ha sido pasar en una dolorosa pero eficiente transición hacia
la democracia. Sería dramático que esta situación fuera afectada por las
condiciones por la crisis económica y que se diera paso nuevamente a regímenes
autoritarios como los que gobernaron la región por muchos años durante el siglo
20.
NIVELES DE POBREZA
El nuevo milenio ha comenzado con aproximadamente
un 35 por ciento de las familias latinoamericanas viviendo en condiciones de
pobreza y una proporción de un 14 por ciento de las familias viven en
condiciones de extrema pobreza o indigencia.
Las tasas individuales de pobreza en 1999, sugieren
que hay un 43.8 por ciento de la población latinoamericana sometida a una
condición de pobreza. En números absolutos, esto correspondería a una cifra de
mas de 211 millones de latinoamericanos pobres.
La tasa de pobreza ha experimentado algún
mejoramiento en Centro América y México, pero esto se ha visto sobrepasado por
aumentos significativos del número de pobres en Argentina, Brasil, y Colombia,
que son países con poblaciones más grandes.
Al examinar el perfil general de las viviendas en
condiciones de pobreza en América Latina, el informe de la comisión económica
de la región: “en la mayoría de los casos, los miembros de estas familias que
viven en la pobreza, no tienen, por lo general, acceso a agua potable y en la
mayoría de los casos, viven en condiciones de tres o más personas en una pieza.
Además, los jefes de familia, generalmente, se caracterizan por tener niveles
de educación bajo y períodos de desempleo bastante prolongado.” (p 4)
DESIGUALDAD
DE LOS INGRESOS
América Latina tiene la desafortunada distinción de
ser una de las regiones con los más altos niveles de desigualdad de los
ingresos en el mundo.
La mayor proporción del ingreso total se encuentra
en las manos del 10 por ciento de las familias más ricas de la región. Este
grupo recibe mas del 30 por ciento del ingreso total en todos los países de
América Latina, con la única excepción de Costa Rica y Uruguay.
En contraste, el 40 por ciento de las viviendas más
pobres reciben entre el 9 por ciento y el 15 por ciento del ingreso total en la
mayoría de los países de la región.
Los niveles más altos de desigualdad en los
ingresos medidos por el coeficiente de Gini, calculado en 1999, se encontró en
Brasil con un coeficiente de Gini de .64. Esta situación de alto niveles de
desigualdad también se encuentran en Bolivia, Nicaragua, Guatemala, Colombia,
Paraguay, Chile, Panamá, y Honduras, donde los coeficientes de desigualdad de
los ingresos oscilan entre .55 y .60. Aun en los niveles de desigualdad
encontrados en países como Costa Rica y Uruguay, donde los coeficientes son de
.47 y .44 respectivamente, estos son sustancialmente más alto que los
encontrados en los Estados Unidos, en Japón, y en algunos países de Europa
Occidental.
De acuerdo a diferentes fuentes, América Latina ha
fracasado en sus intentos de reducir la desigualdad en los ingresos de su
población. La Comisión Económica para América Latina, informa que aun cuando
muchos países de la región han manejado sus economías en la dirección de
expandir su crecimiento en forma importante, la mayor parte de ellos no ha
logrado solucionar el problema de desigualdad de ingreso y mejorar las
condiciones sociales de su población. El informe de CEPAL, concluye que “hay un
consenso general el cual indica dificultades para encontrar señales promisorias
que den evidencia a razones para mejorar esta situación en forma significativa
en el corto y mediano plazo.”
Estos informes tienden a indicar que unos de los
caminos a seguir para solucionar esta situación, seria el lograr una mayor
inversión en programas para mejorar la salud, la educación, y las fuentes de
trabajo para la población de América Latina.
sacado
de:http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=s0718-17952002000100002&script=sci_arttext
Procesos políticos que marcaron el siglo XX.
Los cambios en los equilibrios políticos mundiales durante el
siglo XX: auge y caída de grandes potencias.
El siglo XX se inicia de manera diferente en cada región del mundo.
Por una parte está Europa que durante los últimos años había
regido el orden económico y político mundial.
En América del Norte los Estados Unidos se consolidaron durante el
siglo XIX como una nueva potencia con la cual Europa habría de contar en
adelante.
Por el contrario, la parte sur de América se había quedado
marcadamente rezagada en su desarrollo político social y la mayoría de sus
jóvenes naciones se encontraban envueltas en guerras civiles o con sus vecinos
e incluso algunas aun luchaban por obtener su independencia.
En Asia la situación era igualmente disímil. Japón pasó de ser un
país de carácter medieval según las convenciones occidentales a transformarse
en la potencia predominante en el este del continente, superando incluso al
milenario imperio chino que por su parte había caído en una imparable
decadencia durante el siglo anterior.
África, que había escapado al colonialismo europeo que se
desarrolló a partir del siglo XV, se vio casi totalmente colonizada durante las
últimas décadas del siglo XIX. Los territorios que se mantuvieron libres fueron
Libia, por su condición de desierto sin interés colonial; Liberia, que fue una
nación creada por los Estados Unidos para deportar a sus ex esclavos, y el
Imperio Etíope, único capaz de resistir a los invasores.
En Oceanía surgía un nuevo territorio para la colonización europea
que se veía particularmente favorecido por el escaso porcentaje de población
autóctona.
Década de 1900 al 1909
El siglo XX se inicia en medio de grandes adelantos
tecnológicos, entre los cuales el automóvil ocupa un lugar destacado. En
América Henry Ford adelantó una verdadera revolución en el sistema de
producción industrial que puso a prueba con la fabricación de su Modelo T.
En 1905 la guerra ruso-japonesa enfrentó al imparable imperio del
sol naciente con el decadente imperio de los zares de Rusia. El fin de la
guerra dio como vencedor a Japón para la sorpresa del mundo occidental. La
nación asiática se convirtió de facto en una nueva potencia de carácter mundial.
El imperio alemán o Segundo Reich, comenzó a forjarse en torno a
Prusia de una manera clara desde el reinado de Federico II el Grande,
consolidándose de manera definitiva en las últimas décadas del siglo XIX
gracias en especial al impulso dado por Otto von Bismarck.
En los primeros años del siglo XX la situación de Alemania dentro
de Europa había alcanzado una posición demasiado crucial para los intereses de
las demás potencias. Especialmente Gran Bretaña y Francia veían amenazados
muchos de sus intereses, lo que las llevó a suscribir la llamada Entente
cordiale, y es que el desarrollo industrial y militar de Alemania se presentaba
difícil de igualar por el conjunto de las demás naciones de Europa.
Además, este ímpetu de Prusia fue lo que llevó a la Casa de
Austria a perder progresivamente su estatus de potencia continental.
Década de 1910 al 1919
En 1914 los intereses de las potencias mundiales empujaron a la
humanidad a una nueva dimensión de conflicto, la Primera Guerra Mundial, que
aunque se inició como un conflicto europeo terminó absorbiendo a las
principales naciones del mundo.
La confrontación se inició tras el asesinato del archiduque
Francisco Fernando en Sarajevo.
Los grandes perdedores al cabo de los cuatro años en que se
desarrolló la guerra fueron los imperios de Austria, que perdió tal distinción
para siempre, y el imperio Ruso, cuya monarquía fue exterminada (la familia
real fue ejecutada) para dar paso a un nuevo sistema de gobierno, el
Bolchevique, liderado por Lenin.
Los Estados Unidos se convirtieron en potencia mundial de primer
orden al igual que Japón, cuya primacía en Asia ya nadie discutía. Alemania
perdió su pequeño imperio colonial, pero aun así logró mantener su
infraestructura nacional.
Fue el caso contrario al de Francia, que se suponía había
resultado victoriosa en la guerra.
Gran Bretaña, aunque menos afectada que Francia, también vio
retroceder su prestigio y de repente se encontró en condición de igualdad con
los Estados Unidos, país sobre el que hacia menos de un siglo aún tenía la
pretensión de volver a integrarlo dentro de sus colonias.
Por su parte, el piloto alemán Manfred von Richthofen fue el icono
de la guerra.
Década de 1920 al 1929
Tras el final de la Primera Guerra Mundial se instituyó la
Sociedad de Naciones, que nació con el fin de evitar que un conflicto de esa
magnitud volviese a repetirse.
El Imperio Ruso pasa a ser la Unión Soviética (URSS), que con la
ideología marxista de Lenin se convierte en la primera nación del mundo
gobernada por el "proletariado".
EE.UU. prosiguió su rápido desarrollo económico que se vio
perturbado, sin embargo, por la "gran depresión" de 1929.
Alemania, asfixiada por las onerosas disposiciones del Tratado de
Versalles, tenía su sistema financiero en la crisis más grande que conoció ese
siglo, mientras trataba de lograr una estabilidad democrática con la República
de Weimar de la que Paul von Hindenburg era presidente. La situación en Francia
no era mucho mejor, lo que propició el descontento social que se traduciría en
una inestabilidad política permanente.
Japón extendía su presencia en Asia. Primero se apoderó de Corea y
luego se anexó u ocupó regiones enteras de china. Además, el Imperio japonés se
apoderó de las colonias que Alemania tenía en el Pacífico.
Década de 1930 a 1939
El creciente descontento de los alemanes hizo que Adolf Hitler
tomara el control del país en 1933 con un apoyo de la población sin
precedentes. Alemania dejó de lado la República de Weimar y se convirtió en un
estado totalitario al igual que la Italia de Benito Mussolini.
Alemania se desarrolla nuevamente, la economía se relanza con el
impulso que le da la industria y la inversión del estado en infraestructuras.
El Imperio Japonés se consolidaba en Asia, afectando los intereses
de Europa y EE.UU., especialmente en el Pacífico. Japón crea un "Imperio
títere" en China bajo el nombre de Manchukuo, y coloca allí al emperador
Kangde.
Gran Bretaña mantuvo su sistema político prácticamente
inalterable, al contrario que Francia, que no logró consolidar una organización
político-social fuerte.
Rusia, que entre tanto se había transformado en la URSS, fue
escenario de hambrunas endémicas y una constante lucha por el poder.
La Guerra Civil Española desangró a esa nación, la convirtió en un
estado totalitario y sirvió de preámbulo a la gran guerra que estaba por venir
en el continente.
La situación en el resto del mundo no sufrió alteraciones
considerables.
En EE.UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt, lideró la
recuperación económica del país tras la crisis provocada por la gran depresión
de 1929.
Década de 1940 al 1949
La Segunda Guerra Mundial marcó como ningún otro acontecimiento a
esta década y al siglo en general. Al igual que en 1914, la guerra se extendió
a todo el mundo, aunque este conflicto fue mucho más sangriento y modificó el
mundo de una manera más radical.
En 1945, al final de la guerra, Alemania había sufrido enormes
pérdidas humanas y materiales al igual que Japón, situación muy diferente a la
del primer conflicto mundial de 1914.
Si bien Alemania sufrió la mayor cantidad de bajas militares, fue
la URSS la que sufrió el mayor número de bajas civiles. América no fue
escenario de enfrentamientos significativos y los estados latinoamericanos
estuvieron al margen de la confrontación, aun cuando de manera oficial apoyaron
la causa de los aliados.
EE.UU. y la URSS se convirtieron en las nuevas y únicas potencias
del mundo. Todas las demás antiguas potencias pasaron a un segundo nivel.
La Sociedad de Naciones fue reemplazada por la ONU, que a
diferencia de la anterior tuvo su sede en Nueva York y no en Europa.
En 1948, se estableció formalmente el estado de Israel gracias al
respaldo de Gran Bretaña y los EE.UU. Esta nueva nación estaba conformada
netamente de población judía, que en su mayoría era proveniente de Europa,
donde habían sufrido persecución por parte de los nazis.
Las dos fuerzas principales de China que lucharon contra Japón,
que fue su enemigo común durante la guerra, se vieron enfrentadas poco después
en una guerra civil por el control del territorio. El bando comunista se vio
apoyado decididamente por la URSS y el bando nacionalista en apariencia
respaldado por EE.UU. fue derrotado y obligado a recluirse en la isla de Formosa
(actual Taiwán).
La India consiguió su independencia a través de la revolución
pacifista de Mohandas (Mahatma) Gandhi.
Década de 1950 a 1959
La URSS, que había sido aliada de los países que derrotaron a
Alemania y las demás naciones del Eje, rápidamente se vio transformada en el
"enemigo de occidente" y el mundo vio formarse lo que se conoció como
"Guerra Fría".
Poco después del fin del conflicto mundial, la guerra civil en
China, dio el triunfo de Mao Zedong (antes llamado Zetung) quien instauró en la
parte continental de su nación un régimen totalitario de base Comunista,
reconocido como República Popular China.
En la década de 1950, la disputa entre los dos nuevos ejes
mundiales, se intensificó notablemente con la guerra de Corea y la posterior
división de país en dos estados diferentes.
Se inició una carrera armamentista sin precedentes que se
extendería en las siguientes décadas, así la URSS y EE.UU. se lanzaron a la
carrera de reunir un arsenal capaz de destruir todo el planeta.
Los estados Unidos vieron una revolución cultural impulsada por el
rápido desarrollo industrial y el consecuente fenómeno de consumismo.
Alemania y Japón experimentaron una sorprendente recuperación
económica que menos de dos décadas después del final de la guerra había transformado
a ambos países en potencias económicas, si bien no políticas o militares.
Por lo tanto, aunque Francia y Gran Bretaña tenían un mayor peso
político, Japón y Alemania superaban a los dos países europeos que obtuvieron
la victoria en la segunda guerra e incluso su presencia en el comercio
internacional superaba a la de la URSS.
Un proceso de importancia capital para el futuro de Europa y el
mundo se inició cuando Robert Schuman pronunció la celebre declaración que
lleva su nombre y que constituye el embrión de la actual Unión Europea (UE).
La iniciativa fue impulsada también por Konrad Adenauer, quien a
la vez logró dotar a Alemania de estabilidad política.
Década de 1960 a 1969
En el primer lustro de este decenio el régimen implantado en Cuba
por Fidel Castro y el Che Guevara, entre otros, orientó la política de su país
hacia la URSS, de la cual pasó a ser un incondicional aliado en detrimento de
los intereses geoestratégicos de EE.UU.
La situación tuvo su punto más dramático en la "Crisis de los
misiles de 1962" que llevó a la humanidad a estar más cerca que nunca de
una tercera guerra mundial, pero que pudo evitarse gracias a la voluntad de
Nikita Kruschov y John F. Kennedy.
Este decenio trajo consigo el inicio de la guerra de Vietnam,
cuyas consecuencias socioculturales directas aún se sienten actualmente.
La "carrera espacial", dio como vencedor a los
EE.UU., que lograron colocar al primer ser humano sobre la superficie lunar en
1969. Esto se logró en gran medida gracias al impulso dado por el presidente
John F. Kennedy, quien había sido asesinado en 1963 en oscuras circunstancias
que sumieron al pueblo estadounidense en la más profunda crisis de identidad
que ha conocido hasta ahora.
En Europa se consolidan las reconciliaciones franco-alemanas,
sobre las que en gran medida se basaría la construcción de la Unión Europea
(UE) que se había iniciado en la década anterior. Alemania se afianza como
tercera potencia económica mundial detrás de EE.UU. y Japón. Gran Bretaña, al
igual que Francia, pierde prácticamente la totalidad de sus colonias, en un
proceso que se inició una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y que se vio
precipitado en gran medida tras la independencia de Libia.
Puede considerarse la década de las ideologías. En Europa la
juventud se alza en lo que posteriormente se conoció como el "Mayo
Francés". Los movimientos sociales adquieren cada vez mayor importancia en
América Latina, particularmente en Chile, donde en 1969 un gobierno socialista
llegaría al poder por la vía democrática.
En oriente medio se había vivido una trascendental transformación,
debido a la instauración del estado de Israel en 1948, el cual quedó enclavado
en el centro neurálgico de esta región.
Además, las ingentes reservas de petróleo descubiertas
principalmente en los llamados países del Golfo, le dieron a esta región un
peso sin precedentes en la economía del planeta.
La China de Mao vivió en esta década la llamada "Revolución
cultural", que supuso una transformación de la milenaria sociedad de este
país.
Mientras tanto, Japón continuó desarrollando su reputación de
potencia tecnológica y los productos provenientes de este país empezaron a
alcanzar prestigio en todo el mundo, impulsando la economía del país, mientras
la sociedad era reestructurada radicalmente pero conservando sus raíces
culturales.
Década de 1970 a 1979
El conflicto árabe-israelí y la etapa final de la guerra de
Vietnam dominan la mayor parte de la vida política de esta época. El mercado
del petróleo se ve sacudido por las disposiciones de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo (OPEP) que arrastra a los países industrializados a
una crisis en el sector energético y por ende a toda la industria y la
sociedad. Se da un bloqueo en el suministro del petróleo y ahora son las
naciones productoras las que fijan los precios del combustible.
En Chile, con el derrocamiento del presidente socialista Salvador
Allende por los militares en 1973 se da el primer paso en el mundo para detener
los regímenes comunistas y llegar a la posterior destrucción del bloque
socialista en el mundo.
La Casa Blanca es escenario del escándalo Watergate que
llevó a que el presidente Richard Nixon fuera el único presidente
estadounidense en renunciar a su cargo en este siglo.
Al mismo tiempo, el intervencionismo del gobierno de este país
ayuda a instaurar dictaduras militares afectas a Washington en varios países de
América Latina.
El bloque comunista que la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas logró conformar durante varias décadas, empieza a dar señales de
desintegración y la potencia soviética se distancia de la China comunista, lo
que trajo consigo el debilitamiento de la influencia comunista en el mundo.
En Europa, a pesar de la crisis energética, los países
occidentales de este continente logran igualar el nivel de vida de los Estados
Unidos de Norteamérica y los países escadinavos consiguen el más alto
equilibrio económico social del mundo.
En 1979 los fundamentalistas musulmanes toman el control de Irán
bajo el liderazgo de Ayatolá Ruholá Jomeini, con lo que este país se retira de
la influencia occidental y se encierra en el más radical de los estados basados
en Sharia (ley islámica).
Década de 1980 a 1989
El inicio de este decenio está marcado por el aumento de las
tensiones entre la URSS y EE.UU. La amenaza nuclear se hace más latente que
nunca, por lo que a mediados de la década se produce un acercamiento entre los
dos bloques, que se ve favorecido principalmente por las políticas conocidas en
occidente como Glasnost y Perestroika, del mandatario soviético Mijail
Gorbachov.
El terrorismo internacional que se venía presentando desde la
década anterior se intensifica y EE.UU. ataca a la Libia de Muamar Gadafi, como
represalia por ataques terroristas supuestamente patrocinados por ese país.
Perú, que salía de un régimen dictatorial de doce años, y que
retornaba a la democracia, se enfrenta al movimiento terrorista Sendero
Luminoso, que comienza su accionar en los accidentados pueblos de los Andes, y
que, poco a poco, fue incursionando en la capital.
Por otra parte, las desigualdades en el desarrollo entre los
diferentes pueblos del mundo se evidencian con la hambruna que devasta a varios
países de África. En Etiopia la situación se torna particularmente dramática
debido a la sequía.
En 1989 la URSS y el bloque soviético en general se encuentran más
debilitados que nunca. En noviembre el muro de Berlín, que encarnaba la
división de dicha ciudad desde el fin de la segunda guerra mundial, fue
demolido por los propios berlineses, dando con ello el golpe de gracia a la era
soviética.
La existencia del Sida se hace pública por primera vez en junio de
1981, y acabará presentándose ante el mundo como una epidemia de enormes
proporciones.
Países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán y Singapur,
experimentan un rápido desarrollo industrial que no se detendría durante el
resto del siglo.
El narcotráfico ejerce una influencia en las sociedades de países
latinoamericanos, en especial en Colombia donde Pablo Escobar se convierte en
un verdadero poder paralelo al del estado. La situación degenera en un
conflicto transnacional que involucra a EE.UU., en la llamada "guerra
contra el narcotráfico".
Los videojuegos se hacen cada vez más populares y comienza a
extenderse, de este modo, una industria que en la actualidad genera beneficios
superiores a los del cine o la literatura. Una nueva cultura, una nueva forma
de aprender, interactuar, pensar, entretenerse.
Década de 1990 a 1999
Esta década dio nacimiento a un nuevo mundo. Tras la caída del
muro de Berlín se desencadenó la desintegración de la URSS dando nacimiento a
nuevos estados independientes y permitiendo la reforma política en las naciones
que habían permanecido bajo su influjo. De entre estas naciones sobresaldría la
Federación Rusa, que fue liderada por Boris Yeltsin durante todo el período.
Gracias a los últimos avances en las Tecnologías de la Información
y las Comunicaciones (TIC) la "globalización", proceso presente,
desde hace siglos, comienza a alcanzar niveles nunca antes imaginados.
El Consenso de Washington (Estados Unidos), acuerda un paquete de
políticas económicas para reformular y ajustar todas las economías nacionales
del mundo. En 1994 se crea la Organización Mundial del Comercio; junto con el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial desempeñarán un papel central
durante la década.
Los Estados Unidos conocen bajo el gobierno de Bill Clinton un
crecimiento económico sin precedentes. Además, la administración de Clinton
respaldó negociaciones en Oriente Medio que llevaron a que el conflicto árabe-israelí
estuviera más cerca que nunca de resolverse, si bien no llegó a concretarse una
solución.
La República Popular China empezó a ver los beneficios de su
política de transformación económica iniciada a finales de los años 1970, que
hicieron que el país abandonara poco a poco los principios de la economía
comunista clásica desarrollando una particular economía de mercado.
El nacimiento de la Unión Europea (UE) en 1993, dio al mundo un
nuevo bloque político económico fuerte que paulatinamente se colocó como una
fuerza predominante en Europa.
Oriente medio aumentó su división interna y los países árabes
dejaron de representar un peligro para la existencia del estado de Israel.
La Guerra del Golfo dividió a los países árabes, algunos de los
cuales se aliaron con potencias occidentales para atacar a Irak que bajo el
gobierno de Saddam Husein había invadido Kuwait.
América Latina es la región que aplica en forma más disciplinada
las políticas económicas del Consenso de Washington. Los presidentes Menem
(Argentina), Collor de Melo (Brasil), Salinas de Gortari (México), y Fujimori
(Perú), resultan los principales exponentes de esas políticas.
Se crea el Mercosur (1991). México entra al NAFTA, con EE.UU. y
Canadá.
En Chile tras diecisiete años, termina un fructífero gobierno
militar (denominado dictadura por grupos de izquierda) que estableció sólidas
bases políticas y económicas, y se inicia un largo gobierno de la Concertación
entre socialistas y demócrata-cristianos que se extiende por dos décadas.
En Paraguay finaliza una de las dictaduras más largas de la
historia y se abre una prolongada etapa democrática.
Al sur de México se produce el levantamiento indígena zapatista
(1994). En Guatemala con la firma de la paz en 1996 finalmente termina una
guerra civil que duró 36 años y que dejó más de 200.000 muertos y desaparecidos.
La década termina con América Latina como la región con mayor
desigualdad social de la Tierra y la única en la que no se avanzó en la lucha
contra la pobreza (Banco Mundial, 2003).
La aparición de Internet como una herramienta al alcance de la
población, marca una revolución cultural cuyo alcance aún no puede ser
claramente evaluada, pero que sin duda ha cambiado para siempre la manera en
que las personas se comunican.
instauración de los
dictadores en América latina
Guerra de independencia:
lucha armada, guerra civil…
La Guerra de Independencia de los
pueblos hispanoamericanos fue cruel, encarnizada, y puso de manifiesto las
luchas internas de poder entre la élite criolla. La clase dominante
se fraccionó en distintos grupos de poder: patriotas realistas, centralistas,
federalistas, moderados, liberales y conservadores. Por ejemplo, en Chile, el
Congreso Nacional estaba dividido en grupos: moderados e independentistas
(encabezados por Bernardo O'Higgins). En Venezuela,
el Congreso Nacional mostró, también, diferencias entre los grupos políticos,
sin embargo, los grupos a favor de la independencia dominaron. Francisco de
Miranda y Simón Bolívar (ambos
independentistas) organizaron, en 1810, la Sociedad Patriótica, con el fin de
lograr la separación. Venezuela declaró la independencia en 1811, y redactó
una constitución que
adoptó la forma de gobierno republicano
y federal, similar a la Constitución de Estados Unidos. Los conflictosinternos
y la movilización de las fuerzas españolas sofocaron y suprimieron la Primera
República de Venezuela. Ante el fracaso venezolano, y las pocas posibilidades
de lograr el apoyo de Nueva Granada para la recuperación de Venezuela, Bolívar
decidió exilarse en Jamaica.
En México, los sectores populares más
afectados por las luchas entre criollos y peninsulares fueron los indios y los
mestizos. Ante las pésimas condiciones sociales y económicas del campesino indígena,
el padre Miguel
Hidalgo se levantó en rebelión, en 1810. El Grito de Dolores inició la
guerra de independencia de México. Este movimiento era esencialmente indígena y
campesino, y careció del apoyo de los sectores dominantes como la iglesia y
la elite criolla. Ante la derrota y muerte de
Hidalgo, en 1811, José María Morelos retomó la lucha armada. Para 1813, éste
convocó el Congreso de Chilpancingo, y planteó la independencia absoluta de
México. La causa libertaria de Morelos quedó truncada, en 1815, al ser
capturado y ejecutado.
En la región de La Plata (Buenos Aires),
la lucha entre criollos y peninsulares se vio afectada por otra fuerza externa
que ejerció presión sobre
la región: Inglaterra.
En los años de 1806 y 1807, La Plata fue ocupada por Inglaterra. Esta ocupación
provocó una crisis en
la administración colonial,
pero, también, estimuló el espíritu nacionalista de los porteños, y puso
de relieve la
fragilidad del imperio español.
La única colonia en Sur América que mantuvo la adhesión y lealtad a España fue
Perú. Razones de tipo social y racial contribuyeron a este hecho: la clase
criolla peruana prefirió mantener la lealtad a España ante el temor de una
alianza entre los mestizos y los indios, que eran numéricamente superiores a
ellos, pues dicha alianza podía poner en peligro sus intereses económicos y
sociales.
En el Caribe, Puerto Rico y Cuba también
permanecieron leales a España. Sin embargo, en ambas islas, comenzó a
perfilarse un movimiento a favor de la independencia. En Puerto Rico, por
ejemplo, hubo una gran simpatía hacia la causa libertaria, y el pueblo
puertorriqueño se negó a participar militarmente en contra de los hermanos
latinoamericanos. Ante la solidaridad manifiesta
de Cuba y Puerto Rico a la guerra de independencia, España decidió reforzar el
sistema represivo en las islas con el fin de evitar levantamientos
revolucionarios, y logró retener las islas.
Las colonias centroamericanas también
se rebelaron contra España. De hecho, la primera provincia en declarar su
independencia fue El
Salvador. Al contrario de México, la rebelión centroamericana fue
fundamentalmente elitista, y tuvo poca participación de los sectores populares.
En 1823, el reino de Guatemala -compuesto
por Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica-
declaró la independencia y en 1824,se organizó la República Federal
Centroamericana. No obstante, la República Federal Centroamericana enfrentó
serias dificultades que la llevaron finalmente al rompimiento que dio origen a
las naciones que conocemos hoy. Para 1815, parecía que el movimiento
independentista de las colonias españolas había fracasado. En 1816, las fuerzas
expedicionarias de Pablo Morillo reprimieron con dureza a Nueva Granada y
Venezuela. A pesar de la reacción antirevolucionaria, comenzaron a resurgir
fuerzas de resistencia,
como las guerrillas. El movimiento independentista renació con el gran triunfo
de la batalla de Boyacá, con el cual se liberó Nueva Granada, y se proclamó la
formación de la
República de la Gran Colombia,
compuesta por Venezuela, Nueva Granada y Ecuador.
Bolívar encargó la tarea de libertar al Ecuador al general Antonio José de
Sucre, y ésta se completó en 1822.
Mientras la lucha bolivariana se
recrudeció en el norte de Sur América, en Chile, las fuerzas realistas
dominaban la región, y correspondió a José de San
Martín la liberación de este país. En la batalla de Chacabuco, de
1817, San Martín derrotó a los españoles, pero fue en la batalla de Maipú
cuando San Martín logró la independencia de la región. El triunfo
revolucionario en Chile permitió el establecimiento de un gobierno encabezado
por O'Higgins, y con su apoyo, San Martín preparó la campaña para conquistar
Perú. En ese mismo año, Agustín de Iturbide, en México, proclamó el Plan de
Iguala, que declaró la independencia
de México. El encuentro de Bolívar y San Martín se produjo en Guayaquil.
Como resultado de la
entrevista, San Martín renunció a sus cargos, volvió a Chile, y emigró
definitivamente a Europa,
Bolívar recurrió a Sucre para la liberación del Alto Perú. La batalla de
Ayacucho puso fin a las guerras de
independencia, y, con la independencia del Alto Perú, nació Bolivia.
Al contrario de las guerras de
Independencia de las colonias españolas, la independencia de Brasil no
fue tan devastadora. Brasil se convirtió en la sede del gobierno portugués
cuando Napoleón ocupó
Portugal, y esta presencia fue importante en el desarrollo de
la colonia: Río de Janeiro creció y se fortaleció económicamente, y Portugal
permitió reformas económicas en Brasil que beneficiaron a los comerciantes
brasileños. En el aspecto político, Brasil era regido como un estado autónomo;
no obstante, en 1820, se produjo, en Portugal, un levantamiento que exigió la
convocación a cortes y el retorno del rey Joao VI. Ante el retorno del rey, las
cortes propusieron revocar el gobierno autónomo de Brasil, y esta situación
provocó que el heredero al trono de Portugal, Pedro de Braganza -radicado en
Brasil- se pronunciara en contra del gobierno de Portugal. Este determinó
levantarse en rebelión, declaró la independencia, y se convirtió en el primer
emperador de Brasil.
Efectos de la guerra
La lucha por la independencia tuvo
serias implicaciones en los recién independizados territorios: la independencia
no aseguró el fin de las guerras civiles, y los conflictos regionales se
agudizaron luego de la guerra. Las tensiones sociales y raciales prevalecientes
durante la guerra polarizaron las sociedades de
los nuevos países. El poder político de las naciones independizadas fue débil,
y promovió el desarrollo del caudillismo. Aunque la guerra terminó con elmonopolio español,
las naciones latinoamericanas quedaron a merced de la influencia económica
de Estados
Unidos e Inglaterra, que dominaban el mercado atlántico.
Esto representó un problema adicional, pues el fuerte desarrollo económico de
los norteamericanos resultaba demasiado competitivo para los países recién
independizados. Además, en ellos, prevalecía un clima de
confusión, desorganización e inestabilidad. Luego de la independencia, las
naciones latinoamericanas atravesaron serias dificultades de tipo político y
económico que más bien generaron la disgresión de los estados. Además, las
potencias extranjeras (como Estados Unidos) veían con gran recelo la unidad
latinoamericana, pues podía poner en peligro sus intereses sobre la región.
Después de la independencia, Guatemala
buscó apoyo en México como aliado para poder mantener la oligarquía en el
poder. Gabino Gaínza declaró su anexión a México e inmediatamente, Iturbide
envió un ejército al mando del general Vicente Filísola, que fue muy bien
recibido en la capital del
reino. Pero se produjo una disensión: El Salvador se sublevó contra los
mexicanos, y el ejército de Filísola se dirigió hacia aquella provincia, a la
cual pudo someter. A la caída de Iturbide, Filísola volvió a Guatemala, donde
la situación había cambiado, y se encontró muchos más partidarios de la
separación de México y de una independencia total. Propuso convocar un congreso
para decidir lo que había de hacerse. El congreso, reunido el 24 de junio de
1823 en Guatemala, declaró la independencia total. El reino de Guatemala pasó a
llamarse Provincias Unidas de Centroamérica, y se nombró un gobierno
provisional de tres miembros, encabezado por el doctor Pedro Molina, con
la misión de
redactar una constitución.
Cuando se redactó la constitución, de
influencia norteamericana, en noviembre de 1824, el país pasó a llamarse
República Federal Centroamericana. Esta estaba formada por cinco estados, que
tenían, a su vez, poderes ejecutivos, legislativos y judiciales
completamente autónomos dentro de sus límites territoriales.
Las luchas de las oligarquías provinciales para mantenerse en el poder, y la de
todos contra el intento centralizador de Guatemala, donde residía el gobierno
nacional, llevaron a la disolución de la federación. El presidente, Manuel
Arce, y el gobernador de cada provincia (en Costa Rica, Juan Mora Fernández; en
Nicaragua, Manuel Antonio de la Cerda; en Honduras, Dionisio Herrera; en El
Salvador, Juan Vicente Villacorta; en Guatemala, Juan Barrundia), todos ellos
pertenecientes a la oligarquía terrateniente, organizaron gobiernos
provinciales fuertes y poco a poco fueron separándose del gobierno central.
Nicaragua, Honduras y Costa Rica se declararon independientes en 1838,
Guatemala, en 1839, y El Salvador se independizó en 1841.
Comienzo de la vida independiente
Al concluir el siglo XIX, América Latina quedó
dividida en 19 naciones y unos territorios incorporados, inmersos en un proceso
de formación de nacionalidades que se caracterizará por la violencia que
generará la política de los recién nacidos países, en torno a
asuntos tales como la anarquía, los gobiernos dictatoriales y la definición de
fronteras. Prácticamente todos los países latinoamericanos, menos Brasil,
tendrán conflictos de esta naturaleza.
La inexperiencia política de los criollos, junto con las luchas civiles y la
ambición imperialista de otros países, propiciará la intervención continua de
potencias extranjeras como los Estados Unidos e Inglaterra. Esta intervención
será el precio que
habrá que pagar por irse incorporando a la economía
mundial, y al capitalismo europeo,
en especial, con Inglaterra.
Al concluir el proceso de liberación,
cada una de las nuevas naciones se inició en el ejercicio de la vida
independiente en circunstancias muy variadas. Por ejemplo, México sobresale por
la complejidad y variedad de los problemas que
tuvo que enfrentar, análogos a los que sufrió durante su vida colonial. Además,
su posición geográfica lo coloca en una situación conflictiva, pues es,
también, la frontera norte
de América Latina, y el punto más propicio para la penetración de los países
que quisieron apoderarse del control que había perdido España. En otros países,
los procesos fueron
menos intensos, más localistas, o más uniformes.
México
México inicia su vida independiente
bajo el imperio de Iturbide, en 1821 pero, en 1824, promulgó su constitución, y
se creó la República Federal de los Estados Unidos Mexicanos. Surgen dos
bandos: los centralistas y los federalistas, quienes se debatirán el poder
durante casi dos décadas. Durante la decada de 1830, ante la creciente inmigración de
estadounidenses al territorio de Texas, el presidente Santa Anna ordena las
fronteras texanas, por lo que surgió el conflictode
Texas: los texanos se declararon independientes, y Santa Anna atacó la región
para reintegrarla a México. Logró su primera victoria en El Alamo pero, más
tarde, fue derrotado. Como resultado, Estados Unidos se apoderó del territorio
de Nuevo México y la Alta California. En un segundo enfrentamiento, los
norteamericanos invadieron México. El tratado Guadalupe-Hidalgo devolvió la
paz: México cedió el territorio desde el Río Grande hasta el Pacífico, y
recibió 15 millones de dólares como indemnización.
Tras años de continuas luchas por el
poder, Santa Anna (caudillo del pueblo) respaldado por el clero y los grandes
terratenientes regresó al gobierno, y se convirtió en dictador. Benito Juárez y
otros líderes se rebelaron contra la dictadura de Santa Anna, quien fue
derrotado y se exilió en Colombia en 1857. Surgieron nuevos ideales de reforma:
separar la Iglesia y el
Estado; secularizar la educación;
reducir el poderío económico de la iglesia quitándole los bienes;
impulsar la economía,
y establecer un sistema de justicia apoyado
por legislación aprobada por una asamblea representativa.
Se promulgó una nueva constitución en
1857, y Juárez asumió el poder. Dicha constitución prohibía la esclavitud y
las propiedades de la Iglesia: concedía la libertad de prensa;
eliminaba los monopolios y establecía un gobierno democrático representativo.
Chile
La República de Chile comenzó su vida
independiente en medio de una gran desorganización administrativa. El pueblo
veía el cuerpo militar como la única salvación. Bernardo O'Higgins fue
designado director del país. Su administración provocó
malestar entre el pueblo, al eliminar los títulos nobiliarios, e intervenir en
los asuntos eclesiásticos. Fundó escuelas y la biblioteca nacional.
Tras ser obligado a renunciar, el país atravesó una época de anarquía durante
la cual se abolió la esclavitud. La constitución de 1826 dividió al país en
ocho provincias. Con la subida de Prieto al poder, comenzó una época de
progreso y de orden. Se les concedió el voto a los varones mayores de
veinticinco años que supieran leer y escribir, y, además, tuvieran propiedades.
De 1841 a 1851, comenzó la expansión del comercio de
las minas de cobre.
Con Manuel Montt, el déspota ilustrado, el país continuó su acelerado progreso
económico y cultural.
Argentina
Fuertes luchas por lograr la
unificación territorial de las diferentes regiones argentinas entre
federalistas y centralistas iniciaron la vida independiente de la república. Se
convocó un congreso en Tucumán como último intento por salvar la unión pero no
tuvo efecto. En 1829, se eligió gobernante a Manuel de Rosas, verdadero
caudillo del pueblo. Rosas procuró equilibrar las diferentes clases sociales
mientras dominó con mano férrea. En 1852, se presentó una constitución que
integraba en un país a todas las regiones del antiguo Virreino de la Plata,
hecho que trajo como consecuencia otra guerra civil, ante el rechazo que el
documento sufrió entre algunos sectores que se oponían a la integración de
un gobierno central. Bartolomé Mitre asumió el poder, seguido por Domingo
Faustino Sarmiento, y otra guerra civil. En 1880, Buenos Aires fue proclamada
capital de la república. A partir de entonces, se terminó la guerra
con los indios, se ocupó y colonizó el desierto, se construyeron líneas
ferrocarrileras, se fomentó la agricultura,
se establecieron el matrimonio civil
y la ley de educación.
Cuba
Cuba continuó siendo colonia española
hasta 1898, cuando pasó a ser posesión de los Estados Unidos, durante la Guerra
Hispanoamericana. El sentimiento separatista se había hecho sentir en la isla,
pero Cuba siguió luchando su independencia y la consiguió.
Problemas fundamentales de la vida
independiente
Durante el siglo XIX, los gobiernos de
los países recién independizados se vieron influidos por las fuerzas militares,
la sucesión dinástica en el gobierno, las técnicas de
gobierno no delimitadas, los golpes de estado, el exilio de los ciudadanos más
capaces, y el constante fracaso de las constituciones
En el momento de tomar las riendas de
los nuevos estados americanos, el elemento criollo no estaba preparado para
dirigir el país. Las guerras de independencia fueron encabezadas por hombres
dedicados a la carrera militar, que dominaban las técnicas de mando pero que
apenas poseían cualidades o principios de
administración pública. Como consecuencia de sus victorias militares,
controlaron las masas populares, y fueron convirtiéndose en caudillos del
pueblo, como Simón Bolívar y José de San Martín. Hubo líderes buenos y malos,
pertenecientes a todas las clases
sociales, del pueblo o de la clase alta, pero todos con algo en común: su
preocupación por la patria. La mayoría de las veces, empezaron luchando por
causas nobles, aunque terminaran imponiendo su voluntad, por fuerza o por
doctrina, para mantenerse en el poder.
El dictador, por lo general, llegaba al
poder después de derrocar el régimen existente. Las dictaduras toman auge en
América Latina en las cercanías del siglo XIX.
La diferencia entre ambos líderes, el
caudillo y el dictador, estriba en la forma en que llegan al poder: el caudillo
recibía el apoyo de las masas del pueblo, era un líder natural,
y tenía grandes sectores del pueblo incondicionalmente a sus órdenes. Por el
contrario, el dictador era un líder que se apoyaba en las fuerzas militares
para ejercer el control de la región. Su gobierno, tiránico y totalitario,
menospreciaba o ignoraba el poder legislativo. Tanto uno como el otro
promovieron inestabilidad política durante los años posteriores a la
independencia.
La única excepción fue Brasil ya que,
una vez logró su independencia de Portugal, llevó una vida pacífica libre de
dictaduras durante todo el siglo XIX. Esta situación permitió al país iniciar
una vida independiente más productiva que la de otras regiones. Como resultado,
el desarrollo
económico que alcanzó el país durante el siglo XIX fue más sólido.
En el siglo XX
México
El 18 de Julio de 1872 fallece el
presidente Lic. Benito Juárez, declarado Benemérito de las Américas, y, tras de
ocupar la Presidencia de la República el Lic. Sebastián Lerdo de Tejada, se
proclama el plan de Tuxtepec y el 28 de Noviembre de 1876 asume la Presidencia
por primera vez el Gral. don Porfirio Díaz, quien, olvidándose de las viejas
causas liberales por las cuales combatiera tan brillantemente, principia por
establecer una dictadura patriarcal, que si bien da al país 30 años de paz,
pronto degenera y crea una casta de privilegiados que se confabulan con la
aristocracia de caciques, hacendados y latifundistas que explotan y oprimen al
pueblo.
Por un período muy corto está en la
presidencia Manuel González y en 1880 regresa Porfirio Díaz a ocuparla
nuevamente. En las siguiente elecciones estaban, Francisco I. Madero candidato
del Partido Antireleccionista en contra de Porfirio Díaz y Madero fue hecho
prisionero en San Luis Potosí mientras se realizaban las elecciones.
Díaz se reeligió y Madero escapó de la
cárcel y se refugio en San
Antonio, Texas donde dio a conocer el Plan de San Luis. En él declara nulas
las elecciones desconocía al régimen de Díaz, exigía el sufragio efectivo
y la no reelección y, señalaba el 20 de Noviembre de
1910 para que el pueblo se levantara en armas contra
el tirano.
Al llamado Plan de San Luis, se
pronunciaron hombres como Pascual Orozco, Pancho Villa, Emiliano Zapata etc.
La insurreción se extendió poco a poco por todo el País. En Mayo de 1911 cayó
Ciudad Juárez en poder de los maderístas. Debilitado el gobierno de Díaz entra
en negociaciones y el 25 del mismo mes el dictador presentó su renuncia y
abandonó el país el 25 de mayo de 1911.
La revolución Maderista del 20 de
noviembre de 1910 derrotó al dictador Porfirio Díaz y logró sentar en la
Presidencia con sufragios efectivos a don Francisco I. Madero. En Coahuila don
Pablo González, el viejo magonista, y estando de acuerdo con don Francisco I.
Madero y con Venustiano Carranza para lanzarse contra la Dictadura Porfirista,
lo hizo pronunciándose al grito de "!Viva Madero!" el 22 de enero de
1911 en el Puerto del Carmen, del Municipio de Nadadores, Coahuila, al frente
de muchos después connotados jefes como Francisco Murguía, Cesáreo Castro,
Idelfonso V. Vázquez, Teodoro Elizondo y muchos más.
Francisco I. Madero inmaculado prócer y
mártir de la democracia a
partir de los Tratados de
Ciudad Juárez del 10 de mayo de 1911 y con la renuncia de don Porfirio Díaz,
dejó como presidente interino al Lic. Francisco León de la Barra y al antiguo
Ejército Federal porfirista según acuerdos en pie, error tremendo que
criticó don Venustiano Carranza: "Revolución que tranza, Revolución que se
pierde".
Por otra parte, los Porfiristas
reclamaban sus antiguos privilegios; los zapatistas exigían el reparto de
tierras; la prensa lo atacaba a diario y las rebeliones de Félix Díaz y
Bernardo Reyes, independientes entre sí, confluyeron en la llamada Decena
Trágica para asentarle el golpe definitivo a Madero.
Chile
En 1946 ganó las elecciones Gabriel
González Videla, líder del Partido Radical, apoyado por una coalición de
izquierda cuyos principales componentes eran su propia agrupación y el Partido
Comunista. Videla nombró a tres comunistas para ocupar carteras ministeriales,
pero la coalición consiguió mantenerse apenas seis meses, ya que los ministros
comunistas, con frecuencia enfrentados con los demás miembros del gabinete,
fueron destituidos en abril de 1947. Hacia finales del mismo año, Chile rompió
relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. En 1948 centenares de
comunistas fueron encarcelados en virtud de la Ley de Defensa Permanente de la
Democracia, que proscribió al Partido Comunista. Poco después fue sofocada una
rebelión militar encabezada por el antiguo presidente Ibáñez. Durante los años
siguientes fueron frecuentes las manifestaciones sociales y sindicales. En 1951
se produjeron huelgas en casi todos los sectores de la economía. Al año
siguiente, la reacción popular contra los partidos tradicionales tuvo como
consecuencia la elección del general independiente Carlos Ibáñez, quien
restauró el orden en cierta medida, aunque no pudo solucionar los problemas
económicos y sociales. En 1958 asumió la presidencia Jorge Alessandri, y
propuso un plan de diez años que establecía reformas fiscales, proyectos de
infraestructura y la reforma agraria. En 1964 rompió relaciones diplomáticas
con Cuba, aunque restableció los vínculos con la Unión Soviética. En 1960, un
maremoto y un terremoto sacudieron al país provocando enormes daños y miles de
muertos, especialmente en la zona de Valdivia. En las elecciones presidenciales
de 1964, el antiguo senador Eduardo Frei Montalva, candidato de la
centrista Democracia
Cristiana, derrotó a una coalición de izquierdas. Las importantes reformas
de Frei, como la nacionalización parcial del sector del cobre (la denominada
‘chilenización del cobre’), provocaron la insatisfacción de algunos sectores de
la derecha, lo que desembocó en una violenta oposición política. Al aproximarse
las elecciones presidenciales de 1970, la oposición de izquierda se coaligó en
la Unidad Popular. Nombró candidato a Salvador Allende quién
ganó las elecciones y comenzó rápidamente a cumplir sus promesas electorales,
orientando al país hacia el socialismo (con su popular lema "vía chilena
al socialismo". Se instituyó el control estatal de la economía, se
nacionalizaron los recursos mineros,
los bancos extranjeros
y las empresas monopolistas,
y se aceleró la reforma
agraria. Además, Allende lanzó un plan de redistribución de ingresos,
aumentó los salarios e
impuso un control sobre los precios.
La oposición a su programa político
fue muy vigorosa desde el principio y hacia 1972 se había producido una grave
crisis económica y una fuerte polarización de la ciudadanía.
La situación empeoró aún más en 1973, cuando el brutal incremento de los
precios, la escasez de alimentos (provocada
por el recorte de los créditos externos),
las huelgas y la violencia llevaron al país a una gran inestabilidad política.
Esta crisis se agravó por la injerencia de Estados Unidos, que colaboró
activamente por desgastar al régimen de Allende. El 11 de septiembre de 1973
los militares tomaron el poder mediante un golpe de Estado, pereciendo Allende
en la defensa del palacio presidencial. (La opinión generalizada es que Allende
se suicidó durante el asalto al palacio de la Moneda).
Argentina
A principios del s. XX se manifestó la
necesidad de reformar el sistema
político en un sentido democrático. En la presidencia de Roque Sáenz
Peña se aceptó una nueva ley electoral que desde 1912 permitió fundamentales
renovaciones. Distintos matices de la democracia argentina se personificaron en
Juan B. Justo, Lisandro de la Torre e Hipólito
Yrigoyen. Éste asumió la presidencia en 1916 como representante de los
radicales. Lo sucedió en 1919 Marcelo T. de Alvear, pero en 1928 Yrigoyen
volvió al poder. En 1930 un movimiento armado derrocó el régimen constitucional
y puso en el poder al general José Félix Uriburu. Varios presidentes se
sucedieron en un período turbulento en el que se adoptaron políticas cada
vez más conservadoras y autoritarias. Presionado por los Estados Unidos, el
gobierno de Pedro P. Ramírez
declaró la guerra a Alemania y Japón en
1944. En las elecciones presidenciales de 1946 triunfó el entonces coronel Juan
D. Perón,
que fue reelegido para el período 1952-1958. En septiembre de 1955, la
revolución encabezada por el general Eduardo Lonardi lo obligó a renunciar a su
cargo. En febrero de 1958 fue elegido presidente constitucional para el período
1958-1964 Arturo Frondizi, quien no consiguió detener la crisis económica que
asolaba al país desde 1950. A partir de 1962, cuando fue destituido Frondizi
por las fuerzas armadas, se sucedieron diversos gobiernos militares y civiles.
Perón volvió al poder en 1973, y tras su muerte, ocurrida al año siguiente, lo
sucedió en la presidencia su esposa, María Estela Martínez. Continuaron
aumentando los problemas económicos y los conflictos sociales, y en 1976 un
golpe de estado dio el poder a una junta militar, presidida sucesivamente por
Jorge Rafael Videla, Roberto Viola y Leopoldo F. Galtieri. El 2 de abril de
1982 las fuerzas armadas argentinas recuperaron las islas Malvinas,
en posesión británica. La derrota ante la armada británica trajo como
consecuencia la caída del gobierno castrense. Raúl Alfonsín asumió la
presidencia en 1983 e intentó infructuosamente sanear la economía nacional,
agobiada por la falta de inversiones y
el endeudamiento externo. En 1989 las elecciones dieron el triunfo al peronista
Carlos Saúl Menem.
Su objetivo fundamental
fue recuperar la disciplina económica
y atraer la inversión.
Durante su gobierno se redujo la inflación y la economía se recuperó.
Cuba
Desde 1909 la vida política de Cuba se
desenvolvió normalmente, con las alternativas de algunos movimientos armados.
Desde 1933 se hizo sensible la gravitación política de Fulgencio Batista,
triunfante en la revolución del 4 de septiembre de ese año y presidente de 1940
a 1944. Batista volvió a la presidencia en 1952, encabezando un movimiento
armado, gobernando desde entonces tiránicamente. En 1956, Fidel Castro desembarcó
en la isla, iniciando un movimiento revolucionario que en dos años derrocó a
las autoridades constituidas. Castro entró en la Habana en enero de 1959. El
primer presidente revolucionario, Manuel Urrutia Lleó, debió renunciar a corto
plazo por oponerse a las influencias comunistas dentro de su gobierno. Bajo la
presidencia de Osvaldo Dorticós Torrado, Fidel
Castro proclamó en 1961 la "República Socialista". Entre las
medidas decretadas desde entonces figuraron la reforma agraria, la reforma
urbana, la nacionalización de la educación, la reorganización del poder
ejecutivo, la supresión de las elecciones y el mejoramiento de la flota
mercante. Durante las décadas de 1960 y 1970, Cuba se convirtió en un país
satélite de la Unión Soviética, encargándose de exportar la revolución
comunista al Tercer Mundo. Al iniciarse los años ochenta, había tropas cubanas
en Angola y Etiopía, y Cuba prestaba ayuda a gran cantidad de movimientos
guerrilleros en América latina. Para desligarse de su imagen de
mero seguidor de la URSS, Castro asumió un papel de liderazgo en
el movimiento de países no alineados. La caída del comunismo,
primero, y la posterior desaparición de la Unión Soviética (1991) supusieron el
aislamiento político y económico de Cuba. En 1993 el presidente Castro anunció
medidas para liberalizar la economía, la cual se encontraba sumida en una
profunda crisis.
Los dictadores
México
Porfirio Díaz
Porfirio Díaz, militar y político
mexicano, presidente de la República (1876-1880; 1884-1911), cuyo ejercicio del
poder ha dado nombre a un periodo de la historia de
México conocido como Porfiriato.
Nació en Oaxaca y se alistó en el Ejército, participando en tres guerras: la
guerra mexicano-estadounidense (1846-1848); la guerra civil (1858-1861) entre
liberales y conservadores, llamada guerra de Reforma, en la que apoyó la causa
liberal de Benito Juárez y la guerra patriótica (1863-1867) contra Maximiliano
I, archiduque de Austria y emperador de México.
Díaz no alcanzó la presidencia de
México frente a Juárez en 1867, ni tampoco en 1871. Después de cada derrota
encabezó sendas e infructuosas rebeliones militares, mediante las que pretendía
alcanzar el poder. En 1876 protagonizó una prolongada serie de acciones militares
y derrocó al presidente Sebastián Lerdo de Tejada, asumiendo la presidencia de
la República. Según la Constitución mexicana, Díaz no podía permanecer en la
presidencia durante dos mandatos consecutivos por lo que tuvo que renunciar en
1880 aunque continuó en el gobierno como secretario de Fomento. Fue reelegido
en 1884 y consiguió la aprobación de una enmienda a la Constitución que
permitía la sucesión de mandatos presidenciales, permaneciendo en el poder
hasta 1911.
Al frente de México, casi como delegado
divino, Porfirio Díaz… Don Porfirio, que era, para la generación adulta
entonces, una norma del pensamiento sólo
comparable a las nociones del tiempo y
del espacio, algo como una categoría kantiana. Atlas que sostenía la República,
hasta sus antiguos adversarios perdonaban en él al enemigo humano, por lo útil
que era, para la paz de todos, su transfiguración mitológica.
A la cultura de
la Revolución Mexicana la anteceden los treinta y tantos años de dominio avasallador
del general Porfirio Díaz, décadas de arraigo profundo de una interpretación reverente
(tanto activa como pasiva) del autoritarismo. Que el nombre del dictador
bautice o sintetice el periodo se explica con facilidad y no sólo por razones
políticas. Comparten rasgos una persona (Porfirio Díaz), una élite política e
intelectual (el grupo conocido
como los "científicos" y sus alrededores literarios) y lo más visible
y reconocible de una época. Tienen en común el orden impuesto a como dé lugar;
la estricta jerarquización del sistema político y la existencia cotidiana; la
devoción ante el modelo europeo (del que adoptan los rasgos externos, el
cuidado de la apariencia, el fetichismo de la respetabilidad); la fe en un
progreso constituido de modo tangible con ferrocarriles y fábricas y
empréstitos y reconocimiento de los demás estados; las vagas líneas divisorias
entre decoro y decoración.
Su régimen estuvo marcado por logros
importantes, pero también por un gobierno severo. Durante el mandato de Díaz,
la economía de México se estabilizó y el país experimentó un desarrollo
económico sin precedentes: se invirtió capital extranjero (sobre todo
estadounidense) en la explotación de los recursos mineros del país; la industria minera,
la textil y otras experimentaron una gran expansión; se construyeron vías
férreas y líneas telegráficas; y el comercio
exterioraumentó aproximadamente en un 300%. Por otra parte, los inversores
extranjeros agotaron gran parte de la riqueza del país, casi todos los antiguos
terrenos comunales (ejidos) de los indígenas pasaron a manos de un pequeño
grupo de terratenientes, y se extendió la pobreza y
el analfabetismo.
Las manifestaciones del descontento social fueron reprimidas por Díaz con mano
de hierro,
hasta que se produjo la Revolución de 1911, encabezada por Francisco Ignacio
Madero. Díaz fue obligado a dimitir y a abandonar el país. Murió en el exilio,
en París.
Chile
Augusto Pinochet Ugarte.
Augusto Pinochet Ugarte, político y
militar chileno, jefe del Estado (1973-1990). Nació en Santiago y estudió en la
Academia Militar de Chile. Tras sucesivos y constantes ascensos de graduación,
fue nombrado general de brigada durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva
(1964-1970). En la época presidencial de Salvador Allende fue comandante de la
guarnición de Santiago y, en 1972, se le designó comandante en jefe del
Ejército. Protagonizó el golpe de Estado de 1973, apoyado desde Estados Unidos,
que culminó con el derrocamiento y la
muerte de Allende. Pronto, como jefe de la Junta de Gobierno, limitó
la actividad política y su régimen de represión y autoritarismo fue condenado
por la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas,
en 1977.
En 1980, una Constitución promovida por
él le confirmó en el poder para un periodo de ocho años; dicha Constitución
también declaraba que, al final de ese lapso, se celebraría un plebiscito para
determinar si debía continuar en el desempeño de
la jefatura del Estado. El referéndum tuvo lugar en octubre de 1988 y le negó
el derecho a prolongar su presidencia a partir de marzo de 1990 (los votos
fueron del 55% en contra de su prórroga presidencial y el 43% a favor), aunque
se mantuvo en su cargo de comandante en jefe del Ejército. El 7 de enero de
1998, la Cámara de Diputados aprobó una declaración de rechazo a la inminente
incorporación de Pinochet al Senado, tras su retirada de la jefatura del
Ejército, la cual tuvo lugar, el 10 de marzo de ese año.
Augusto Pinochet Ugarte suspendió
inmediatamente la Constitución, disolvió el Congreso, impuso una estricta
censura y prohibió todos los partidos políticos. Asimismo, lanzó una fuerte
campaña represiva contra los elementos izquierdistas del país: miles de
personas fueron arrestadas y centenares de ellas ejecutadas o torturadas;
muchos chilenos se exiliaron, mientras que otros pasaron largos años en prisión
o se dieron por desaparecidos.
Durante los años siguientes, la Junta
Militar gobernó al país con gran rigor, aunque hacia finales de la década pudo
apreciarse una cierta apertura. En 1978 se levantó el estado de sitio (aunque
siguió en vigor el estado de emergencia) e ingresaron más civiles en el
gabinete. Sin embargo, Chile siguió siendo esencialmente un Estado policial.
Una nueva Constitución, la de 1980, sometida a referéndum el día del séptimo
aniversario del golpe militar, legalizó el régimen hasta 1989; Pinochet inició
en marzo de 1981 un nuevo periodo de gobierno, ahora como presidente, con una
duración de ocho años.
En el ámbito económico, el gobierno de
Pinochet aplicó medidas de austeridad que provocaron el recorte de la inflación
y una mayor producción entre
1977 y 1981. No obstante, a partir de 1982, la recesión mundial y la caída de
los precios del cobre provocaron un retroceso de la economía chilena. En 1983
se produjeron amplias protestas contra el gobierno, seguidas de una serie de
atentados en las grandes ciudades. El aumento de la tensión popular y el
progresivo deterioro de la economía llevaron a Pinochet a reinstaurar el estado
de sitio en noviembre de 1984. A finales de ese mes, se firmó un tratado con
Argentina, en el que se ratificaba la soberanía chilena
sobre tres islas del canal
de Beagle (Picton, Nueva y Lennox). En septiembre de 1986, tras un
fallido intento de atentar contra la vida de Pinochet, se desarrolló por parte
del gobierno una nueva campaña represiva.
En agosto de 1988 se levantó finalmente
el estado de emergencia y dos meses después se permitió a los chilenos
organizar un plebiscito sobre si debía o no prorrogarse hasta 1997 el mandato
de Pinochet, que terminaba en marzo de 1989. A pesar de que casi el 55% del
electorado votó por el "no", el mandato de Pinochet se prorrogó
automáticamente hasta marzo de 1990, a la espera de la celebración de las
elecciones presidenciales y legislativas. En diciembre de 1989, durante los
primeros comicios presidenciales en 19 años, los votantes eligieron por mayoría
al candidato demócrata cristiano Patricio Aylwin, quien dio inicio al proceso
de transición a la democracia, promovió una serie de reformas económicas y
nombró una comisión para investigar las violaciones de los derechos humanos
cometidas por el régimen de Pinochet. Las reformas económicas iniciadas por
Aylwin permitieron que más de un millón de chilenos salieran de la pobreza. En
las elecciones presidenciales de 1993, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, hijo del
antiguo presidente Eduardo Frei Montalva, resultó triunfador.
En 1994 Chile solicitó su entrada en el
Tratado de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(CEAP) y en el Tratado de Libre Comercio Norteamericano (NAFTA). En
1996 el gobierno de Eduardo Frei logró la integración de Chile en el Mercado
Común del Sur (Mercosur).
En las elecciones legislativas de
diciembre de 1997, la Concertación de Partidos por la Democracia (integrada por
la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia y
el Partido Radical Socialdemócrata) alcanzó la mayoría en el Congreso de los
Diputados. Sin embargo, y a diferencia de las elecciones de 1993, la derechista
Unión por Chile consiguió aumentar sus escaños. En el Senado se consolidó
también el bloque de derechas, lo que impedirá llevar a cabo reformas
democráticas en la Constitución de 1980, aprobada durante la dictadura.
Un mes después, en medio de duras
críticas y acusaciones contra Augusto Pinochet, senador vitalicio a partir de
marzo de 1998, el presidente Eduardo Frei destituyó a su ministro de Defensa,
Edmundo Pérez Yoma, por mantener una postura demasiado cercana al militarismo y
al ex-general.
Argentina
Peronismo
El peronismo es
un movimiento político argentino de carácter populista
surgido en 1945 y liderado por Juan Domingo Perón. Integrado por corrientes muy
diversas, que con el tiempo originarían profundas contradicciones en su seno, y
sin la cohesión de un programa ideológico definido, el peronismo se centró
en la
personalidad y en la obra de Perón.
La victoria del peronismo en las
elecciones del 26 de febrero de 1946 se apoyó fundamentalmente en el voto de
los pequeños y medianos propietarios, en el de los trabajadores y en el de la
burguesía industrial. Esta coalición política supo aprovechar los intereses de
los nuevos sectores sociales que el proceso de industrialización había
conformado. Apoyado institucionalmente en el Ejército y en los sindicatos,
el peronismo persiguió la creación de un capitalismo nacional independiente.
Dio un decidido impulso a la industria del país, se nacionalizaron importantes
sectores de la misma, hasta entonces en manos de capital extranjero, y se
invirtieron grandes cantidades en obras públicas. La política social,
dinamizada por la fuerte personalidad de María Eva Duarte de Perón (Evita),
reportó importantes avances laborales, que culminaron con la proclamación de
los Derechos del Trabajador, y mejoras sociales como el sufragio femenino o laconstrucción de
miles de escuelas y centros de salud.
Uno de los objetivos principales del
peronismo fue la disminución de las desigualdades y la búsqueda de una
conciliación de clases que evitara los conflictos sociales. Hasta la década de
1950, el gobierno justicialista de Perón desarrolló su política con éxito,
pero, a partir de estas fechas, las dificultades y la pérdida de apoyos
debilitaron al movimiento peronista, que exhibió desde entonces una tendencia
más acentuada hacia el autoritarismo. Hacia 1952, dos malas cosechas
consecutivas provocaron la disminución de la capacidad exportadora, que, junto
al aumento de la inflación y de la especulación, determinaron una crisis
económica, agravada por la falta de reservas del Banco Central
y por el endeudamiento exterior.
La presión de la oligarquía; el acoso
de la burguesía industrial, que había visto frustradas sus expectativas; la
oposición de la Iglesia, que no aceptaba medidas como la ley del divorcio o
la legalización de los matrimonios civiles; el descontento de algunos sectores
del Ejército; la muerte de Eva Duarte, que privaba al peronismo de su figura
más popular, y la ruptura del bloque de fuerzas que lo conformaba fueron, en
conjunto, motivos que debilitaron el gobierno de Perón y forzaron su retirada
del poder en 1955. Sin embargo, el peronismo, como corriente política, logró
mantenerse y resistir durante la dictadura militar. Tras el triunfo del Frente
Justicialista en 1973, el peronismo retomó el poder, convocó nuevos comicios y
situó a su líder en la presidencia. La muerte de Perón (1974) agudizó los
enfrentamientos internos.
En 1976, un golpe de Estado militar
desalojó del gobierno a los peronistas. La recuperación del poder por los
peronistas se consiguió en 1989, seis años después de la restauración de la
democracia en Argentina —y del triunfo del radicalismo en las elecciones
democráticas de 1983—, de la mano de Carlos Saúl Menem, líder del peronismo y desde
entonces presidente de Argentina.
Juan Domingo Perón
Juan Domingo Perón (1895-1974),
político argentino, fundador del peronismo (movimiento político actualmente
aglutinado en el Partido Justicialista), presidente de la República (1946-1952;
1952-1955; 1973-1974) y una de las figuras latinoamericanas más destacadas del
siglo XX, que llevó a cabo importantes cambios en la política de Argentina.
Nació en Lobos (provincia de Buenos
Aires) el 8 de octubre de 1895, y estudió en el Colegio Militar (1911-1913) y
en la Escuela Superior
de Guerra (1926-1929). En 1930 participó en un levantamiento militar que
derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, y fue nombrado secretario privado del
ministro de la Guerra (1930-1935). Más tarde impartió clases en la Escuela
Superior de Guerra, pasó un año en Chile como agregado militar, publicó
cinco libros sobre
historia militar y viajó a Italia para estudiar métodos militares
alpinos. A su regreso a Argentina en 1941, Perón, admirador del dictador
fascista italiano Benito Mussolini, fundó el Grupo de Oficiales Unidos (GOU),
que en 1943 protagonizó un golpe de Estado que depuso a Ramón Castillo y
procedió a transformar el movimiento sindical, debilitando la influencia que
ejercían sobre él los partidos de izquierdas, para lo que promulgó nuevas leyes,
reformó las existentes y creó nuevos sindicatos. Alcanzó popularidad entre las
clases obreras, pero según crecía su poder (fue nombrado vicepresidente de la
República además de ministro de la Guerra) aumentaba la oposición entre las
Fuerzas Armadas. El 9 de octubre de 1945 fue obligado a dimitir de sus cargos,
siendo detenido y encarcelado. La dimisión de Perón provocó una crisis de
gobierno que fue resuelta el 17 de octubre, cuando sus seguidores
sindicalistas, especialmente la Confederación General del Trabajo (CGT),
lograron su puesta en libertad. Cuatro días más tarde, Perón, que era viudo, se
casó con su compañera, María Eva Duarte, más conocida por el nombre de 'Evita',
quien, como primera dama de la Argentina, dirigió las relaciones sindicales y
los servicios sociales
puestos en marcha por el gobierno de su marido, hasta su prematura muerte en
1952. Adorada por las masas, influyó para que se estableciera el sufragio
femenino (logrando la integración de la mujer en
la vida política argentina) y fue, más que nadie, la responsable de la
popularidad del régimen de Perón (quien manejaba a las masas con consumada
habilidad). En octubre de 1946, Perón promulgó un ambicioso plan quinquenal
para la expansión de la economía, que consistía principalmente en utilizar el
gasto público como medio para reactivar el mercado luego de la recesión por la
que había pasado.
Tras una campaña electoral represiva y
violenta, Perón fue elegido presidente en 1946, con el 56% de los votos.
Creador de su propio movimiento, el peronismo, siguió políticas sindicalistas,
nacionalistas y populistas, con la ayuda de su esposa, que pasó a ser un
destacado miembro influyente, pero informal, de su gobierno. Sin embargo, a
principios de la década de 1950 comenzaron a disminuir las ventajas de que
gozaba la clase trabajadora de las ciudades. La muerte de Evita (1952), las
dificultades económicas, la creciente agitación laboral y
la excomunión de Perón por parte de la Iglesia católica debilitaron aún más su
gobierno. Su derrocamiento a manos del Ejército, en 1955, fue reflejo del
rechazo popular a su gobierno dictatorial. Sin embargo, durante sus 18 años de
exilio, Perón contó con la adhesión de los sindicatos y su influencia en la
política de Argentina, apoyando a sus seguidores en su intento por alcanzar el
poder. Finalmente, se le permitió regresar a Argentina, una vez que los
peronistas, agrupados en el Frente Justicialista de Liberación, vencieron en
las elecciones presidenciales de 1973, y fue reelegido presidente, con su
tercera esposa, María Estela Martínez de Perón, como vicepresidenta. Murió, en
el ejercicio de ese cargo, el 1 de julio de 1974, sustituyéndole al frente de
la presidencia su esposa.
Carlos Saúl Menem
Carlos Saúl Menem, político argentino,
presidente de la República (1989-hasta ahora ), el primero que accedió al
cargo, desde 1928, siguiendo los cauces constitucionales de sucesión del
anterior jefe de Estado.
Nacido el 2 de julio de 1930 en
Anillaco (La Rioja), hijo de inmigrantes sirios, fue educado como musulmán
suní. En su adolescencia,
se convirtió al catolicismo e inició su actividad política cuando realizaba sus
estudios universitarios. A los 25 años, se licenció en derecho por la Universidad de
Córdoba. Miembro del Partido Justicialista (la organización política del
peronismo), en 1955 fundó las Juventudes Peronistas. Al año siguiente, fue
encarcelado por su participación en el intento de restablecer en el poder al
desterrado Juan Domingo Perón, y se convirtió en asesor legal de la
Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato peronista, función que
desempeñaría hasta 1970. En las elecciones de 1962, se presentó candidato al
cargo de gobernador adjunto de su provincia natal de La Rioja, pero el golpe
militar que derrocó al presidente Arturo Frondizi malogró la aplicación práctica
de los resultados de los comicios. Sin embargo, en 1963 fue elegido presidente
provincial del Partido Justicialista.
En 1973, tras el regreso al poder de
Perón, Menem venció en los comicios para elegir gobernador de la provincia de
La Rioja. Fue encarcelado en 1976, cuando la presidenta María Estela Martínez
de Perón, viuda y sucesora del dictador, resultó derrocada por un golpe militar
que supuso el acceso al poder de la Junta Militar presidida por Jorge Rafael
Videla, y no salió en libertad hasta 1981.
Reelegido gobernador de La Rioja en
1983 y 1987, al año siguiente recibió la nominación peronista para la
candidatura presidencial. En mayo de 1989, fue elegido presidente de la
República tras vencer a E. C. Angeloz, el candidato de la Unión Cívica Radical.
Sustituyó, por tanto, a Raúl Alfonsín (el primer presidente elegido
democráticamente después del lapso dictatorial que había transcurrido desde
1976 hasta 1983), con lo que se confirmaba el pleno retorno a la democracia en
Argentina, al producirse, en julio de 1989, la primera transición plenamente
constitucional desde hacía 71 años. Figura hasta cierto punto extravagante,
describió la corriente política a la que pertenecía desde su irrupción en la
vida pública, el peronismo, con los calificativos de: nacionalista, populista,
humanista, socialista y cristiana. Menem trabajó desde el principio de su
mandato para reformar la estructura del
Estado, privatizar el sector público industrial, alcanzar un mercado libre,
profundizar en el perdón a los militares implicados en la dictadura (en
diciembre de 1990, su gobierno concedió el indulto a los miembros de las
distintas juntas militares) y restablecer relaciones con Gran Bretaña tras la
guerra de las Malvinas (1982). En 1991, el gobierno de Menem se unió a los de
Brasil, Paraguay y Uruguay para
firmar el Tratado de Asunción, que confirmó la intención de estos países de
crear el Mercado Común del Sur (Mercosur). En 1992, el mismo año en que se
reanudaron las relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, Menem ordenó que se
hicieran públicos todos los expedientes secretos sobre las actividades nazis en
Argentina posteriores a la II Guerra Mundial.
Dos años más tarde, Argentina se adhirió al Tratado de Tlatelolco (cuyo acuerdo
original databa de 1967) y entró, por tanto, a formar parte del Organismo para
la Proscripción de Armas Nucleares de América Latina (OPANAL).
En mayo de 1995, tras lograr un año
antes la reforma constitucional que le permitía renovar mandato, resultó
reelegido presidente de la República, y el Partido Justicialista obtuvo la
mayoría absoluta en la Cámara de Diputados; su victoria se basó en la
estabilidad económica de que gozaba el país, lo que beneficiaba a las clases
altas, así como en el arraigo del peronismo en las clases populares. En febrero
de 1997, Menem se autodescartó para presentarse a un tercer mandato, lo que
habría provocado una nueva reforma constitucional, ya que la última sólo
permitía dos mandatos consecutivos. En las elecciones de octubre de ese año,
que, entre otros cargos, renovaban parcialmente la Cámara de Diputados, el
peronismo fue ampliamente derrotado por la Alianza por el
Trabajo, la Educación y la Justicia (formada por la Unión Cívica Radical y
el Frepaso), con lo que el gobierno de Menem vio complicados sus dos últimos
años en el poder.
Cuba
Fidel Castro
Fidel Castro (1927-y aún sigue ),
político cubano, principal dirigente de la República desde 1959, artífice de la
Revolución Cubana y uno de los más destacados líderes de Latinoamérica durante
la segunda mitad del siglo XX. Nacido el 13 de agosto de 1927 en Mayarí, hijo
natural de un inmigrante español, plantador de azúcar,
Castro se afilió al Partido del Pueblo Cubano en 1947, y se doctoró en leyes
por la Universidad de La Habana en 1950. Después de que Fulgencio Batista se
hiciera con el control del gobierno cubano en 1952 y estableciera una dictadura
en el país, Castro se convirtió en el líder del grupo Movimiento, una facción
antigubernamental clandestina cuyas acciones culminaron con el asalto al
cuartel de Moncada (en Santiago de Cuba) el día 26 de julio de 1953, hecho por
el cual fue encarcelado. En el juicio subsiguiente se hizo cargo de su propia
defensa, cuyo alegato se manifestó por medio de un discurso (la
historia me absolverá) que, más tarde, se convertiría en una importante
consigna política para los revolucionarios.
Condenado a 15 años de prisión, fue
amnistiado en 1955, y se exilió sucesivamente en Estados Unidos y México, donde
fundó el Movimiento 26 de Julio. El 2 de diciembre de 1956, regresó a Cuba con
una fuerza de 82 hombres, de los cuales 70 murieron en combate nada más
desembarcar desde el barco Granma en la playa de las Coloradas, en el
extremo suroccidental de la isla. Castro, su hermano Raúl y Ernesto Che
Guevara se encontraban entre los 12 supervivientes. Con su base
principal en sierra Maestra, donde habían conseguido internarse los revolucionarios
dirigidos por Fidel Castro, el Movimiento 26 de Julio fue ganando apoyo
popular, principalmente en los ámbitos estudiantiles (Directorio 13 de Marzo),
y en diciembre de 1958, con respaldo del Partido Popular Socialista, avanzó
hacia La Habana, ciudad de la cual hubo de huir Batista el 1 de enero de 1959 y
en la que entró el propio Castro siete días después, acto que pondría colofón
al definitivo triunfo de la Revolución Cubana. Castro se declaró a sí mismo
primer ministro en febrero de 1959, cargo que ostentó hasta 1976, en que asumió
la presidencia del Consejo de Estado, que según la nueva Constitución de
diciembre de ese año englobaba la jefatura del Estado y del gobierno.
Fracasado su intento de establecer
relaciones diplomáticas o comerciales con Estados Unidos, negoció acuerdos
sobre armamento, créditos y alimentos con la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), y llevó a cabo la depuración de sus rivales políticos.
Nacionalizó los recursos cubanos, afrontó una profunda reforma agraria basada
en la colectivización de propiedades y estableció un Estado socialista de
partido único (el Partido Unido de la Revolución Socialista, que en 1965
pasaría a denominarse Partido Comunista Cubano y cuya secretaría general
asumiría el propio Castro), que llevó a un gran número de cubanos ricos al
exilio. Estados Unidos vio con disgusto cómo el nuevo régimen embargaba las
empresas de titularidad estadounidense, y en 1960 anuló los acuerdos
comerciales que mantenía, a lo que Castro respondió en septiembre de ese año
con la Primera declaración de La Habana, reafirmando la soberanía
cubana frente al imperialismo estadounidense.
Un grupo de exiliados cubanos recibió el respaldo del gobierno de Estados
Unidos, en un infructuoso intento por derrocarlo que tuvo lugar en abril de
1961 y pasó a ser conocido como el desembarco de bahía de Cochinos.
Desde ese momento, Castro se alineó
abiertamente con la URSS, dependiendo cada vez más de su ayuda económica y
militar. En 1962, estuvo a punto de producirse una guerra nuclear, cuando la
URSS situó en Cuba cabezas nucleares de alcance medio, ante la oposición
estadounidense. La llamada crisis de los misiles de Cuba concluyó tras la celebración
de negociaciones entre el presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy, y
el máximo dirigente soviético, Nikita Jruschov.
Durante las siguientes décadas, Castro
alcanzó gran reconocimiento entre los países miembros del Tercer Mundo, gracias
a su liderazgo de la Organización de Países No-Alineados (que presidió desde
1979 hasta 1981). A finales de la década de 1980, cuando la URSS inició sus
procesos de glasnost (en ruso, ‘apertura’)
y perestroika (en ruso, ‘reestructuración’), bajo el gobierno de
Mijaíl Gorbachov, Castro mantuvo la aplicación del régimen marxista-leninista
que había instaurado a principios de la década de 1960. Sin embargo, con el
inicio del proceso de desintegración de la URSS y del COMECON (Consejo de Ayuda
Mutua Económica) en 1990, los problemas económicos de Cuba empeoraron. En 1993,
en un intento por alcanzar una economía mixta, Castro aprobó reformas
económicas limitadas que legalizaron algunas empresas privadas.
En 1996, el Congreso de Estados Unidos
aprobó la denominada Ley Helms-Burton, que articulaba legalmente el boicoteo
económico a Cuba, al pretender penalizar a las empresas que mantuvieran
relaciones comerciales con otras radicadas en la isla. Por su parte, la Unión
Europea (UE), en clara oposición, presentó una serie de medidas
aprobadas por los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros para
neutralizar los efectos de la Ley Helms-Burton.
Durante su intervención en el V Congreso
del Partido Comunista Cubano (octubre de 1997), Castro reafirmó la idea de que
Cuba no se dirigiría hacia el capitalismo, lamentando las aperturas que su
gobierno hubo de consentir debido a la caída de los principales regímenes
comunistas. En febrero de 1998, poco después de una visita histórica del papa
Juan Pablo II a la isla, resultó reelegido nuevamente por la Asamblea Nacional
del Poder Popular como presidente de la República, por otro mandato de cinco
años. El socialismo y las conquistas de la revolución, cada vez más acosadas
por las amenazas y el bloqueo estadounidenses, permanecieron como referencias
ineludibles del propio Castro en su discurso de clausura de la constitución de
la cámara que le había elegido, en el cual volvió a reiterar que no habría
transición al capitalismo en Cuba. De otro lado, el gobierno del presidente
estadounidense Bill Clinton decidió, a finales de marzo, suavizar su embargo
sobre la isla.
Impactos Socio-Políticos de la Globalización en América Latina
INTRODUCCION
El nuevo milenio ha comenzado con una grave
dicotomía entre aquellos que aseguran la prosperidad en una nueva y extensa
economía mundial y aquellos que sostienen que la globalización es una fuerza
negativa para la paz, la igualdad, y el desarrollo. Recientes reuniones
internacionales demuestran la división entre aquellos que se han reunido en
varios “foros de la economía mundial” en Suiza, Canadá, y Nueva York, y creen
en los beneficios de la globalización, y aquellos que reunidos en “foros sobre
los asuntos sociales del mundo” han denunciado la naturaleza destructiva de los
mercados globales. En la reunión de la cumbre de las Américas, con la
participación de treinta y cuatro líderes de los gobiernos de las sociedades
occidentales, realizada en Quebec, Canadá, en Abril de 2001, se confirmó la
oposición a los poderes hegemónicos del mercado mundial sobre la vida y el
destino de las personas.
El impacto de la globalización, en los países del
tercer mundo presenta algunas preguntas importantes sobre los aspectos y
factores de desigualdad y estratificación internacional. Los efectos más
visibles de la globalización incluyen la internacionalización de la economía
mundial, las funciones del mercado, y la creciente complejidad de las
relaciones entre países. El proceso, sin embargo, también lleva consigo algunas
consecuencias importantes con relación al desarrollo social. La habilidad de
los gobiernos nacionales para invertir en programas de bienestar social y
políticas nacionales del desarrollo, se ha visto marcadamente reducida como
también se ha visto disminuido el papel del estado. La expansión de los
mercados y la protección de aquellas zonas que influyen en el intercambio
internacional de mercancías resultan, ineludiblemente, en una relación de dominación
y dependencia en el marco internacional.
América Latina ha tenido una larga historia de
relaciones dependientes con los mercados internacionales. Desde sus orígenes y
por más de 300 años de colonización, las economías Latinoamericanas han estado
orientadas hacia la exportación y vulnerables al poder externo.
Internamente, después de casi 200 años de
independencia, las sociedades Latino Americanas han estado caracterizadas por
un sistema de estratificación social rígida que se traduce en desigualdades,
conflictos de poder, y sistemas democráticos de gran fragilidad. América Latina
es importante de estudiar con relación al proceso de globalización porque la
mayoría de los países de la región han hecho esfuerzos para participar
competitivamente en la economía mundial. El éxito o fracaso dentro de la
economía global proporciona, desde luego, ejemplos valiosos de América Latina
hacia el resto del mundo.
Aunque la mayoría de las naciones Latinoamericanas
ofrece hoy economías abiertas al mercado mundial, las condiciones internas de
estos países aún se ven seriamente afectadas por altas tasas de pobreza,
desigualdad y exclusión social. Estas condiciones no son enteramente nuevas
para los países de América Latina pero, el problema que se presenta es si la
globalización está acelerando el proceso de cambio de esta situación o es un
factor que contribuye a la permanencia de estas situaciones socio-económicas
negativas para la mayoría de la población.
LA GLOBALIZACION VISTA COMO UNA FUERZA DE CAMBIO
La idea que la globalización tiene la capacidad de
generar nuevas condiciones para la organización económica, política, y social
parece tener una amplia aceptación. Es bastante claro que las innovaciones
tecnológicas en las áreas de la electrónica, computación, comunicaciones, y en
el transporte han modificado las viejas formas económicas en la producción,
comercio, y consumo de los productos.
La tecnología ha contribuido también a alterar
significativamente la velocidad y el cambio de la sociedad y la cultura,
facilitando las relaciones a distancias. Como lo señala el ex-Presidente del
Gobierno Español, Felipe Gonzalez, “La globalización está cambiando
los sistemas de producción de la sociedad industrial, la realidad del poder
político nacional e internacional, y las realidades sociales y culturales” (p.
51).
La noción que la globalización es enteramente un
nuevo fenómeno, la fuente de una nueva economía, y la base de un paradigma
diferente a todo lo que conocemos es una suposición cuestionable. Baldwin y Martin (1999) afirman que
“la globalización parece no ser realmente algo nuevo como algunos quisieran
pensar. El mundo ha tenido por lo menos dos ondas de globalización en los
últimos 150 años y el mundo que se conocía en 1914 estaba mucho más integrado
que el mundo que conocemos actualmente”. (p. 3)
De acuerdo a estos autores, la primera
globalización evolucionó entre los años 1870 a 1914, la cual fue interrumpida
por la primera guerra mundial. La segunda globalización se desarrolló algunos
años después de la segunda guerra, alrededor de finales de los años 1960 y ha
ganado terreno y velocidad en la época actual. En ambas ondas de globalización
hay un modelo significativo de comercio, de migración humana, movimiento de
capitales, y expansión de los mercados. Asimismo, la globalización actual está
fuertemente ligada a los adelantos de la comunicación electrónica y la
computación para facilitar el comercio internacional.
Con relación a la pregunta si la globalización
actual es algo nuevo en la sociedad contemporánea, Baldwin y Martin (1999), concluyen que “la
impresión popular de un nuevo mundo con la globalización es casi enteramente
errada. Aunque hay varias características que distinguen la globalización financiera
del siglo veinte, muchos de estos elementos son similares a la ola de
globalización que terminó en 1914. De este modo, el único debate real entre
algunos observadores es si se ha logrado retornar a los niveles de integración
financiera que existía en los años de 1914.” (p. 9)
Lo que parece ser diferente entre las dos olas de
globalización son los contextos sociales y culturales que varían entre el siglo
diecinueve a fines del siglo veinte. Durante la primera globalización, la
mayoría de la población del mundo era rural y sometida a un alto grado de
pobreza. Hoy día, la globalización está caracterizada por la concentración de
la población en zonas urbanas y el mundo se encuentra estratificado y dividido
entre las naciones ricas y pobres.
De acuerdo a algunos críticos, la globalización no
implica una gran novedad en cuanto a formas de organización social y
económica. Sweezy (1997) explica que la globalización
es “un proceso que ha estado desarrollándose por largo tiempo y, de hecho, se
ha establecido en un comienzo del capitalismo cuando este sistema se acogió en
algunos lugares del mundo como una forma viable de la sociedad de hace cuatro o
cinco siglos.” (p. 1, 4)
Teeple (2000) se refiere a las bases
ideológicas de la globalización que establece el contacto entre los procesos
sociales y las consecuencias políticas. La globalización puede verse como el
triunfo del capitalismo, donde predomina lo económico sobre lo político, como
los intereses de las corporaciones sobres las políticas publicas, el beneficio
privado sobre el bienestar público, y la presencia omnímoda de las
corporaciones transnacionales sobre los derechos y funciones del estado. Estas
son algunas características que podrían representar el cuadro completo de la
capitalización mundial en la era actual (Teeple, 2000, p. 196)
GLOBALIZACION Y DESARROLLO
La globalización ha sido considerada como un cambio
fundamental de la economía y política mundial desde la revolución industrial (Mander, 1996). Este nuevo diseño ha sido producto
de la expansión del sistema capitalista, el cual mantiene un control de las
nuevas tecnologías y domina nuevas fuentes de acumulación de capital y
ganancias.
La adopción de políticas neo-librales continuará
ofreciendo un desafío al desarrollo social, el cual se define como una
intervención planificada de los estados nacionales. En la actualidad, la
velocidad del cambio se encuentra motivada por los intereses de las
corporaciones, el flujo de inversiones extranjeras, altas tasas de la deuda
pública, y las nuevas relaciones de dominación y dependencia establecidas por
la hegemonía del capital mundial.
Elliot (2000), en un comentario sobre las
protestas masivas de miles de individuos contra la organización de comercio
mundial en sus reuniones en Seattle, Washington, en Noviembre del año dos mil,
concluye que la globalización es “la forma mas avanzada del capitalismo (por
ahora).” Este autor sostiene que aunque el capitalismo es uno de los sistemas
que puede producir grandes riquezas en el mundo actual, es también una fuerza
de profunda destrucción (p. 2).
La expansión de los mercados y la protección de los
territorios conquistados han dominado las relaciones internacionales del mundo
moderno. Lejos de ser un intercambio abierto de bienes y servicios, el comercio
ha sido usado como herramienta política con propósitos de ejercer poder
internacional. La rápida expansión de los mercados globales empujan hacia la
utilización del comercio como una herramienta de control de las economías
nacionales, de los sectores industriales, y de aquellos países pequeños donde
los intereses de los negocios transnacionales operan en relación a las grandes
compañías globales.
El sector técnico-industrial, tal como las
telecomunicaciones, la computación, y las finanzas internacionales, han
experimentado un crecimiento asombroso, al mismo tiempo que una baja increíble
en los últimos años. Los factores que explican el rápido crecimiento de estos
sectores son los siguientes: el resurgimiento económico después de la crisis
Asiática, los controles de varias economías nacionales, la alianza y
consolidación de negocios y compañías, y una creciente concentración de la
propiedad de la riqueza. La naturaleza cíclica de la economía mundial conlleva
ciertamente crisis como se ha demostrado en repetidas ocasiones en las
correcciones de los mercados de capital en los Estados Unidos, Europa, y Asia
durante los últimos años. En la economía global, sin embargo, estos altos y
bajos de crecimiento y de crisis, contribuyen aun más a la concentración de los
recursos financieros mundiales en pocas manos y con limitadas normas y
regulaciones.
La institucionalización de los acuerdos, normas y
procedimientos para administrar el comercio de los recursos internacionales es
relativamente nueva. Emerge con relación a acuerdos de comercialización
regional y la asistencia de organizaciones internacionales a los gobiernos locales
a través de mecanismos de mutuo apoyo en los mercados internacionales. Uno de
ellos es la Organización del Libre Comercio de Norte América (NAFTA) en 1994 y
la organización de comercio mundial (WTO) en 1996. Se ha argumentado, sin
embargo, que la organización mundial de comercio establece estructuras que son
negativas para la autonomía de los países más pequeños, que tiene que buscar
mecanismos y estrategias para poder invertir en áreas como la salud, la
educación, y políticas publicas. Morris (2000) sugiere que la organización
mundial de comercio comienza a parecer en la época actual como “una forma de
gobierno del nuevo mundo.” Esta nueva organización mundial permite establecer
algunos tipos de legislación a nivel internacional, siempre y cuando, dichas
normas sean más débiles que aquellas establecidas a un nivel global y cuando la
organización mundial del comercio establece algunas reglas contrarias a un
país, dicho país debe enmendar sus leyes domesticas en favor de las normas
internacionales (p. 17).
De acuerdo a este autor, los problemas a largo
plazo que se anticipan en el manejo de las economías globales por parte de la
organización mundial del comercio son que dichas normativas afectan de manera
drástica los factores de desarrollo nacional. Por otra parte, la nueva
“constitución de una organización internacional implantada por la organización
de comercio internacional incluye muchas áreas de interés comercial, pero no
tiene ninguna forma de garantizar el respeto a los derechos humanos y no ofrece
ningún mecanismo viable para asegurar formas democráticas en un proceso de
cambio social.” (p. 17)
Otro punto de vista sugiere que la integración internacional
se encuentra basada en innovaciones tecnológicas, inversiones globales, y las
fuerzas de consolidación y control de los grandes mercados internacionales. Se
observa la aparición de una agenda ideológica y cultural relacionada con los
propósitos del capitalismo de controlar y explotar los recursos, dominar los
mercados, y las estructuras sociales internacionales. Robbins (1999) sugiere: “La cultural del
capitalismo esta siendo exportada a todos los rincones del globo. Sin embargo,
pocas personas se dan cuenta de cómo la cultura trabaja y como afecta nuestras
vidas y la vida de aquellas personas en otros lugares del planeta. La cultura
del capitalismo esconde de sus miembros los problemas que resultan de su
mantención y divulgación.” (p. 8)
La habilidad de algunas naciones para integrarse en
la red global varía de acuerdo a los niveles de desarrollo y a la naturaleza
jerárquica de los procesos de globalización. De esta manera, el impacto de la
globalización en el tercer mundo posee características que demandan singular
atención respecto a los problemas de desigualdad y estratificación
internacional. La globalización ha influido en cambios de los patrones de
inversión y en el movimiento de capital es de una región y de un país a otro.
Estos cambios han aumentado la distancia respecto a la división de la riqueza
entre las naciones y acentuado las diferencias entre la sociedad es industrial
y los agrarios, entre los países ricos y los pobres. Wagar (1991) informa que en 1990, el setenta
por ciento de los más pobres en la población mundial ganaba sólo el siete por
ciento del ingreso total mientras el treinta por ciento de la población recibía
el noventa y tres por ciento del ingreso. Dayal y Lobe (1995) sostienen que las
condiciones de desigualdad de ingreso se han empeorado ya que a mediados de la
década de 1990, más de un billón de personas vivían en condiciones de pobreza
absoluta, con ingresos de menos de un dólar por día. De acuerdo a la revista
Forbes, el ingreso y la riqueza de las 358 personas mas adineradas, con
fortunas superiores a un billón de dólares, mantienen un ingreso igual o
superior al ingreso total que recibe el 45 por ciento de la población mundial.
ALGUNOS IMPACTOS DE LA GLOBALIZACION EN AMERICA LATINA
Los beneficios y problemas de la globalización en
los mercados y economías regionales se vinculan a las riquezas naturales y
extraordinarios recursos con que cuenta América Latina. La leyenda de “El Dorado”
forma aun parte de la realidad de Latinoamericana cuando se observa la riqueza
y la variedad de sus recursos.
DIVERSIDAD DE DEPOSITOS Y RIQUEZAS MINERALES
La región de América Latina y el Caribe, aporta
aproximadamente el cuarenta por ciento de la producción mundial de plata y el
30 y 36 por ciento de la producción total de cobre, estaño, y bauxita. Además,
la región produce el 15 por ciento y el 22 por ciento de la producción mundial
de fierro, zinc, plomo, y níquel.
En el área de materiales energéticos, tales como
gas natural, petróleo y productos derivados del petróleo y del carbón, América
Latina se ubica entre los mayores productores de estos elementos en la economía
mundial.
Brasil sé ubica en primer lugar en la producción
mundial de columbium y en sexto lugar en cuanto la producción de manganeso.
Chile, por otra parte, mantiene una posición de liderazgo en la producción
mundial de cobre, mientras, Cuba y la República Dominicana, ocupan el sexto y
el séptimo lugar en la producción de níquel. México es sin disputa el país
numero uno en la producción de plata y Jamaica ocupa el tercer lugar en el
mundo en la producción de bauxita.
La minería del oro, que atrajo la atención mundial
de aventureros, industriales, e inversionistas desde hace muchos años, y que
caracterizó la conquista de América Latina, aún mantiene una importante
contribución en la producción mundial de este metal con un 12 por ciento de
producción con relación al resto de los países. Perú, Chile, Brasil, Colombia,
México, y Ecuador son los países de mayor producción de oro en la región.
AGRICULTURA, PESCA, Y PRODUCTOS FORESTALES
Argentina, Brasil, y México mantienen una tendencia
a mejorar y a expandir sus recursos agrícolas y aumentar la productividad de
ese sector para la exportación. En Argentina, por ejemplo, el sector agrícola
es responsable de aproximadamente cincuenta por ciento del total de
exportaciones de ese país.
Brasil ha mantenido una posición altamente
competitiva en la producción mundial de soya (soybean) y mantienen un alto
nivel de mejoramiento en la producción y exportación de aves, de cerdos, y de
harina de soya.
En Chile, tanto el gobierno como el sector privado,
han modernizado la industria de la pesca y de la exportación de frutas y otros
productos agrícola. En cuanto a la producción y manufacturación de peces y
productos del mar, Chile ha llegado a un nivel de competitividad, especialmente
en la producción de salmón y otros productos marinos.
La economía chilena también se ha diversificado en
la área de productos forestales y derivados de la madera. Actualmente, el
sector forestal de Chile incluye alrededor de mas de mil compañías, las cuales
exportan alrededor de quinientos productos forestales. El valor total de
exportación del sector forestal Chileno excede los dos billones de dólares
anuales y gracias a nuevas inversiones se proyecta un crecimiento superior a
los cuatro billones de dólares del sector forestal, en los próximos cinco años.
Perú también se encuentra bien ubicado en la
competencia internacional de comercialización de productos del mar. Perú
mantiene un liderazgo en la producción de harina de pescado, que es un ítem
importante en la alimentación animal. Un treinta por ciento de la producción
peruana en este sector se exporta actualmente a los mercados Europeos,
especialmente Alemania.
Venezuela también tiene importantes planes para
desarrollar el sector agrícola y tratar de dar énfasis a algunos cultivos
específicos para la competencia internacional. El nuevo plan agrícola de
Venezuela incluye un crecimiento de un 137 por ciento en la producción de arroz
para el año 2004.
EL SECTOR TECNOLOGICO Y MANUFACTURERO
Este es un sector de alta volatilidad, desafío, y
de enormes oportunidades para América Latina. El crecimiento de manufacturas en
México, ha sido un resultado de la asociación de libre comercio con Estados
Unidos y Canadá además de importantes incentivos y liberación de impuestos
otorgado por el gobierno Mexicano a las industrias extranjeras. Venezuela tiene
también planes de expandir su industria petroquímica durante esta década y
realiza grandes esfuerzos para triplicar las exportaciones en esta área. Si
estos planes logran consolidarse, Venezuela necesitara invertir aproximadamente
nueve billones de dólares en este sector para así aumentar el volumen de
exportación de productos petroquímicos de uno a tres billones de dólares. Si
esto ocurre, el país podrá tener beneficios que podrían aumentar de tres
billones a seis billones de dólares durante dicho período.
Las compañías farmacéuticas también están en un
rápido proceso de expansión en la región de América Latina. En Chile, por
ejemplo, las industrias farmacéuticas tienen bastante actividad en el plano
nacional y también presencia en mercado regional. El volumen del mercado
farmacéutico Chileno en este momento alcanza a un nivel de aproximadamente
medio billón de dólares anuales y se mantiene con un crecimiento de un seis por
ciento anual.
NUEVAS ESTRUCTURAS Y ORGANIZACIONES
Durante las ultimas décadas, América Latina ha
intentado mejorar su posición de competencia en la economía mundial mediante la
participación y la creación de nuevas estructuras y organizaciones, acuerdos
regionales y estrategias bi-nacionales y multinacionales. Entre las más
importantes se distingue NAFTA y MERCOSUR además de una variedad de otros
acuerdos regionales.
NAFTA, la Asociación de Libre Comercio, la cual
incluye Canadá, los Estados Unidos y México fue establecida oficialmente en
Enero de 1994. NAFTA es considerada actualmente como uno de los bloques
comerciales más amplios y más ricos del mundo. Incluye 370 millones de
consumidores y tiene una producción anual de aproximadamente siete trillones de
dólares.
MERCOSUR, es conocido como el mercado común del
cono sur e incluye Argentina, Brasil, Paraguay, y Uruguay. Chile y Bolivia son
miembros asociados de dicha organización.
Otros acuerdos incluyen una serie de estrategias y
mecanismos que se han firmado entre diferentes países durante las ultimas
décadas. Entre los más importantes son:
• Un acuerdo de libre comercio bilateral entre
Chile y México;
• Un acuerdo de libre comercio entre Colombia y
Venezuela con el mercado común Centroamericano;
• Acuerdo de reducción de tarifa entre Venezuela y
Chile,
• Un pacto comercial de libre intercambio entre
Colombia, México, y Venezuela;
• Un acuerdo de reducción de tarifas entre Brasil y
Perú;
• Un acuerdo de tarifas entre Chile y Colombia.
Nuevos Desafíos Económicos en la región América
Latina está pasando por un período económico difícil. Los problemas internos en
algunos países se encuentran unidos a las demandas globales que producen
enormes presiones en la habilidad de los países para mantener un ritmo de
crecimiento y superar los severos ajustes fiscales que se les han impuesto. Los
problemas derivados del actual escenario tendrán, sin duda, serios impactos en
las condiciones sociales y políticas de los países de la región.
Primero, la crisis económica regional tendrá un
impacto en el nivel de la pobreza y afectara a los sectores más vulnerables de
la población. Segundo, la crisis económica generara un mayor descontento y
podría poner en peligro las reformas estructurales que los países han
implementado con enormes sacrificios durante la ultima década. América Latina
ha sufrido una larga lista de shocks económicos negativos desde mediados de
1997 hasta esta fecha:
• Los precios de exportación disminuyeron de manera
alarmante a raíz de la crisis Asiática;
• Los términos de comercio para los países no
exportadores de petróleo (Chile y Perú) han caído aproximadamente un 20 por
ciento;
• Para los países productores de petróleo han
habido variaciones importantes con efecto negativo y entre Septiembre 2001 a
esta fecha, ha habido oscilación en precios de aproximadamente un 30 por ciento
que ha afectado a los países productores de petróleo en América Latina;
• El costo de capital para los mercados emergentes
y para América Latina ha aumentado substancialmente, particularmente después de
las crisis económicas experimentadas por Rusia, Turquía, Brasil, y más
recientemente Argentina;
• El aumento del costo de capital en América Latina
ha sido influido por una reducción de las inversiones de capital extranjero en
países de la región.
Un informe reciente indica: que el total de
inversiones externas destinadas a siete países de América Latina, (que en
conjunto representan alrededor de 90 por ciento del producto domestico bruto de
la región), declinó aproximadamente a la mitad en el período comprendido entre
1998 al año 2001. Los portafolios de inversión extranjera virtualmente
desaparecieron cayendo aproximadamente de 49 billones de dólares en 1998 a
niveles actualizados de un billón de dólares. Aún más, el nivel de inversiones
extranjeras directas en la región que se mantuvieron en un nivel bastante
aceptable después de la crisis de Rusia, ha comenzado a experimentar una
tendencias a la baja y se ha reducido de un máximo de 72 billones de dólares en
el tercer trimestre de 1999 a un total de 57 billones en el período actual. La
reducción experimentada en las fuentes de capital e inversiones ha afectado aún
a países en una posición macroeconómica bastante sólida y con buen record de
inversión y de reforma, como es el caso de Chile.
• El costo más alto de capital unido a niveles más
bajos en el producto doméstico bruto en países de América Latina ha afectado
seriamente la posibilidad de alcanzar un buen balance fiscal. En siete de los
países más grandes de América Latina, los déficit del gobierno han
experimentado graves problemas manteniendo un promedio de 2.8 por ciento del
producto domestico bruto entre 1997 y fines de 1999. Aunque la situación ha
experimentado algún mejoramiento durante el primer trimestre del año 2000, los
problemas persisten como lo demuestra el aumento de la deuda publica en los
países de la región.
• Los niveles de la deuda pública han aumentado un
promedio de un diez por ciento del producto doméstico bruto y, en algunos
casos, como Argentina, los niveles de deuda parecerían estar sin ninguna
posibilidad de control. En Noviembre del año 2001, el gobierno Argentino
anunció los esfuerzos para re-estructurar un total de la deuda del gobierno que
llegaba a los 128.3 billones de dólares.
EL IMPACTO DE LA GLOBALIZACION EN AMERICA LATINA
Latinoamérica ha tenido una larga historia
caracterizada por una estratificación social rígida que conduce a serias
desigualdades económicosociales, conflictos de poder y a un sistema de
organización democrática frágil. En años recientes, sin embargo, siguiendo
períodos de estagnación económica de los años 1980 conocido como los años de
“la década perdida,” los países de América Latina y el Caribe se han esforzado
en establecer mecanismos y cambios estructurales drásticos. Estor cambios
incluyen ajustes en los programas de seguridad social, comercialización,
impuestos, finanzas, y un programa de privatización masivo.
Las reformas estructurales han sido largamente
implementadas por gobiernos Latinoamericanos para hacer que sus países entren
en una posición mejorada a la competencia en una economía global. Sin embargo,
como lo ha señalado el presidente de Chile, Ricardo Lagos (2000), “las naciones
Latinoamericanas han abierto sus economías y mercados, han liberalizado sus
sistemas económicos y han privatizado sus industrias publicas y lo que se puede
observar es que estos pasos no han sido debidamente acompañados por una
inversión publica en las áreas de salud, educación, infraestructura, y
protección ambiental.” (23)
La globalización económica para muchos líderes y
jefes de estado de América Latina es un proceso que sin duda está aquí y que se
quedará por largo tiempo, de modo que es necesario poder afrontarlo en una
forma eficiente con iniciativas que faciliten la libre competencia. América
Latina, sin embargo, ha sido afectada por el sistema globalizado y las
relaciones que la región ha tenido con los mercados mundiales y una de las
consecuencias ha sido que en un número reducido de países y dentro de estos
países unos número bastante reducido de personas han logrado un acceso más
directo a los beneficios de la economía global.
El ex-presidente Argentino, Fernando de la Rúa (2000), confirma algunas de
estas observaciones cuando sugiere que a pesar de que Argentina se ha
modernizado en sus estructuras de la economía durante la ultima década, el país
no ha sido beneficiado para alcanzar un desarrollo sostenible en cual se
expandan las oportunidades para todas las personas. El proceso ha sido afectado
por un aumento en la desigualdad, en el desempleo, y en el deterioro de las
funciones básicas de la institución del estado.
Con relación al intercambio internacional de
productos y bienes como también en el camino hacia una integración de América
Latina, los países de la región han experimentado algunas actividades beneficiosas
durante la década de 1990. Entre 1990 y 1997, el total de exportaciones de
América Latina y el Caribe aumento de 139 billones de dólares a un total de 290
billones de dólares. El intercambio comercial entre los países de la región
aumentó significativamente de 21 billones de dólares a 60 billones de dólares
durante ese mismo período. Las relaciones comerciales hemisféricas se mantienen
altamente vinculadas con los Estados Unidos. Durante el mismo período (1990 –
1997), el total de exportaciones de América Latina al comercio de los Estados
Unidos se expandió de 50 billones de dólares a más de 140 billones de dólares.
Entre 1995 y 1998, las exportaciones de Estados Unidos hacia América Latina y
el Caribe crecieron también de 233 billones de dólares a un total de 300
billones de dólares. Durante este período, las exportaciones a América Latina
aumentaron aproximadamente un 30 por ciento mientras las exportaciones de este
país a Europa se incrementaron en un 21 por ciento y los productos de los Estados
Unidos para los mercados Asiáticos experimentaron una reducción de un 5 por
ciento. La creciente importancia de América Latina como un mercado en expansión
para la economía Norteamericana también se confirma con los antecedentes que
demuestran que durante la crisis financiara mundial de fines de años 1990, las
exportaciones de los Estados Unidos para América Latina crecieron un 4 por
ciento, mientras las exportaciones Norteamericanas al resto del mundo
declinaron un 1 por ciento (Gaviria (2000) p. 110-111).
A pesar de estos indicadores que corresponden a la
capacidad de comercialización regional y global, la mayoría de los países
Latinoamericanos no han logrado tener los niveles necesarios en el área de
inversión publica en políticas de desarrollo nacional y social. De hecho,
mientras la mayoría de los países Latinoamericanos ofrecen economías abiertas
al mercado internacional, las condiciones internas de eso países se
caracterizan por altos niveles de pobreza, fuertes desigualdades en los
ingresos, y una situación de exclusión social extrema.
Después de varios años de gobiernos militares,
dictaduras y falta de oposición a las políticas neo-liberales, en la mayoría de
los países de la región, las funciones del estado se han visto reducidas y
paralizadas al servicio de los intereses de las grandes industrias y negocios.
Unos de los mecanismos fuertemente utilizados por las agencias internacionales
tales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional para estimular
las economías de América Latina ha sido la receta doble de austeridad fiscal
por un lado y la implementación de cortes de presupuesto y privatización por el
otro. Estas recomendaciones han terminado por limitar el poder del estado como
administrador de industrias y servicios y como gestor de nuevas políticas para
el bienestar social de los pueblos. Estas recomendaciones emanadas de
organizaciones y agencias internacionales para el desarrollo de las economías
Latinoamericanas han provocado una ola masiva de privatización de las
industrias y negocios de los gobiernos de la región.
PRIVATIZACIONES
El proceso de privatización ha sido un factor
importante para la reducción del papel del estado en los países
Latinoamericanos. La ideología del libre mercado acompañado de una filosofía
económica conservadora ha empujado la supremacía del mercado sobre las
funciones económicas y sociales. La primera y más profunda privatización de
América Latina fue implementada en Chile bajo la dictadura militar de Augusto
Pinochet. Después de mas de una década de gobierno civiles, ha sido posible
comenzar un análisis de este proceso en Chile. Monckeberg (2001) informa que entre los años
1985 y 1989, el gobierno militar Chileno privatizó 30 compañías o industrias
del estado con una perdida estimada en más de un billón de dólares. Previo a
este paso del capital publico a manos privadas, el gobierno Chileno ya había
pavimentado el camino para este proceso de privatización ayudando a la banca
privada a sobrevivir la crisis financiera mundial de comienzos de los años
1980. Durante ese tiempo, el estado Chileno absorbió las perdidas de bancos,
industrias, y negocios mediante mecanismos tales como el precio preferencial
del dólar, la renegociación de las deudas, y la compra directa de algunas de
las cuentas con problemas. Esta forma de favorecer los bancos privados durante
el período de 1982 a 1985 tuvo un costo para el estado Chileno de alrededor de
siete billones de dólares. El caso de Chile también ofrece algunos ejemplos
importantes sobre quienes fueron los beneficiarios directos de la
privatización.
Ahora resulta bastante claro demostrar que muchos
de aquellos que participaron en las decisiones de privatizar compañías e
industrias del gobierno han sido los que resultaron directamente beneficiados
por dicho proceso. Mucho de ellos quienes fueron instrumentos importantes para
establecer una red de financiamiento y de poder político que más tarde se
transformaría en fortunas personales y ganancias de gran monto. Hoy día, ellos
son los dueños, los directores y administradores, los miembros del directorio
de grandes compañías privadas o industrias privatizadas. Muchas de esas
compañías ofrece a sus administradores y jefes de industria salarios del orden
de los 250 mil dólares al año o superior y garantiza a los miembros de sus
directorios generosas compensaciones de 2 mil o más dólares por cada sesión a
las que ellos asisten.
Irónicamente, una de las fuentes principales de
nuevos capitales utilizados para facilitar e implementar el sector privatizado
de la economía fueron los ahorros de los trabajadores acumulados por años en
sus fondos de retiro, jubilación, y pensiones que también fueron privatizadas
por el gobierno militar. La transferencia de estos fondos publicas de
organizaciones privadas fue hecho, desde luego, sin consulta o sin debate, al
mismo tiempo que las inversiones en el sector publico, especialmente en el área
de los servicios sociales o de la infraestructura nacional fueron
dramáticamente reducidos.
Los fondos de pensión y de jubilación que fueron
privatizados durante el período del gobierno militar, sirvieron para organizar
agencias financieras y bancos privados encargados de invertir el dinero de sus
clientes (los trabajadores) en las industrias recientemente privatizadas. De
esta manera, varios de los antiguos miembros del gobierno militar y voces
importantes en establecer las ventajas de una economía del libre mercado son
ahora quienes controlan las industrias que anteriormente estaban en manos del
estado pero que ahora operan con los fondos de jubilación que en ultimo termino
corresponde al capital aportado por los trabajadores.
El modelo neo-liberal impuesto por la dictadura
militar, íntimamente apoyada por los grupos conservadores provocó cortes
importantes en la inversión de gobierno en las áreas de educación, salud, y
habitación. Los programas de salud pública perdieron durante ese período de los
primeros quince años de gobierno militar sobre 51 por ciento de sus
presupuestos operacionales. Con relación al gasto por persona, el sector de
salud pública tuvo una baja de consideración. Mientras en 1973 el gasto público
para salud era aproximadamente de 29 dólares por persona, en 1988, esta cifra
se redujo a sólo 10 dólares por persona. También, los presupuestos destinados a
la construcción de viviendas por parte del gobierno, se redujeron de un total
de 225 dólares por persona a una cifra de 76 dólares en 1980. Los presupuestos
de educación fueron reducidos en todos los niveles y ya por los años 1988, la
inversión en educación se encontraba reducida a un 2.7 por ciento del producto
nacional bruto del país comparado a un 4.3 por ciento durante el período de
gobierno de Salvador Allende en 1973.
NUEVAS ESTRUCTURAS INSTITUCIONALES
Para favorecer el avance de la globalización, los
países de América Latina han participado en la creación de nuevas estructuras
institucionales, las cuales tienen como propósito fundamental facilitar el
intercambio, la comercialización, y la expansión de los mercados.
Entre ellas, se destacan los mercados regionales
Mercosur, los acuerdos de la área Andina, el mercado Centro Americano, y un
número bastante amplio de acuerdos bi-nacionales y multi-nacionales en la
región.
Uno de los mecanismos que ha ganado prominencia en
los últimos años es la idea de establecer área de libre comercio en las
Américas. La tercera reunión de la Cumbre de las Américas celebrada en el mes
de Abril del 2001 en Quebec, Canadá, reunió a los presidentes y jefes de
gobiernos de 34 naciones. Unos de los acuerdos más importantes obtenidos en
esta reunión, fue la organización de una área de libre comercio de las Américas
que debería comenzar el 1 de Enero del año 2005.
Este ambicioso proyecto, insertado en el corazón de
una economía global, pretende articular en un mercado de libre comercio a un
total de mas de 800 millones de personas con una capacidad financiera que
concentra alrededor de 40 por ciento del productor interno bruto a un nivel
mundial.
Para aquellos que están a favor de la expansión del
modelo de libre mercado en la región Latinoamericana, las oportunidades para el
desarrollo económico de todos los participantes, debería ser atractiva y
deseable para todos y especialmente los países más pequeños. Aquellos que
observan este proceso con mayor cautela indican que el proceso debe ser
cuidadosamente manejado para evitar la dominación de los intereses de las
corporaciones y que puedan dañar a los países más vulnerables por su tamaño y
la condición de sus recursos. Algunos de los obstáculos para alcanzar los
beneficios de un mercado más amplio en la región Latinoamericana o en la región
Americana varían desde aquellos que son estrictamente dificultades económicas y
financieras a las condiciones de la estructura social de los países del área
como la pobreza, el desempleo, y otros problemas sociales.
Todo esto indica que la agenda social necesita ser
considerada como una parte integral de todas estas nuevas negociaciones para
establecer una área de libre comercio de las Américas si se quiere que dicha
iniciativa alcance un nivel de éxito. Lo que ocurre actualmente en países de la
región aporta información sobre las consecuencias negativas de la globalización
en los países Latinoamericanos y en sus relaciones con los mercados
globalizados.
Argentina, por ejemplo, ha tenido una recesión que
ha durado más de 33 meses y sus esfuerzos para sobresalir de esta crisis, han
fallado. En años recientes, la solución del gobierno argentino fue aumentar los
impuestos, con un alto precio político que ha afectado a todos los sectores de
la sociedad argentina. Esta estrategia fracasó y fue reemplazada por el corte
del gasto público en mas de 900 millones de dólares en el mes de Mayo en el año
2000. Ese mismo año, Argentina estuvo en el borde de la quiebra al no poder
responder a los compromisos de deuda internacional. Frente a esto, el gobierno
se vio obligado a renegociar una nueva línea de crédito con el Fondo Monetario
Internacional por un total de 39 billones de dólares. La estagnación económica
y el alto nivel de gasto público, provocó un déficit fiscal de 940 millones de
dólares en Enero del año 2001, lo que eventualmente trajo una crisis política,
el anuncio de nuevos impuestos y nuevos cortes presupuestarios del gasto
público, especialmente en áreas de programas sociales. El desempleo que ya en
el año 1998, había registrado un nivel de 12 por ciento en el año 2000, subió a
un 14.5 por ciento y las condiciones actuales no dan mucho margen de optimismo.
En Brasil, la reestructuración de la economía
nacional ha sido realizada mediante ajustes de los gastos públicos y mecanismos
y políticas de ahorro fiscal. La revista, “The Economist,” (Marzo 10, 2001),
informa sobre los nuevos métodos del gobierno brasileño para alcanzar “una
prudencia fiscal” y confrontar las crisis y fracasos económicos y sociales.
Esta fuente dice que los gobernadores y alcaldes de Brasil están haciendo
esfuerzos sin precedente para lograr tener un balance presupuestario adecuado.
En el estado de Mato Groso del Sur, los nuevos mecanismos para solucionar la
crisis económica Brasileña incluye, entre otros, el aumento de impuestos, la
reducción de gasto público, y la eliminación de puestos políticos al nivel del
estado que también favorecen la jubilación anticipada de miles de funcionarios
públicos.
MOVIMIENTO CONTRA-GLOBALIZACION
Durante los últimos años, se ha podido observar un
activo aumento en él número de actividades en oposición a los efectos negativos
de la globalización. La dirección de estas expresiones de protesta se orienta a
la formación de lo que podría ser un nuevo movimiento social internacional
contrario a los peligros que ellos observan en el poder adquirido por las
corporaciones transnacionales. Aunque las voces de protesta y resistencia son
en su mayoría espontáneas y sin poseer una fuerza política, el activismo
contra-globalización envía claramente un mensaje anti-capitalista para generar
y desarrollar una acción global. La ola de protestas contra los mercados
internacionales y sus consecuencias negativas para la sociedad ha experimentado
un activo itinerario que se desarrolla entre las reuniones de Seattle,
Washington, y las últimas observadas en Nueva York.
La lucha ideológica entre el capital internacional
y otras formas de organizaciones socio-políticas parecería converger en la
creación de un nuevo movimiento social internacional cuyo objetivo primordial
es evitar los problemas vinculados a los procesos de globalización. Es claro
que en un período de capitalismo globalizado, existe también la necesidad de
tener un marco de observación y análisis global para formular preguntas y
obtener respuestas respecto a las ventajas y desventajas del mercado global. De
acuerdo a Teeple (2000), la lucha para cambiar las
condiciones de opresión ya no puede ser estrictamente en términos nacionales
porque el concepto de estado-nación esta perdiendo rápidamente su integridad y
la capacidad de funcionamiento. Una clara demostración de la perdida de espacio
y poder político del estadonación en los países de América Latina está en la
situación social de su población como lo ha reconocido la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe en su edición sobre el panorama social de
América Latina de los años 2000 a 2001. En este informe, esta organización de
estudio, señala que durante los últimos años, se puede observar en América
Latina un mayor numero de pobres, una situación de desigualdad de ingreso mas
profunda, aumento del desempleo, la incapacidad de los mercados laborales para
absorber nuevos trabajadores y en general, las condiciones de vida que se han
deteriorado con la crisis económica global de los años 90 y comienzo del nuevo
siglo. En un informe reciente, el Banco Interamericano de Desarrollo indica que
uno de los logros más importantes de los países de la región entre los años
1980 y los años 90, ha sido pasar en una dolorosa pero eficiente transición hacia
la democracia. Sería dramático que esta situación fuera afectada por las
condiciones por la crisis económica y que se diera paso nuevamente a regímenes
autoritarios como los que gobernaron la región por muchos años durante el siglo
20.
NIVELES DE POBREZA
El nuevo milenio ha comenzado con aproximadamente
un 35 por ciento de las familias latinoamericanas viviendo en condiciones de
pobreza y una proporción de un 14 por ciento de las familias viven en
condiciones de extrema pobreza o indigencia.
Las tasas individuales de pobreza en 1999, sugieren
que hay un 43.8 por ciento de la población latinoamericana sometida a una
condición de pobreza. En números absolutos, esto correspondería a una cifra de
mas de 211 millones de latinoamericanos pobres.
La tasa de pobreza ha experimentado algún
mejoramiento en Centro América y México, pero esto se ha visto sobrepasado por
aumentos significativos del número de pobres en Argentina, Brasil, y Colombia,
que son países con poblaciones más grandes.
Al examinar el perfil general de las viviendas en
condiciones de pobreza en América Latina, el informe de la comisión económica
de la región: “en la mayoría de los casos, los miembros de estas familias que
viven en la pobreza, no tienen, por lo general, acceso a agua potable y en la
mayoría de los casos, viven en condiciones de tres o más personas en una pieza.
Además, los jefes de familia, generalmente, se caracterizan por tener niveles
de educación bajo y períodos de desempleo bastante prolongado.” (p 4)
DESIGUALDAD
DE LOS INGRESOS
América Latina tiene la desafortunada distinción de
ser una de las regiones con los más altos niveles de desigualdad de los
ingresos en el mundo.
La mayor proporción del ingreso total se encuentra
en las manos del 10 por ciento de las familias más ricas de la región. Este
grupo recibe mas del 30 por ciento del ingreso total en todos los países de
América Latina, con la única excepción de Costa Rica y Uruguay.
En contraste, el 40 por ciento de las viviendas más
pobres reciben entre el 9 por ciento y el 15 por ciento del ingreso total en la
mayoría de los países de la región.
Los niveles más altos de desigualdad en los
ingresos medidos por el coeficiente de Gini, calculado en 1999, se encontró en
Brasil con un coeficiente de Gini de .64. Esta situación de alto niveles de
desigualdad también se encuentran en Bolivia, Nicaragua, Guatemala, Colombia,
Paraguay, Chile, Panamá, y Honduras, donde los coeficientes de desigualdad de
los ingresos oscilan entre .55 y .60. Aun en los niveles de desigualdad
encontrados en países como Costa Rica y Uruguay, donde los coeficientes son de
.47 y .44 respectivamente, estos son sustancialmente más alto que los
encontrados en los Estados Unidos, en Japón, y en algunos países de Europa
Occidental.
De acuerdo a diferentes fuentes, América Latina ha
fracasado en sus intentos de reducir la desigualdad en los ingresos de su
población. La Comisión Económica para América Latina, informa que aun cuando
muchos países de la región han manejado sus economías en la dirección de
expandir su crecimiento en forma importante, la mayor parte de ellos no ha
logrado solucionar el problema de desigualdad de ingreso y mejorar las
condiciones sociales de su población. El informe de CEPAL, concluye que “hay un
consenso general el cual indica dificultades para encontrar señales promisorias
que den evidencia a razones para mejorar esta situación en forma significativa
en el corto y mediano plazo.”
Estos informes tienden a indicar que unos de los
caminos a seguir para solucionar esta situación, seria el lograr una mayor
inversión en programas para mejorar la salud, la educación, y las fuentes de
trabajo para la población de América Latina.
sacado
de:http://mingaonline.uach.cl/scielo.php?pid=s0718-17952002000100002&script=sci_arttext |